10 días para Año Nuevo

Si me había gustado 10 días para Navidad, esta novela ha redondeado la historia que empezaba en aquella porque Carmen Amil nos vuelve a trasladar a la casa de Christine, aunque esta vez es su hermano el protagonista.
Caleb tiene un pequeño papel en el anterior libro y me alegro mucho de que la autora haya decidido contarnos qué le deparaba el futuro porque es un chico fantástico.
Me ha gustado mucho el personaje de Eli y, sobre todo, el modo en que se desarrolla su relación con él ya que, aunque son amigos desde hace mucho, no se han tratado demasiado en persona y no es lo mismo el cara a cara que charlar a través de un chat.
Además, Eli demuestra –y de qué manera– una paciencia casi infinita respecto del que todo el mundo, incluida su propia familia, considera un partidazo; sin embargo, ella ha tomado una decisión y se planta ante cualquiera para defenderla. Y menos mal porque Don Perfecto es un pesado de narices.
La novela está llena de escenas divertidas, su lectura es muy amena y es un auténtico placer leer las aventuras de personajes como estos.