El estado natural de las cosas

Un libro increíble. Una auténtica rareza entre la miríada de libros que se publican cada mes. Un conjunto de relatos a cual más perturbador en el sentido más amplio de la palabra. Perturbador por las reflexiones que disparará en tu cabeza, por la curiosidad que te despertará, por el shock que te provocará con algunas de sus extravagantes historias...
No sé si es para todo el mundo. Se me vienen a la cabeza un buen puñado de personas que solo alcanzarían a preguntarme «¿Qué marcianada es esta?» o «¿Y con esto a dónde quiere llegar?» Pero por cada una de esas personas se me ocurre otra que lo disfrutará porque valora las historias que transitan "el otro lado del espejo", las que no te lo dan todo mascadito, porque aprecia la realidad que puede encerrar el realismo mágico o simplemente porque adora que un autor pueda ampliar tu mente con el mero acto de suspender por completo tu incredulidad; o tal vez por todas estas razones al mismo tiempo.
Mi mejor consejo: Léelo. Cuando lo hagas, hazlo despacio, cuento a cuento, tardes los días que tardes. No empaches tu cerebro, saborea ese regusto a «¿Qué?» que irá dejando paso a la comprensión.

Yo ya estoy planeando cuando volver a leerlo. Dejaré que pase un tiempo, para que mi cerebro archive bien todo lo que me ha producido.
Luego volveré a por más.