Sin derecho a roce

Irene y marco u en sus vidas por un contrato en el cual ambos ponen sus términos para no salir lastimados. Desde esa perspectiva es bien sabido que nacerá el amor, habrá complicaciones y añoraras que se queden juntos. Pero el camino al final feliz de cuento tienen que arrastrar de todo, más si el caballero es desconfiado, terco y muy indeciso. En esta novela pasa de todo, Vemos como la convivencia los lleva a una amistad que es la base del amor y el conocimiento sobre la otra persona. También como enfrentan sus temores para vivir plenamente, el crecimiento en ambos protagonista es escencial y quedas enamorada de todos los personajes hasta de la vecina metiche. Lo único que no me gustó es que no hay continuación, aunque igual podría ser contraproducente y perder la historia.

Tengo que reconocer que, aunque he disfrutado de la historia y me ha gustado, el personaje de Marcos se me ha atragantado un poco. Me ha puesto de los nervios durante casi todo el libro. Su personalidad fuerte, arrolladora, pero sobre todo tozuda, ha conseguido que lo deteste buena parte de la historia. Eso de “una de cal y otra de arena” me ha vuelto igual de loca que a la protagonista. Pero bueno, como tengo un corazón de lo más bondadoso, he terminado haciendo las paces con él 😉

Por el contrario, el personaje de Irene me ha gustado más. Es cierto que al principio me pareció una chica un tanto fría, pero que, conforme se va desarrollando la trama, la vemos avanzar, cambiar, madurar, y también enamorarse. A lo largo de la historia va adquiriendo seguridad y fuerza, lo que le sirve para superar esos obstáculos de los que Marcos le advierte.

El argumento entretiene; te atrapa. Tiene giros, momentos divertidos, y otros que te dejan sin aliento. Esta autora tiene una manera de narrar la historia, los diálogos y las escenas entre los protagonistas, de lo más delicada y también ocurrente, lo que hace que algunas situaciones te produzcan cierto cosquilleo al leerlas, y también consigue emocionar, que no es fácil.

“Sin derecho a roce” es un libro que enamora desde la primera página; aunque también provoca ganas de lanzarle una zapatilla al protagonista para que espabile 😉

Irene es una joven estudiante de Bellas Artes que pierde a sus padres, su casa y todo lo que tenía en un incendio. Su amiga del alma, Ruth, y la familia de esta la acogen en su casa como si fuese una más de la familia. Obligada a dejar sus estudios, comienza a buscar empleo desesperadamente pero, sin experiencia ni formación, no encuentra muy buenas opciones. Ruth decide enviarle a su jefe el currículum de Irene y probar suerte sin saber que su jefe también se encuentra en una situación laboral delicada.

Marcos ha estado trabajando muy duro durante años en la empresa y ahora se le presenta la oportunidad de poder acceder al ascenso que tan merecido tiene pero hay un gran inconveniente y es que el dueño de la empresa hotelera para la que trabaja tiene como requisito imprescindible que la persona que opte a ese puesto esté casado. Si hay algo que Marcos tiene claro es que no cree en el amor ni en el matrimonio, ni piensa hacerlo, pero ese ascenso bien vale un esfuerzo.

Al ver el currículum de Irene, a Marcos se le cruza por la mente una idea y, como es tan impulsivo, casi sin pensarlo decide llamarla y proponerle un matrimonio de conveniencia con fecha de caducidad, hasta que su jefe se jubile y él consiga el ascenso, a cambio de una generosa cantidad de dinero que podría resolver la precaria situación de Irene temporalmente.

Después de pensarlo y darle muchas vueltas Irene acepta con la condición de excluir el sexo del acuerdo, de manera que será una convivencia sin derecho a roce. Pocos días más tarde comienza la mayor aventura de la vida de ambos cuando Marcos llega vestido de motero al juzgado y se convierten en marido y mujer en una ceremonia civil íntima.

Irene… Irene me ha traído de cabeza. Entendí sus miedos y reparos desde un primer momento. Es una joven de veintidós años muy tímida pero que cuando saca el genio se para el mundo, con algunos complejos porque no puede evitar compararse con otras mujeres, que se está descubriendo a sí misma todavía, con férreas convicciones y una vocación de artista que llena toda su vida sin necesidad de nada más. Conforme avanza la historia vamos viendo la evolución que tiene como mujer, artista, amiga… pero sin dejar de ser ella misma, conservando su esencia y sin incongruencias dentro de la trama.

Y Marcos, mi querido Marcos. Es un hombre hecho y derecho, cabezota hasta decir basta, con unas creencias erróneas basadas en la educación y vivencia que tuvo con su madre cuando era pequeños que le han marcado a fuego por dentro. Es trabajador, impulsivo, apasionado, con un autocontrol impresionante, mordaz… pero con un gran corazón que, aunque repleto de contrariedades y prejuicios, es capaz de mover montañas. Y es que «el león no es tan fiero como lo pintan».

El romance entre Irene y Marcos es bonito, va despacio, se hace de rogar. Estos dos personajes se van enamorando poco a poco, sin darse cuenta de lo que sienten el uno por el otro hasta que ya es tarde. Él ve a Irene como una cría que todavía está comenzando a vivir, a él le gustan las mujeres con curvas y que quieren lo mismo que él, divertirse y pasárselo bien un rato. Por otra parte, Irene lo tiene claro, el hombre de su vida tendrá que ser simpático, tierno, amable, cariñoso… un príncipe azul con el que compartirlo todo ya que ella no concibe el sexo sin amor. La tensión sexual y la química entre los protagonistas está presente desde casi el principio del libro aunque las escenas sexuales que aparecen en el libro son elegantes (cosa rara hoy en día) y suceden justo en el momento preciso desatando un sin fin de emociones.

Los personajes secundarios son increíbles. Lía es la ayudante de Marcos y, entre ellos hay algo especial que se nota a simple vista y que genera incomodidad a Irene. Ruth es la mejor amiga de Irene desde que eran niñas. Los padres de Ruth, la vecina, Óscar, Rodrigo y Consuelo ayudan a que todas las piezas del puzzle vayan encajando formando un perfecto tapiz conforme avanzas en la lectura.

Los momentos con el cerrojo, la llamada telefónica, la oca… han sido increíbles, se me saltaban las lágrimas de la risa. Ana Álvarez ha creado una historia repleta de sentimientos, pasión, humor, giros inesperados en la trama y que también habla de una realidad que, desgraciadamente, muchas personas en nuestro país están viviendo hoy en dia.

Anoche no pude parar de leer y terminé el libro de madrugada. No pensé cuando comencé a leer que iba a atraparme y emocionarme tanto este libro. ¡Señor si me ha hecho sufrir Marcos! No he tenido la sensación de que me faltaba algo al leer como me ha sucedido en otras ocasiones con otros autores. He podido conocer a todos los personajes, el porqué de ellos y de sus historias a la perfección porque la autora hila tan fino cuando escribe, que no quedan lagunas ni dudas cuando terminas el libro. He disfrutado muchísimo de Sin derecho a roce y, sin duda, lo volveré a releer más de una vez.
Enlace: http://leemosjuntos.es/sin-d..

Me lo he acabado porque tiene algo que engancha, pero me parece que no está bien escrito y que es una historia muy simple y predecible.

Marcos, muy seguro de sí mismo, trabajador, cabezota y con las ideas muy claras, lleva luchando durante años para conseguir el ascenso de su vida que le catapulte al puesto con el que siempre ha soñado. Pero no cuenta con que una de las condiciones para poder acceder a ese puesto no entra en sus planes, y es que la condición ineludible para conseguir su meta es que tiene que estar casado. Sin embargo, Marcos es alérgico al compromiso y no quiere ni oír la palabra matrimonio.

Irene, estudiante de arte que de repente la vida la golpea de la peor manera posible, haciendo que se quede huérfana y sin nada en la más absoluta ruina, lo que hace que tenga que dejar sus estudios replantearse como seguir adelante.

Y para unir a estos dos personajes y estas dos historias, aparece Ruth, la mejor amiga de Irene y trabajadora de la misma empresa que Marcos. Ruth intenta ayudar a su amiga intercediendo por ella para que la contraten en la empresa pero ante la poca experiencia de la chica Marcos decide contratarla para un trabajo un tanto especial.

Se trata de una historia un tanto peculiar ya que pensar en un matrimonio por conveniencia hoy en día es complicado, sin embargo la desesperación de Irene al verse hundida y desamparada hace que acepte la propuesta in extremis que le propone Marcos, que al igual que ella, pero por motivos diferentes, se encuentra en una situación de urgencia si no quiere perder la oportunidad de su vida.

Finalmente, y a pesar las clausulas del contrato, entre ellos va creándose una química explosiva que hace que se cueza un amor a fuego lento. Pero ella en ocasiones es muy conformista, tiene miedo de decir sus sentimientos, y frente la cabezonería de él que no quiere reconocer lo que siente, hace que lo pasen realmente mal.

Como personajes secundarios destacaría a Ruth que apoya a Irene en todo, a Lia, la ayudante de Marcos, que dará mucho juego en toda la historia, y la vecina cotilla que por supuesto no puede faltar.

Si te gustan las historias románticas, tiernas, con toques de humor, con muchos sentimientos y con giros inesperados, estoy segura de que te va a gustar esta historia de Ana Álvarez.

A mí me ha parecido una lectura fácil, entretenida de las que no puedes dejar de leer y que llegas a empatizar tanto con los personajes que en ocasiones hubiera entrado en el libro y le hubiera pegado una buena colleja a Marcos.

Ella necesita un trabajo, él necesita un matrimonio de conveniencia para no ver peligrar su ascenso.
Sólo es un acuerdo económico, nadie debe ser le fiel a nadie. Sólo son matrimonio cara a los demás.
Pero, ¿y cuando los celos empiezan a florecer?
¿Hay celos sin amor? ¿Qué pasará cuando haya que romper el contrato? ¿habrá algo más que una simple relación contractual?
Narrado por ambos protagonistas es una historia que me ha enganchado desde el principio.
Si os gustan los retos en la romántica, ahí va esta pedazo novela.