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Estuvo 9 años en un internado católico cuando de repente sus familiares decidieron sacarla y traerla de vuelva a casa, a Roma. Kathia es una adolescente que solo quiere una vida, unas amistades y un amor normales, como cualquier hijo de vecino. Pero cuando está rodeado de mafiosos, lo "normal" dista mucho de serlo. Por otro lado tenemos a Cristianno, típico adolescente antipopular, malote y chulito, pero no tan típico si pensamos que va a heredar el imperio mafioso de su familia, aunque eso Kathia lo descubre después de que surjan unos sentimientos que ninguno de los dos pueden evitar ni controlar. Lo que empieza siendo el peor de los encuentros, termina en la peor de las despedidas y con ganas de coger el libro que le sigue. Lo que más me ha gustado es, como siempre, el poder empatizar con los personajes, y si una historia te permite hacerlo más allá de los protagonistas, se trata de una buena historia, sin duda. Pasamos por el conflicto interno de Cirstianno, por la inseguridad de Kathia, la salida del armario de Eric, el amor entre Daniela y Alex, la entrega de Mauro, los misterios de Fabio, el compromiso de Enrico, la unión de la familia Gabanna... Mil historias que pasan a formar una sola, y que en mi caso, me ha hecho disfrutar muchísimo. |
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