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La historia inicia en una casa para ancianos, Lark House, misma que se encuentra en Estados Unidos, era actual, a este lugar va a parar Irina, una joven con un terrible pasado a cuestas que encuentra su lugar ahí, siéndole de ayuda a las personas mayores. Gracias a su buena personalidad y tacto Irina se hace secretaria de Alma Belasco, una residente que destaca por la cantidad de dinero que posee, su elegancia e independencia. Irina se encuentra muy a sus anchas trabajando para Alma, incluso se vuelve amiga de su nieto, Seth —mismo que no la ve precisamente de manera amistosa— pero algo une a los dos jóvenes, poco a poco se dan cuenta de que Alma recibe flores, cartas y que de vez en cuando desaparece de la residencia sin que nadie se entere de a dónde va. Seth está curioso, ¿será que su elegante abuela tiene un amante por ahí?, con ayuda de Irina la convencen de contarles su historia para escribir un libro, la novela que contara la historia de los Belasco desde sus inicios, una narración que tiene mucho de amor, pero también de guerras, miseria, cobardía y dolor. Y bien, ¿qué decir de este libro?, para empezar es muy diferente al estilo de realismo mágico que Isabel suele usar, cierto, sus frases y algunos eventos hacen recordar a otras de sus novelas, pero en general el estilo es distinto al que nos tiene acostumbrados y déjenme decirles que no se extraña en absoluto su narración pasada pues este libro tiene su estilo muy único que no le pide nada a sus otras novelas. ¿Cómo definir este libro?, la palabra complicado le viene muy bien pues aunque la manera de contar las cosas es muy ordenada los sentimientos tan humanos que demuestran los personajes provocan que te sientas identificado con sus vidas y decisiones. Aunque me gustó mucho eso no deja de lado que me haya traumado un poco llegando al final; todos sabemos que Isabel no es precisamente partidaria de los finales : “vivieron felices y comieron perdices”, pero en sí es un libro que recomiendo mucho, seguramente van a pasar un buen rato. |
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