Vampyr

Vampyr es una de esas novelas para los amantes más puristas del género. Y con ello me estoy refiriendo a aquellos que disfrutamos con el recuerdo de esa sangre naranja (en el caso de contar ya con el cine en color) en los colmillos de Bela Lugosi o Christopher Lee. Es un libro que, a pesar de dejar patente desde el principio que se trata de la obra de una autora novel, nos evoca las escenas más clásicas de la literatura de vampiros y con ello nos transporta a sus escenarios y nos conecta con los personajes.

No nos engañemos, se trata ante todo de una obra para público joven (por no mencionar la palabra “adolescente” y que con ello nos vengan a la memoria otros vampiros de aquella saga de cuyo nombre no quisiera acordarme) pero con escenas que, si bien no transgreden los límites de lo truculento, son en muchos sentidos adultas y bien recibidas. La trama de Vampyr nos traslada a internados del Siglo XIX en Suiza, a parajes típicos de la literatura de este género en centroeuropa, mascaradas, tormentas aterradoras, etc. Quizás nos resulten lugares comunes para esta temática; lo que no es tan común es hacer de estos lugares escenarios genuinos y envolventes para el lector.

La trama se desarrolla con un ritmo rápido a pesar de ser obvio para esta primera obra de la saga “Carmina Nocturna” que su autora aún no domina los recursos básicos de la narrativa y en ocasiones se detiene en explicaciones prolongadas, alargando o repitiendo algunos sucesos sin necesidad de ello. Sin embargo, a pesar de ello, su desarrollo nos envuelve y nos desliza por sus líneas de la mano de Martina Székely, una joven protagonista fuerte de carácter bien definido (en resumen, un personaje bien construido). Y sí, de nuevo contamos con las historias de amor tan evocadoras para el público al que principalmente va dirigido el libro pero son historias que, lejos de lastrar la historia, la enriquecen y la llenan de misterio. del resto de personajes poco podemos decir sin desvelar detalles fundamentales en la trama, únicamente señalaremos que ni siquiera aquellos en cierta forma predecibles para los amantes de las leyendas vampíricas nos decepcionan en esta novela que (aún sin haber empezado la segunda entrega) esperamos sea un gran punto de partida para una saga que nos devuelva las ganas de enfrentarnos a las criaturas de la noche.