Violeta

Leer a Isabel Allende siempre es un valor seguro. Te pueden llenar más o menos sus historias pero sabes que siempre vas a encontrar una prosa delicada y bella que se lee sola, unos personajes creados con profundidad y algo o mucho de historia bien documentada.

No voy a decir que sea una de las novelas que más me ha gustado, pero sí quiero destacar que ha sido como un reencuentro con la Allende del principio, aunque sin ese halo mágico que rodea a sus primeras historias que hacen que perduren en tu memoria mucho tiempo . Quizás porque algunos personajes y escenarios guardan reminiscencias de aquellas magníficas obras o quizás porque sus últimas novelas se han despegado bastante del estilo habitual de la autora, sin perjuicio de que cada historia que he leído de ella me haya encandilado.

Violeta nos narra la historia de una niña que nació en una familia acomodada de Chile en pandemia (1920 Gripe española) y escribe una carta cariñosa a un remitente desconocido para el lector, que finaliza con otra pandemia (2020 – Covid).

En esta extensa carta de 400 páginas, narrará su vida aderezada por los hechos históricos que va viviendo. En este estilo Allende es una artista, ya que la introducción de los acontecimientos ocurridos en Chile, se insertan en la trama de una manera tan natural y fluida que no te das cuenta de la gran lección de historia que te está dando. Vamos, que casi se más de la historia de Chile que la de mi país.

Recorreremos de su mano lo que produjo la Gran depresión, las revueltas, la dictadura, el gran terremoto del 60, la llegada de la heroína y muchos otras situaciones sociales (pensad que 100 años dan para mucho). Todo se entrelazará con la vida de Violeta y los personajes que irán poblando sus años.

La historia no tiene grandes giros ni nada que te deje con la boca abierta, pero como os comentaba al principio se lee sola. Por lo tanto no puedo darle menos de 4 estrellas.