La torre y la isla: La llave del tiempo, I

Apelando a la nostalgia, este mes pasado decidí releerme este libro, lo había leído hace más o menos… hace diez años, cuando recién comencé con el blog. Mucho ha llovido de un tiempo a esta parte.

Lo grave de la situación no es la lectura en sí misma, sino la reseña que escribí cuando lo leí por primera vez.

Una mina de errores.

Pueden encontrar la reseña aquí (consultar en Página web (precedida), pero les advierto, les dará cringe 😂 Decidí dejarla tal cual— incluso con sus errores de ortografía— porque, de alguna forma, sigo amando a la lectora primeriza que fui en su momento, que se emocionaba por ser leída y por que los lectores conocieran a Martín y sus amigos.

Pero comencemos por el principio.

Nos situamos en el año 2121, donde la tecnología punta ya es parte de la vida cotidiana del planeta. Aquí conoceremos a Martín Lem, un joven que vive con su madre y su abuelo. Martín lleva una vida sin alteraciones hasta el momento, a excepción del problema del padre, preso por sublevación hacia la autoridad, cuando un hombre random se le aparece de repente y, así sin más, le entrega un manuscrito de papel, en cuya cubierta reza el título “La máquina del tiempo” de Herbert George Wells.

“Bueno, quizás está mal de la cabeza este pobre señor”, pensará Martín, y olvida el tema. O eso intenta.

Por otro lado, ocurre lo que da comienzo a la historia de Martín y de todo lo demás, y está relacionado con su sangre. No me entretengo con este detalle porque la verdad es un poco larga y engorrosa, sólo puedo concluir que la sangre del chico despierta las alarmas de cierta corporación farmacéutica que inmediatamente lo recluta en sus filas.

Y es que Martín, al igual que otros tres jóvenes adolescentes que aparecen a lo largo de de la novela, son inmunes a cualquier tipo de enfermedades y virus del resto de la humanidad.

Partiendo de esa premisa: jóvenes autoinmunes en una sociedad adelantada tecnológica y socialmente, nos adentramos a una novela de ciencia ficción juvenil interesante que, sin embargo, cayó en picado mientras llegaba al final de la novela.

Y es que la novela peca mucho de resolver cualquier situación con un simple chasquido de dedos, vamos, por pura conveniencia, sólo para que la trama avance sin mayores problemas.

Lo que sí me sigue sorprendiendo después de tantos años de haberlo leído es lo bien hilvanado de su trama, cómo los autores no dejaron nada fuera del tintero, para todo hay una explicación lógica e interesante y creo que más bien ese ha sido el motivo por el que le tomé mucho cariño (aparte de a sus personajes) y por lo que decidí volver a leer este primer libro de la saga.

En cuanto a los personajes, están bien perfilados, cada uno con sus distintas personalidades le dan un aporte fresco a la trama, aunque ello también sea “para que la trama avance sin muchos esfuerzos”

Hay muchos personajes, pero sólo quiero destacar a sus personajes principales, porque, aparte de ser una novela de ciencia ficción (que yo confundí con fantasía en mi primera lectura –fansasía para ser más precisos) es que la novela lo mezcla con el viaje del héroe, en este caso, de los héroes.

En La torre y la isla; Martín, Casandra, Jacob y Selene, son seres especiales porque gozan de ciertas capacidades que nadie más posee y por lo tanto les resulta atractivo a Hiden, el presidente de la corporación farmacéutica llamada Dédalo.

En este caso el rol de cada joven está muy diferenciado y eso es un plus. También está en cómo se complementan unos con otros para ir tras aquellas respuestas que buscan.

No puedo olvidarme de Alejandra, otro personaje igual o más importante de toda esta historia, sólo que ahora, en este primer libro, es un complemento necesario para ayudar a los muchachos en la búsqueda de la verdad de su existencia.

Para concluir, es necesario destacar que es una historia que puede leer todo el mundo, tanto los más jóvenes como adultos que quieran adentrarse en el mundo de la ciencia ficción sin tanta terminología de por medio.

La única pega que puedo ponerle, y creo que es que, a pesar de ser una historia que marca las bases de lo que será una historia de aventuras en un mundo tecnológico increíble, para mí queda obsoleta a nivel literario. La primera vez que lo leí me pareció una novela alucinante, he hecho lo sigue siento a nivel estético, pero en esta segunda lectura pesan más los contra que los pros.
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