Esto no se dice

No me siento capaz de hacer una crítica de este libro, es tan… real, es el propio escritor abierto en canal, para que conozcamos, para que sepamos, aunque no podamos digerirlo, lo que él ha vivido, lo que ha sufrido, lo que ha callado, pero sobre todo, un grito de amor a su madre, para que ella pueda escucharlo desde allá dónde esté.
Escrito en primera persona, desde el punto de vista de un hombre, ya adulto, que recuerda cosas que nadie debería tener en su cabeza. Me ha dejado totalmente destrozada, porque me he puesto en el lugar de que su mayor apoyo, porque ningún menor (y ahora que lo pienso, tampoco ningún adulto) debería callarse ningún tipo de abuso por miedo a que no le crean, porque ellos no tienen la culpa, ellos son los inocentes de los que se aprovechan personas que no merecen ese nombre. ¡Nosotros somos los adultos! Es nuestra obligación y su derecho el sentirse seguros estando al cuidado de padres, madres tíos, abuelos, pero también de profesores, vecinos, e incluso en el parque jugando con sus amigos.
No me siento capaz de analizar si está bien o mal escrito, son sus sentimientos, sus recuerdos, su alma ¿Qué pinto yo aquí? Si alguien está en esta situación, por favor, soltadlo, gritadlo, seguro que ayudáis a muchos que en breve podían estar pasando por el mismo infierno.
Desde luego, el autor ha demostrado ser de los más valientes que he leído jamás, si pudiera ahora mismo le daba un abrazo de esos que hacen crujir los huesos y se te coloca todo el cuerpo. Espero que algo de mi fuerza te llegue, para que ahora que te falta ese punto que te sostenía, nos puedas tener a tus lectores para que no percibas tanto ese vacío. Alejandro: toda mi gratitud por mostrarme tus peores pesadillas, por compartir tu carga conmigo. Para ti, mi aplauso más sincero.
No me siento capaz de otra cosa que no sea limpiarme lágrimas y mocos que aún después de haber terminado la última página, se empeñan en caer. Sólo os recomiendo esta lectura en un momento en que no estéis bajos de ánimo.