Recetas para amar y matar

La primera cosa que quiero decir es que me encanta la forma en que escribe Sally Andrew, una forma muy sencilla, justo como la vida misma, sin circunloquios rimbombantes, con una filosofía cotidiana admirable. Me encanta y me encanta Tannie Marie, su pasión por cocina y comer, creo que no conozco a nadie ni siquiera en la ficción que adore tanto comer como ella. Y todas las recetas que hace me encantaría poder probarlas.
Esta es una historia policiaca muy sui generis, ¡¡¿quién lo diría con ese título y mis propias palabras al inicio de esta reseña?!!!, se entremezclan sentimientos, comida, pasiones; Tannie Maria logra salir por azahar de un círculo vicioso en el que andaba metida y por circunstancias de la vida se ve en la posición de ayudar a otros a salir de sus propios círculos viciosos, para ello le da consejos con una sabiduría que no creía tener y una receta especial en cada caso.
Me entristeció que la ayuda para Tienie Martine llegó tarde.
El elenco de personajes es de primera, muy orgánicos, muy humanos, adoro al teniente Kannemeyer, al sargento, a Jessie y a Hattie… bueno a todos.
Tal vez si hubiera estado más atenta hubiera podido atisbar el final, pero la verdad es que no, estuve tan entretenida en las cosas de los personajes que el asesino saltó sobre mi como un conejo de una chistera, Sally encontró una manera de mantenernos como burro detrás de zanahoria, yendo y viniendo por donde ella nos quiso llevar.
No se por qué este libro tuvo la capacidad de sumergirme en una lectura tranquila, sin grandes sobresaltos, pero sobre todo por el carácter de su protagonista, siempre suave pero firme, no puedo decir que los temas que trate sean triviales, pero sí que están tratados sin histrionismos, de una manera pragmática. Me gustó mucho… creo que sobra decirlo.