Hacía mucho que no leía nada de Allende y este libro no me ha decepcionado: se lee con gusto, a pesar de su trasfondo duro, contado de una manera cruda quizá poco habitual en ella, más terrenal y un tanto alejada del estilo imaginativo y soñador al que nos tiene acostumbrados. Es una historia que va de menos a más; la verdad es que al principio no parece que se esté leyendo a Allende, pero desde la mitad hacia el final comienza a dejarse notar su estilo íntimo, con alguna pincelada de realismo mágico, a través de reflexiones sobre la vejez y la vida contadas por personajes que se niegan a dejar de vivir intensamente. La prosa de Allende siempre despierta en mí emociones que incluso llegan a hacerme soltar alguna lagrimilla (o torrentes de lágrimas como en el caso de Paula, mi libro favorito), y en esta ocasión no iba a a ser menos. Es una historia en la que se tratan temas tan delicados como la vejez o el desarraigo, la vida vista a través de los ojos de quien ya no va a vivir demasiado, de quien ha aprendido a dar a cada cosa su justo valor y ha perdido el miedo a la soledad, a la enfermedad, y a las dudas sobre lo que vendrá, donde se nos enseña que la fuerza del amor siempre prevalece a pesar de las circunstancias. Sin duda siempre resulta agradable leer a esta autora por su ritmo, su sensibilidad narrativa y su ingenio, ¡es un valor seguro! Enlace: https://www.instagram.com/to.. |