La guerra no tiene rostro de mujer

Estamos acostumbrados a que siempre que leemos un ensayo sobre la guerra no existen los sentimientos, solo existen zonas conquistadas, número de muertos y armas. Sin embargo, en la guerra también hay vida. Hay tristeza, hay alegría, hay amor. Lo que estas mujeres nos cuentan no es cómo consiguió Stalin llegar a Alemania, sino cómo se sintieron ellas cuando dispararon por primera vez, cuando tuvieron que ver morir a una compañera, cuando tuvieron que vendar heridas durante más de un día sin descansar. Nos van a contar cómo se enfrentaron psicológicamente al hecho de ir al frente, cómo se prepararon para ello y cómo consiguieron aguantar allí siendo mujeres.

A pesar de que no trate sobre el número de muertes, si trata la muerte. La personifica y le da un nombre, no la deja fría a través de cifras. Algunos relatos de los que recoge el trabajo de Alexiévich son realmente duros hasta el punto de que necesitas parar un poco para poder seguir leyendo. Madres que se ven en la obligación de abandonar a sus hijos, que ven como mueren de hambre sus seres queridos, que pierden de forma injusta a una hermana, un padre, una madre...

La novela que está actualmente a la venta es una reedición que se hizo en 2015 de su trabajo original de los años 70. Sin embargo, esta vez ha incluido relatos que hace tiempo los censores no le permitieron publicar o que ella misma no se atrevió a añadir por la dureza de estos. En esta versión habla sin miedo. Cuenta todo lo que cree imprescindible. No tiene miedo de contar lo que le han contado, incluso lo que le han pedido que no contara porque la sociedad de la época no lo habría visto bien. Temas tabú que trató más delicadamente en el primero como el sexo y la regla ahora los trata tal y como se merecen.

Un ensayo periodístico sobre el papel de la mujer en una guerra estaba claro que me iba a gustar. Pero no me esperaba que tanto. No me esperaba que me fuera a ilustrar también la realidad del Ejército Rojo. Cuando leí la sinopsis la primera vez pensaba que sería un ensayo basado en tesis y libros de historia, pero me ha sorprendido gratamente que la base sean los testimonios de las que lo vivieron.
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