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Críticas sobre La guerra no tiene rostro de mujer (31)
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Nuryta
 08 July 2023
La autora nos presenta una serie de relatos de la II Guerra Mundial que nos harán llorar, reir, soñar, suspirar y ante todo reflexionar. Un buen grupo de mujeres de origen soviético explican su visión y sus experiencias totalmente humanas, de mujeres que sienten ante todo un gran amor y responsabilidad por su Patria, así como por su familia, sus amigos y compañeros.

Mujeres que se manifiestan fuertes y valerosas, a pesar del miedo que puedan sentir. Que desempeñaron múltiples roles en la guerra, fueron enfermeras, cocineras, conductoras, operadoras de teléfono, pilotos, francotiradoras, partisanas, espías y mucho más. Como mujeres, además, fueron amigas y sostén de los hombres soldados. Igual que ellos al terminar la guerra, se llevaron los traumas y pesadillas a sus casas, pero se vieron en la obligación de “volver a ser mujeres” y olvidar que alguna vez estuvieron en la guerra, porque su papel debía ser el de madres y esposas.

Un libro fuerte pero necesario, para hacer valer el papel de estas mujeres que durante años debieron callar, que aún no se creen que ahora puedan hablar de lo que vivieron y sintieron, pero que alzan la voz, para que el mundo lo sepa.

Excelente lectura, muy recomendada.
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marta_lo
 21 January 2023
El trabajo intenso de la autora a la hora de recopilar información es sublime en este libro. Cartas, llamadas telefónicas, visitas a domicilios, festividades, organizaciones, museos… Svetlana Alexiévich recorrió la antigua Unión Soviética con la grabadora en mano para recoger las palabras de quizá cientos de mujeres y poder elegir de entre todas y crear este libro.

Aunque a veces la autora escribe cómo consiguió tal o cual información, o narra la situación emocional por la que pasaba al ser testigo de lo vivido por otras personas durante la Segunda Guerra Mundial, este libro está narrado realmente por un coro de voces femeninas, cada una preciada e importante.

En su gran mayoría, la autora nos dice el nombre y apellidos de cada mujer y su papel en la guerra (soldado, cocinera, zapadora…), pero en algún caso ha tenido que mantener en el anonimato de algunas, ya sea por miedo o por vergüenza. Porque después de luchar por su país contra los nazis alemanes, la situación fue distinta para los hombres que para las mujeres: mientras que a ellos se les recibía con todos los honores, ellas eran castigadas con el estigma de no ser reconocido su trabajo y de no ser consideradas buenas mujeres por haberse dedicado a la defensa del país. Muchas no pudieron casarse después, y vivieron en pisos compartidos, ya que fueron echadas de sus hogares por sus propias familias.

Es sorprendente también cómo ellas mismas cuentan cómo sentían que era un honor y una obligación el defender a su país, cómo desde pequeñas en casa y en la escuela se les enseñaba a todos a servir a su país por encima de sus propios deseos.

Svetlana Alexiévich ha ganado numerosos premios internacionales por sus obras, ya que da la oportunidad de hablar a quien nunca ha tenido voz. Resulta inquietante que la percepción de la guerra que todos tenemos, hayamos o no vivido una, sea a través de la mirada masculina y se haya obviado la femenina, por eso es tan importante la obra de esta gran mujer.

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MeryJo
 21 February 2023
"La guerra no tiene rostro de mujer" es un libro duro, pero necesario.
Poco se nos cuenta sobre las guerras bajo el punto de vista de las mujeres que participaron en ellas y este libro rescata parte de esas voces, antes de que se apaguen.
La autora entrevista a mujeres soviéticas que durante la Segunda Guerra Mundial lucharon en primera línea contra los nazis, muchas de ellas se alistaron aún siendo niñas. Nos cuentan sus recuerdos mujeres francotiradoras, tanquistas, cirujanas, partisanas, pilotos de aviación, enfermeras y miembros de organizaciones clandestinas y nos cuentan con crudeza los horrores de la guerra, lo que fue estar en primera línea como mujer y también las dificultades encontradas una vez finalizada la guerra.
Parece ser que aproximadamente un millón de mujeres soviéticas participaron activamente en esta guerra, sin contar todas aquellas que participaron en los demás ejércitos.
La autora engancha con cada relato y alza la voz de estas olvidadas protagonistas.
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Eduardo_Irujo
 16 January 2023
Svetlana Alexievich, escritora y periodista bielorrusa, compone en este duro y hermoso, terrible y humano libro de entrevistas a mujeres soviéticas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, una memoria olvidada. Da voz en esos relatos al “tremendo rictus de lo misterioso". En palabras de la autora, "la guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana" (p. 14).

Cuarenta años después de finalizada la contienda Alexievich comienza la titánica tarea de recuperar la memoria de estas mujeres, realiza cientos, miles de entrevistas. Viaja por toda la URSS visitando a esas luchadoras olvidadas en sus casas, en asilos, en granjas. Y vuelve con una historia sublime, cercana, que remueve las tripas. Que horroriza pero nos acerca a los ideales que movieron a todas ellas, jóvenes en su mayoría de 15 o 16 años a luchar en una guerra cruenta que, en principio, no estaba hecha para ellas. Pero se hicieron un hueco, con tesón, grandeza, fuerza de voluntad y una fe inquebrantable. Después, el silencio… impuesto desde el Estado, la sociedad, los hombres y mujeres que salvaron y defendieron.

Encuesta, charla, toma el té con ellas, desde las lavanderas, panaderas y enfermeras hasta las aviadoras, zapadoras, artilleras, partisanas que durante cuatro años, de 1941 a 1945, primero aguantaron la embestida del ejército alemán y, más tarde, le hicieron retroceder hasta Berlín. Pueblos quemados, actos de tortura, asesinatos masivos son descritos desde la mirada tensa y horrorizada, pero con férrea voluntad de resistir y luchar hasta el final. Mirada coral que nos descubre un universo hasta ahora silenciado y desconocido: "recorrí un largo camino junto a mis personajes. Como ellas, pasó mucho tiempo hasta que pude asumir que nuestra Victoria tenía dos caras: una es bella y la otra es espantosa, cubierta de cicatrices. Mirarla es doloroso" (p. 40)
Al finalizar la lectura del libro, sus voces, la de estas luchadoras, resuenan en nuestra mente y nos enfrentan al pasado para poder comprender el presente. Sin olvido. Por justicia. Con ese poso amargo en el estómago de a quien se le ha narrado el horror desde una mirada diferente, cargada de connotaciones, de ternura y de perplejidad.
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MayteRatitadebiblio
 21 October 2022
Menudo año de lecturas duras llevo, hoy os traigo un ensayo de la ganadora del Premio Nobel en 2015, la ucraniana Svetlana Aleksievich, que me ha dejado tocada. En mi primer acercamiento a la autora, me ha fascinado su narrativa, su estilo y los temas que trata. En esta obra nos vamos a encontrar con una perspectiva totalmente olvidada en la historia: la presencia femenina y la importancia de su participación en el conflicto bélico de la II Guerra Mundial. Un ensayo que nos acerca la tan desdibujada figura de la mujer en la guerra, una presencia oculta, escondida, por vergüenza, por poco importante, pero qué papeles tan relevantes han jugado en uno u otro bando, qué dolorosa heroicidad. A tener en cuenta, este ensayo nos acerca el enfrentamiento ruso-alemán desde la perspectiva rusa, lo cual puede llegar a tergiversar hechos y percepciones, los alemanes son malos, los rusos buenos, sin embargo, yo siempre he considerado que en una guerra no hay buenos ni malos, solo estupidez humana.

Lectura maravillosa, llena de hechos desconocidos o que desde nuestra perspectiva masculinizada de la guerra jamás nos habíamos planteado, la guerra en nuestras cabezas sigue siendo cosa de hombres, y no os lo podéis imaginar hace casi 80 años. Lectura instructiva, pero donde ser conscientes que será desgarradora, y tener en mente, en todo momento, que lo que estamos leyendo es REAL. No estamos ante una obra de ficción en la cual pasemos la última página sin más, estamos leyendo historia y eso duele sobremanera. A veces la realidad conlleva más horror que la más aterradora de las ficciones.

Ordenado en bloques temáticos, tiene un estilo narrativo peculiar, sin hilo argumental concreto. Escrito en forma de pequeñas entrevistas o intervenciones, a veces de no más de una o dos páginas de duración, que nos acercan todo el sufrimiento y dolor de unas mujeres cuya vida y destino ha sido marcado por la guerra. Llena de crudeza, pero que deja espacio a la esperanza acercándonos también momentos hermosos llenos de compasión, solidaridad, e incluso amor fraternal o romántico.

Con claro trasfondo feminista y antibelicista, una lectura necesaria y una grata sorpresa que recomiendo sin dudar.
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Bren
 26 November 2019
Había estado viendo un documental sobre la segunda guerra mundial, pero a diferencia de los muchísimos documentales que hay de este tema, éste estaba basado únicamente en la guerra contra Rusia, las batallas y demás, me llamó mucho la atención ver películas y fotografías de muchas mujeres rusas peleando, hoy en día es muy común ver mujeres soldados, pero en esa época no era común, nada común ver mujeres pilotos, mujeres solados manejando tanques, francotiradoras y mucho menos soldados de infantería en primera linea siendo mujeres, pero lo que más me llamó la atención fue la enorme cantidad de mujeres que había en el frente. El documental se centraba en lo desconcertados que se encontraron los soldados alemanes al ver que peleaban contra mujeres.

Así que recordé este libro, lo tenía desde hace mucho, cuando leí voces de Chernóbil de esta autora busqué sus demás trabajos, sin embargo no lo leí en su momento y lo olvidé.

Muy a su estilo, la autora se va a hablar con todas las mujeres que pudo encontrar que participaron el la II Guerra Mundial y más que entrevistas nos presenta monólogos de cada una de ellas relatándonos, como fue que se alistaron y como fue que cada una de ellas termino siendo ya sea soldado, francotirador, tanquista, médico en combate, ingenieras mecánicas, chóferes de camiones, como aprendieron a tirar con rifle, a usar tanques, a lanzar bombas y cuidarse el trasero en las trincheras.

El libro comienza diciendo que la guerra contada por una mujer resulta diferente a cuando es contada por un hombre, bueno, no me ha parecido de esa manera, lo que si me ha parecido es que se hacen mucho menos victimas que muchos veteranos de guerra, no cuentan sus logros militares, como muchos soldados a la hora de hablar de sus guerras, más bien relatan lo terrible, lo espantoso de la guerra, el shock de matar a otro ser humano, a tener que usar ropas de hombre, botas enormes porque eran hechas para hombres, no para mujeres.

Lo terrible es como muchas de ellas fueron si, aceptadas y ¿por qué no decirlo? utilizadas en esta guerra para ir al frente, nadie les hizo el feo, nadie las trato de manera diferente que a un hombre, no fueron abusivos con ellas y se les reconocieron todos sus logros, tienen medallas muchas de ellas y también recibieron sus honores como cualquier otro soldado, pero... PEEEEROOO, una vez terminada la guerra, los hombres no querían casarse con ellas porque habían luchado, la sociedad las marginó, la mayoría de ellas no enseña sus medallas, no le cuentan a nadie de sus proezas bélicas o de su valentía porque fueron tan altamente criticadas que al final terminaron por negar y negarse que estuvieron ahí.

Esto me echo literal un balde de agua fría, porque primero pensé "vaya, si el comunismo después de todo tuvo sus ventajas, fue el primero en quitarse de encima el machismo y dio un paso enorme en feminismo", para luego toparme que, pues resulta que no, que si que se quitaron de encima sus traumas machistas para usarlas en la guerra, para volverse a poner el papel encima una vez terminada la guerra.

Estas mujeres merecen ser recordadas por su valentía, por su lucha, por el amor a su patria y porque rompieron esquemas mucho, mucho antes que otras
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Lavidamurmura
 04 October 2022
La voluntad inquebrantable de Svetlana Alexiévich por arrancar el velo del polvo y del tiempo a la palabra ajena permite que cada acercamiento a su obra, independientemente del tema que recoja, resulte descorazonador e irresistible.

Leer a Alexiévich es observar con los ojos de otro mundo un espacio resquebrajado que aún pende del hilo del recuerdo.

En esta ocasión, la autora se obstinó en recoger las historias, los traumas y sentimientos de las mujeres rusas que lucharon en la Segunda Guerra Mundial y, fiel a su estilo, no darles forma, sino dejar que las propias entrevistadas sean quienes suscriban las pausas, los momentos importantes y también aquellos que bajo ningún concepto desean compartir.

Si ya conoces cómo escribe la autora, en ese sentido este ensayo no te descubre nada nuevo. Pero si disfrutas de la sensibilidad y el respeto con el que es capaz de mostrar ante tus ojos los horrores de la guerra y la incomprensibilidad del comportamiento humano ante las situaciones excepcionales, disfrutarás sufriendo y sintiendo cada una de sus páginas.

Es precisamente por esa gran carga emocional por la que recomiendo dosificar su lectura, aunque a veces resulta casi imposible. Queremos saber por qué esas mujeres pagaron tan caro defender unas ideas que las llevaron a padecer tales dolores y angustias. Y aunque nunca podremos ponernos del todo en su piel, esto no impide que les ayudemos a cargar (aunque sea por unos instantes) con un poco del peso que tuvieron que soportar.

Resulta increíble pensar que apenas siendo unas muchachas abandonaban su hogar con el único deseo de alistarse y formar parte de una causa que, de manera casi inevitable, llevaba aparejada la palabra muerte.

Si hay algo que estremece en estos testimonios son los pequeños detalles, el cómo sobrevivir siendo mujer en un mundo tradicionalmente marcado por el hombre; la guerra es una palabra masculina, sin embargo, las ideas son defendidas por ambos géneros.

Es un libro del que se podrían escribir decenas de páginas, pero del que solo unas pocas nos latirán en la boca y son aquellas que compartan significado con el asombro.

Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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thia_
 10 May 2022
La guerra no tiene rostro de mujer no es una crónica sobre la guerra, al menos no tal y como las conocemos. No es la historia de la victoria ni de los ganadores, sino de las mujeres del Ejército Rojo que combatieron durante la segunda guerra mundial, quienes se subieron a un tren siendo unas niñas con falda que querían luchar por sus ideales y regresaron convertidas en adultas, después de haber mirado a la cara al peor y mejor rostro del ser humano, de haber visto muerte, dolor, sufrimiento, pero también esperanza, restos de inocencia y amor.

Aleksiévich realiza un trabajo ejemplar en el que aúna testimonios de enfermeras, médicas, zapadoras, soldados o cocineras. Todas las labores de guerra tienen cabida en la historia, todos los testimonios son igual de importantes y es la palabra sincera, la confesión tras años de silencio, de esconder la realidad, la que va configurando la narración. La autora se vale de distintos temas que introduce para marcar el hilo narrativo, pudiendo encontrar capítulos dedicados a absolutamente todo lo que configuró el mundo de estas mujeres en esos años, relatándose su relación con la familia, con los hombres del frente, con la muerte, con la primera vez que tuvieron que pulsar el gatillo, con el amor, y también con lo que hubo más allá, con ese mundo al que regresaron pensando que sería como antes pero encontrándose con que su vida había cambiado para siempre y de forma irremediable.

No sólo se realza el papel que realizaron en el campo, no es un mero recopilatorio en el que podemos tener un acceso privilegiado a esta parte secreta de la historia, a esta visión silenciada, sino que la vida continuó para las voces de la novela. Personalmente nunca me había planteado cómo encaja en una sociedad patriarcal el acceso de la mujer a roles tradicionalmente considerados masculinos, me sorprendió leer cómo se las aceptó en el frente, el cariño que se les mostró y que incluso les dieron reconocimientos. Sin embargo, una vez acabada la guerra, el trato cambió. Nunca tuvieron los privilegios que sí poseyeron los hombres que regresaron y lamentablemente ya no encajaban en los estereotipos de lo que se presupone que es una mujer (sin contar con cómo les afectó a nivel mental la guerra, no poder hablar con claridad del tema, tener que esconder sus medallas o verse obligadas a disimular sus heridas por miedo a no poder encontrar marido o salir adelante). Me ha gustado y dolido poder leer estos testimonios, que la autora fuese más allá e incluyera en el libro también estos angustiosos relatos, esta crítica que traspasa la sociedad bélica y llega a los cimientos de nuestra cultura.

Sin duda, es de las mejores lecturas que he tenido, un libro sincero, con una labor de documentación increíble, necesario, y no por ello menos doloroso. Es realista, valiente y, por tanto, duro. Es por ello que quiero acabar la reseña con una cita que a mi parecer recoge bien la idea subyacente a la obra, cómo estamos acostumbrados a leer sobre una guerra edulcorada, masculina, distante, y cuán necesario es hacer una historia de la guerra humana, detallada, sincera y cercana.

"¿Seré capaz de encontrar las palabras adecuadas? Puedo contar cómo disparaba. Pero explicar cómo lloraba, nunca, ni hablar. Eso quedará mudo para siempre. Lo único que sé es que en la guerra las personas se vuelven espantosas e inconcebibles. ¿Cómo vas a entenderlas? Usted es escritora. Invéntese algo. Algo bonito. Sin parásitos ni suciedad, sin vómitos... Sin olor a vodka y a sangre... Algo no tan terrible como la vida...".
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EmilianoPD
 31 October 2022
En el ejército soviético hubo cerca de un millón de mujeres. La escritora premio Nobel rastreó la pista durante veintiséis años y entrevistó, preferiblemente cuando estaban solas y no las podía el pudor ni, más importante, la retórica oficial que tanto tiempo y con tanta fuerza las ninguneó y sepultó, a estas doblemente heroicas luchadoras.

Aparte de su indudable e inmenso interés testimonial, este extenso reportaje tiene momentos de terrible belleza, de lúcidas y palpitantes cuestiones acerca de qué somos y qué nos hace ser humanos (o no), enmarcados y dirigidos por una intención única y valiente: no sólo dar voz a las silenciadas, sino también el asentar la base de una Historia del Alma.

Se me hizo sin embargo harto difícil su lectura, no sólo por la crudeza de muchísimos de sus pasajes. Entre mis taras está la aversión a los puntos suspensivos; ¿está tan plagado de ellos el original en ruso? Reconozco que es un recurso para la imposible tarea de reflejar el habla vacilante, directa y sincera de las entrevistadas, y también la de la asombrada autora (a quien casi nos parece ver cómo se queda sin palabras mientras van surgiendo esos pedazos de vida desgarrada), pero tal abuso de "esos signos" me provocaba leerlo balando cual ovejita y no, no es cuestión, impío, frívolo burguesito.
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ihortal
 10 October 2023
Lectura recomendada por mi amiga Tex hace ya unos años, que se quedó en la lista de pendientes hasta que un día de casualidad lo vi en la librería y me decidí a comprarlo. Ahora por fin le ha llegado el turno, y la sorpresa ha sido mayúscula, no me esperaba para nada lo que me he encontrado.

La autora (Premio Nobel de Literatura en 2015) cuenta al inicio de este ensayo cuál es su método de trabajo, que consiste en buscar documentación y contactar con las personas que vivieron determinados momentos históricos, en este caso la IIª Guerra Mundial. Cuenta que necesita de mucho tiempo para conseguir sacar esas “voces” que parecen ser la base de su estilo y que son básicamente los testimonios sinceros de las personas, a los que puede llegar gracias a dedicar tiempo y ponerse en el lugar de sus entrevistadas, a las que les cuesta en menor o mayor medida sacar a la luz sus recuerdos.

Para crear esta obra entrevistó a muchísimas mujeres que participaron activamente en aquella guerra, ya fuera como parte del equipo sanitario, de transmisiones, partisano o primera línea de batalla. Por aquel entonces, estas supervivientes tenían entre 16 y 20 años, y el amor por la Nación que les había sido inculcado al igual que a los hombres y su determinación fueron los detonantes de su decisión de participar. Sus declaraciones ponen los pelos de punta, hay en su relato una verdad (quizás más humana) que yo no había visto hasta ahora en los relatos bélicos, más centrados en la potencia armamentística, la valentía o el resultado.

Ellas hablan del olor y el color de la guerra (un rojo que muchas no querrán volver a ver en sus vidas), del impacto real de la muerte en su cuerpo (mutilaciones o lesiones en el corazón causadas por el impacto de las bombas) y en sus sueños (visiones de muerte que continúan en su vejez), de la ayuda a los heridos independientemente de su bando (los alemanes también eran jóvenes como ellos), de la regla que se retira definitivamente o las molestias de no tener ropa interior femenina (y dejar tu rastro en la nieve), de su deseo de seguir siendo mujeres a pesar de estar en un contexto como aquel (poder rizarse el flequillo o tener ropa de recambio), de la dificultad de compartir espacios con hombres (a menudo eran acosadas en las covachas, no podían lavar su ropa quedándose desnudas delante de los hombres como hacían ellos)…y también de su complicada vuelta a la realidad después de la guerra, tremendo que los hombres fueran héroes de guerra mientras ellas eran tachadas de putas y los hombres no las querían como esposas por haber visto aquellos horrores (a pesar de haber sido durante la guerra sus “hermanitas” y compañeras de batalla).

No puedo describir el impacto que ha tenido en mí esta lectura, creo sinceramente que todos deberíamos leer lo que nos transmite Alexiévich en su obra, incluso debería formar parte de las lecturas obligatorias cuando se estudia la guerra en los institutos. Indispensable.
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