Cuentos a tumba abierta

Cuentos a tumba abierta es un compendio de historias de terror dirigidas a un público middle grade, es decir de 8 a 12 años.

Cada relato tiene unas doce páginas. Estas comienzan con una pequeña introducción de Funesto Mortimer acompañado de su adorable compañero ratón Ermelindo. Funesto es el guardián del cementerio y él nos irá contando todas las historias, así como haciéndonos reflexionar en cada una de ellas.

A partir de este hilo conductor vamos a disfrutar de un montón de historietas. Todas ellas están protagonizadas por niños de la edad del público objetivo y viven situaciones verosímiles que le podrían pasar a cualquiera, lo cual hace más fácil que los peques empaticen con los relatos. Eso sí, siempre hay un punto de las historias donde todo se tuerce y nuestros protagonistas deberán hacer gala de todo su ingenio o de sus habilidades para huir para conseguir escapar del mal.

Este libro es un primer acercamiento a la literatura de terror maravilloso, porque en él se incluyen elementos tan recurrentes en el género como lo son las muñecas de porcelana o los espantapájaros, pero también incluye otros menos vistos y originales, como una hamburguesa.

Yo reconozco que con algunas de las historias no he llegado a empatizar al 100%, pero en cambio ha habido otras en las que estaba tan dentro, que admito que he llegado a sentir muy mal rollito y sí, también me han sorprendido algunos finales. Porque, si por algo se caracterizan las historias de terror, es por dejar la puerta abierta al final a una nueva posible aventura (como ocurre por ejemplo en Insidious o Pesadilla en Elm Street), y este tipo de plot twist no han faltado en muchos de los relatos consiguiendo sorprenderme.

Además, entre sus páginas se pueden encontrar pequeñas enseñanzas y referencias culturales que a los peques les vienen genial para hacer mucho más que entretenerse con estas historias. Por supuesto, al no estar relacionadas unas con otras, son ideales para leer una o dos ante de dormir, e incluso se puede jugar con la familia y hacer que cada cuentecillo lo narre alguien diferente e ir turnándose... Es una antología que puede dar mucho juego a la hora de pasar un buen rato, porque es tan disfrutable para los niños como para los adultos. Una excusa ideal para rodearse de la familia al amparo de un libro. Y lo mismo si se quiere leer en clase, da para practicar y desarrollar la comprensión lectora como para disfrutar y aprender.

Otro punto muy a su favor son las ilustraciones que no dejan de acompañarnos en ningún momento y algunas letras en una tipografía diferente que me han recordado a las empleadas en los libros de Gerónimo Stilton, esa enooorme saga de libros que ha cautivado a varias generaciones.

Y, por último, he de destacar ese final. Era lo más lógico del mundo que Funesto Mortimer se despidiera así, pero chico, que yo no me lo esperaba jajaja me he dejado llevar y sorprender y, desde luego, este libro ha terminado igual de bien o mejor de lo que empezó.

En cuanto a mis relatos favoritos, Solo los justos se quedan, El médico del faraón y El espantapájaros me han robado el corazón. Y una mención especial merece también La muñeca de porcelana.

Si tú has leído ya este libro, dime, ¿cuál es tu relato favorito?