Es de mis libros favoritos, uno de los que me llevaría a mi isla desierta. Porque está lleno de belleza, de pensamientos y sentimientos difíciles, reales, pero de una emotividad que traspasa el papel, hasta llegar al corazón e instalarse tan a fondo en él, que terminan por vivir contigo... Muestra la crudeza de una guerra, desde la belleza del amor y los pequeños momentos, que en medio de tanto caos y dolor, se hacen inmensos y llenos de importancia. Con una trama familiar que te deja con sed de más hasta el final... en el que te descubres saboreando tus propias lágrimas. |