Esperaba un relato de viaje y me he encontrado con otra cosa. No peor, pero sí diferente. La autora nos presenta una suerte de miscelánea de pensamientos que recogen sí, fragmentos de su cuaderno de viaje a Japón en 2009 nuevo, pero también, recuerdos de travesías anteriores, información sobre la cultura y, sobre todo, la literatura y el cine japonés… todo sin una solución de continuidad clara. Creo que eso es preciosamente parte del encanto de la obra, dividida en cortos párrafos donde es imposible predecir de qué hablará el siguiente. Tengo un sentimiento extraño, hay partes con una fuerza emocional enorme pero otras frías que casi me han hecho sentir hastío. El estilo de la autora, eso sí, es impecable y me quedo con ganas de leer alguna novela suya. Conozco Japón bastante bien y eso me ha permitido disfrutar de la obra, pero no la recomendaría a quien no haya visitado el país o no conozca mucho de su literatura porque quizá se sienta algo perdido. |