Dioses de barro

“Dioses de barro” es una novela experimental donde las haya, una obra inclasificable de horror extraño, es como un puzzle aterrador donde cada historia está unida a la otra a través de un hilo conductor invisible, que nunca veremos pero que está ahí. Nacida de otra obra anterior titulada “Dioses y corderos”, aún así olvidaros de este título, no estamos ante una nueva edición, este libro se encuentra reescrito por entero y parte de esa nueva escritura se debe a un relato nuevo que añadió, “La Nana”, cuento premiado. ¿ Pero qué cambios encontré de esa primera novela? Uno muy importante para cualquier lector, sus años de crecimiento como escritor. Mejores diálogos, frases más trabajadas, una escritura a la que miró con lupa todo lo que podía mejorar y lo hizo.

Estamos ante una vuelta de tuerca de la idea que tuvo cuando escribió la anterior obra. Mientras leo siento que todo ha sido para mejor, se respira la evolución en su estilo. Nos encontramos con una novela que es a su vez un libro de relatos. En estas historias no quedará nicho sin explotar, género sin tocar o perversión por abordar. Ya sea con la intrusión de elementos sobrenaturales al mejor estilo de cualquier cuento Weird o en la tradición del cuento de suspenso psicológico.

Manuel Amaro Parrado plantea de entrada un esquema laberíntico en el que descubrimos encrucijadas compuestas por relatos cortos. Tenemos a gente que juega a ser Dios, de manera figurativa o literal. La manipulación de la que son víctimas los inocentes, los débiles sin voluntad, puede acarrear graves consecuencias en este plano, también en el otro... Ellos se sienten dioses pero no son más que personas débiles que en cualquier momento pueden desmoronarse. Trece historias con personajes que se aferran a la vida casi a cualquier precio. Una protagonista llamada Tótogu que huye de unos gusanos amorfos que habitan dentro de una extraña niebla, unos bichos aterradores que hacen enloquecedores crujidos mientras se arrastran. Un chico que sufre unos tics faciales, ¿de qué forma los calma? Viajaremos en un tren que lleva dentro unos peculiares pasajeros, una historia donde la muerte no es el fin... ¿Qué clase de hombre es ese que al tocarte te pasa su sufrimiento?... Y de repente tenemos el relato de “ La Nana”, primer premio XVII Certamen Internacional de relato breve José Toral y Sagrista. ¿Cómo se os queda el cuerpo? No siempre hay una oportunidad de leer un corto premiado. Bueno en realidad hay dos premiados en este volumen, el otro es el titulado " Una conversación trivial" gano el premio internacional de relato breve Abades Córdoba. La historia de "La Nana" tiene un universo que me recordó mucho a los relatos latinoamericanos, llenos de magia y tragedia. Un chico posee un don... ¿ Quién dijo que ser Dios fuera algo sencillo? ¿Estamos preparados para ver la otra parte del velo? Me gustó tanto que solo por leerlo vale ya la pena hacerse con un ejemplar.

Un policía sospecha que su mejor amigo es un asesino. Sabremos de una fórmula que permite adivinar el futuro... El miedo de convertirnos en aquello que tanto nos asusta... El relato de un mirón que sin saberlo se encuentra espiando a alguien que se convertirá en su peor pesadilla. Leeremos de un grupo de supervivientes que poco a poco lo van entendiendo todo. El libro cerrará con Xhana negra poseída por un espíritu. No sé si los comenté todos, pero creo que con estos ya tenéis una idea de lo que vais a encontrar en el interior de un libro que se escribió para reflexionar, para interactuar con lo que en él hay escrito. Cuentos, sí, pero sin un final concreto, hay que seguir leyendo para entender...

Apasionara a todos los lectores que buscan historias de terror, misterio, un poco de ciencia ficción, pero con el sabor de aquellas tramas clásicas que una vez nos llevaron a amar a los libros. Y es que más allá de que sus palabras logren arrastrarnos al lúgubre universo nacido de su imaginación, lo que en verdad os maravillará es su estilo narrativo.

Esto es bastante inusual para la época que vivimos de prisas y querer publicar algo en cuestión de semanas. Él disfruta de su pasión por la escritura, narra como lo hacían los antiguos escritores que no tenían prisa por ver algo suyo publicado. Sus palabras se sienten añejas, hermosas. Toda su narrativa está pensada para descolocarnos y sorprendernos por donde menos nos lo esperamos.

¿Qué abismos se esconden en lo profundo del alma humana? Está claro que Manuel ha buceado en estas profundidades insondables y ha regresado para contarnos estos horrores, y no sé si todos estamos preparados para conocerlos. Relatos laberínticos, atmosféricos y metafóricos. No estoy alabando por alabar, he leído autores más conocidos por las redes y no los reseñe, y podría haberlo hecho y tener su simpatía, pero no lo hice. No merecían mi tiempo.

Me gusta este autor, me encanta como narra y su tremenda imaginación y lo mejor de todo, cómo se toma en serio su escritura. Entiende que los libros valen dinero, no todo es escribir por editar, hay que dejar un legado de calidad tanto para los lectores de ahora como para los futuros y él lo hace, y eso es mucho que agradecer.

Un autor de lo mejor en nuestro idioma.

"Dioses de barro" publicado por Cazador de Ratas. Por cierto, la portada es maravillosa.

Este librito de apenas 220 páginas podría leerse sin demasiada dificultad en dos visitas al cuarto de baño (y no sería mal lugar para hacerlo). Sin embargo yo he preferido disfrutarlo despacio, a pequeños sorbos (que dice el tópico) dejando reposar la historia ingerida antes de pasar a la siguiente. Porque aunque se nos venda como un libro de relatos, “Dioses de barro” es, en realidad, una historia contada de manera desordenada, una especie de “Pulp Fiction” literario donde las tramas, los espacios y los personajes van convergiendo de manera cada vez más apresurada.
A través de la prosa de Manuel Amaro Parrado, resuenan Poe, King, Asimov, Clarke e incluso Vazquez Montalbán. Porque Parrado es un escritor camaleónico, con muchos registros narrativos y muchas maneras de contar, capaz de mezclar detalladas descripciones con agudísimos dialogos (maravillosa la escena de la señora empeñada en entablar conversación con su silencioso compañero de asiento en un tren).
Maneja el autor un amplio vocabulario, pero nunca cae en el alambicado barroquismo cargado de epítetos que suele ocultar una carencia real de ideas, porque de eso tiene de sobra. Ideas que se van desgranando en los diferentes capítulos (me niego a llamarles relatos) sin solución de continuidad. Es cierto que los que amamos este tipo de literatura podemos adivinar alguno de los finales, venirnos arriba y pensar que a nosotros ya no nos pillan. Esto hace que la bofetada final, cuando se cierra el círculo, sea aún más dolorosa.
Amantes del terror, la fantasía e incluso la ciencia ficción. No lo dudéis. Aquí tenéis la mejor compañía para vuestro tinto de verano.

Comencé Dioses de barro sin ninguna expectativa y ha acabado en el podio de mis mejores lecturas de este año. Escrito por el ganador del premio Ignotus 2018, Dioses de barro está formado por una serie de relatos cortos cada cual más sorprendente.

Un ambiente oscuro y en ocasiones opresivo, personajes siniestros o moralmente corruptos, experiencias paranormales, paisajes apocalípticos… Trece relatos que acabas con el vello de punta, boquiabierto y con un ansia increíble de leer más.

Para mí, la magia de este libro reside en la variedad de tramas que encontramos y la sutileza con la que su autor logra conectar una historia con otra a través de elementos comunes para nada forzados. Manuel Amaro ha creado un puzle y cada uno de sus relatos conforman las piezas que encajan perfectamente entre sí. Sin recurrir a clichés u otras técnicas ya explotadas en la literatura como los «cliffhangers», consigue atraparte y dejarte inmerso en su lectura.

En definitiva, un libro que recomiendo muchísimo si tienes ganas de explorar distintos géneros como la fantasía, el terror y la ciencia ficción, todos ellos enlazados por la maravillosa escritura de Manuel Amaro.

He sufrido mucho, pero he gozado más intentando encajar las piezas de este soberbio y macabro puzle tejido por el grandísimo Manuel Amaro Parrado.

He disfrutado sobremanera de esta dulce pesadilla, saboreando los treces relatos poco a poco, intentando leer máximo dos por día para poder alagar la dosis todo lo posible… Desgraciadamente es un frasco pequeño que contiene un elixir delicioso y, aunque Amaro nos regale un final redondo, necesitamos más, mucho más, no queremos abandonar este mundo de pesadilla todavía…

Dioses de barro sigue la estela de sus anteriores obras consiguiendo adelantarlas por la izquierda, llegando un paso más allá, verificando que la calidad de este autor sólo va in crescendo. Una narración excelsa y para nada barroca, unos personajes trabajadísimos y para nada tópicos, una aterradora historia metida en una picadora junto a kilos de entrañas, caos, niebla y desazón, vaciada la mezcla en trece oscuros cuencos y servidos como un menú envenenado en una última comida.

Reescritura, o versión mejorada y ampliada de "Dioses y corderos" con la que se goza como gorrino en charca si te gustan los relatos cortos y lo fantástico.

Los relatos se pueden leer de manera independiente, y ya por si solos son pequeñas joyas, pero en conjunto, leyendo el libro sin largas pausas, es como mayor disfrute se consigue al engarzar unas historias con otras mediante pequeños detalles y creándose un todo.

En definitiva un libro de relatos, con nexos comunes entre unos y otros, que contiene un amplio catálogo de historias fantásticas y macabras, desde nieblas mortales que ocultan voraces seres depredadores, a psicópatas y asesinos seriales, pasando por historias paradójicas y en bucle, humanos con facultades sobrenaturales, Mad Doctors, zombies, etc.