Los ángeles no tienen hélices

Los ángeles no tienen hélices es una novela de corte erótica y cómica en la cuál nuestra protagonista se marcha de vacaciones al mar, para desconectar del agobio de la capital, sin tener conciencia de que en él le aguardarán una serie de romances apasionados donde tendrá que elegir entre el demonio, el ángel o ninguno de los dos, para seguir disfrutando de su estancia en las playas de Cádiz o dejar de divertirse para gozar piel con piel con sus pretendientes.

Mercedes tiene la capacidad de meterte de lleno con su vocabulario tan cotidiano y cercano y es por eso por lo que da gusto leer todos y cada uno de sus libros. En ellos aguarda verdad, proximidad y seguridad. Cada palabra que ha escrito tiene claro en qué lugar de la novela debe ir y sus narraciones son propias del siglo en el que estamos dejando los romances a un lado y yendo directa a por lo que quiere; como Olivia.

Aquellas personas a las que le guste la novela erótica lo recomiendo al 100%, aunque a esos lectores a los que no le guste el sexo desenfrenado y constante puede llegarles a parecer demasiado cargante y que se pierda totalmente la atención de lo que se está leyendo. Me han faltado ver más momentos cómicos, que indudablemente daba más Sofía que Olivia. La protagonista me ha parecido un personaje muy pedante y con una indudable inmadurez que ha estado presente a lo largo de la novela. Eso sí, he de decir a favor de ésta que los paisajes y ese ambiente cálido que aguardan las provincias de Andalucía está muy conseguido y Mercedes ha sabido acercar todo esa esencia que caracteriza al ambiente andaluz.

De los aspectos positivos me quedo indudablemente con el personaje de Sofía. Como ya os he comentado anteriormente para mí era mi indudable protagonista aunque, por supuesto, aparecía con menor frecuencia que Olivia. Además al ser una novela relativamente corta Mercedes va directa a lo que quiere y se deja de dar rodeos por lo que su protagonista tiene claro, a veces no siempre, a lo que va. Como aspecto negativo podría decir que he sentido que la novela no avanzaba, no ha habido giros en ningún momento y el final ha sido un poco surrealista. Todos sabemos que la novela erótica o romántica no aporta nada nuevo a nuestras vidas. En ella hay personajes que se enamoran, que se desean y que explotan todo su potencial en la cama, playa o en los baños, da igual donde sea mientras sea juntos, con faldas y a lo loco. Además si le añadimos que Olivia no ha sido fruto de mi devoción y que Enzo y Marcos me parecían los antinovios, se podría decir que quizá es por culpa de los personajes por lo que no he disfrutado la novela del todo. Y por último, y esto es un aspecto más personal que otra cosa, las escenas de sexo. Yo que he visto Spartacus no me debería sorprender de que haya erotismo por doquier, sin embargo no es uno de mis géneros favoritos por la malísima experiencia que tuve con 50 sombras de Grey, la trilogía que terminé a duras penas.
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Demasiados tópicos para mi gusto. Aún así se deja leer. Lectura rápida y fresca para días de verano.