Sin duda este libro es uno de los más tiernos que he leído y me quedo con el mensaje que le da a los peques “Nunca dejéis de soñar y de ver el mundo tan desenfadado y especial”, porque a veces nos hacemos adultos y se nos olvida que una vez fuimos niños y disfrutábamos de las maravillas de esta vida sin preocupaciones y a veces hay que pararse a verla de nuevo a través de sus ojos para volver a conectar. Este libro se lo dedican una madre y un padre a su hija, escrito a cuatro manos con todo el amor del mundo y el cariño y eso se transmite en cada palabra. Además que las ilustraciones son una completa maravilla y la textura del papel es increíble (es ecológico), con solapas de tapa dura. Vamos que lo tiene todo |