El conde de Montecristo

Según dicen Dumas tuvo varios "colaboradores" que entregaban sus manuscritos al francés y este los reescribia o incluso tan solo estampaba su firma.

En el caso que nos ocupa, cuentan que un tal Auguste Maquet realizó muchas de las páginas del conde de Montecristo, y mi curiosidad me llevó a leer la obra con ojo crítico.

No, no he sido capaz de encontrar dos plumas en esta, ya es hora de que lo diga, magistral novela.

Seguramente porque desde la primera página quedé atrapado tanto por el contenido, como por la prosa, como por la fuerza de Edmundo Dantés, uno de los personajes más inmensos que me he tropezado en la literatura.

El conde de Montecristo es una pieza bordada a mano, con hilo de oro y letras de plata.

Sí, a veces la trama se va por las ramas, pero hay tanta belleza en esas ramas... me viene a la mente el pasaje de Simbad y Franz saboreando hachís en la cueva...de incalculable valor para mis sentidos.

Un libro que he bebido a pequeños sorbitos, en 4 meses, deleitándome, regodeándome en frases y pasajes que a fuego lento, se ha tatuado en mi piel, en claro contraste de las mil pieles de Dantés.

Pero es inevitable. La historia se precipita y la venganza nos arrastra a todos, al lector también.
Y entonces llega la angustia de conocer el final, las prisas, y pasas del deleite tranquillo a la ansiedad.

A estas alturas, ya da igual quien sea Dumas, pues al final lo siento por el autor, pero lo que importa siempre, siempre es el libro.

Excelente obra, donde entre otros, Zafón se inspiró para la huida de Montjuic de cierto personaje.

Para aquellos que les parezca algo lenta solo puedo decir...

Confiar y esperar.

Más de mil páginas asustan; en cierto modo das por hecho que habrá partes áridas o incluso que puedes perder el interés; y sí, siempre puedes abandonar... aunque empezar un libro pensando en un posible abandono es cuanto menos desalentador. Pues bien, ya os adelanto que no me ha pasado nada de esto.
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"El conde de Montecristo" es la historia de Edmond Dantes, un joven marinero con un futuro prometedor cuya vida se precipita a los infiernos por la traición de aquellos que se decían sus amigos.
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Está de más decir que esta es una historia de venganza, pero no es solo eso. de hecho, su trama es muy rica y compleja, en parte gracias al gran número de personajes que desfilan por ella. La venganza es el centro de la historia y al rededor de ella giran la injusticia, la traición y la ambición en la peor de sus caras. También lo hacen la amistad, el perdón, la lealtad y el amor.
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En la novela se entrelaza lo mejor y lo peor del genero humano dando lugar a una gran novela de aventuras en la que el autor no da un respiro. Dumas construye una novela muy teatral, repleta de  diálogos, lo que convierte la lectura en un ejercicio ágil, trepidante y muy entretenido. La historias está repleta de giros inesperados y lo mejor y lo que más me ha sorprendido es que no decae en ningún momento... os recuerdo que la novela tiene más de mil páginas.
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Será una de mis mejores lecturas del año y os animo a leerla sin miedos y sin prejuicios. A mi me atrapó desde el principio, los tres meses se pasaron volando y terminarlo me dejó un poco 'huerfana'.
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Entre tantas glorias tengo que hacer una crítica y es a las perlitas misóginas que suelta Alexandre Dumas a lo largo de la novela, dan ganas de echárselo a la cara y soltarle cuatro frescas.

"Toda la sabiduría humana estará en estas dos palabras: esperar y confiar."

Un clásico literario tan trascendente en la cultura que era imposible llegar al siglo XXI sin conocer su historia o trama a través de referencias, aún así, es una lectura extraordinaria y obligatoria. La mayoría conoce El conde de Montecristo como una apasionante historia de venganza, mejor dicho, La Historia de venganza.

Creo que su lectura va más allá de la epidermis superficial de la aventura, es un mundo literario vivo, un trágico y cruel juego donde una figura contradictoria lucha contra el destino impuesto por Dios, Edmund Dantés acaba creyéndose por encima de él y es capaz de desafiar sus reglas, e incluso la propia mortalidad. Si, como dice Cervantes, la historia es madre de la verdad, lo que contamos acerca de algo o de alguien es o se convierte en lo ocurrido históricamente.

Su vasto número de páginas me intimidaba y es un error: cada una de sus casi 1500 hojas merecen la pena. Se dice que Auguste Maquet, uno de los principales "negros" de Dumas, muy activo en sus obras, escribió gran parte del libro y que el propio Dumas reescribió más tarde. Maquet no figuró en los títulos de la obra ya que Dumas pagó una elevada suma de dinero para que así fuera. Nos encanta las anécdotas y todo mito las arrastra consigo, solo hace darle más vida a una joya ya perfecta.

Como Don Quijote, Dantés es un personaje marcado a fuego. Para siempre. Su larga y exquisita venganza, deleitó y deleita a nueva generaciones de lectores, Dumas desafía a la mortalidad como su propio hijo literario. Un clásico que habla de traiciones, amor y desamor, amistad, la justicia , la piedad y el perdón, tesoros ocultos y, posiblemente, reflexiones que leídas entre líneas encierran los secretos para redireccionar nuestras vidas. Obra maestra.

Quienes no hayáis leído esta gran obra que hoy os traigo, por pereza o porque os impone respeto, hacedme caso y no lo posterguéis más, no sólo estáis ante uno de los grandes hitos de la literatura, si no ante una novela nada densa, ágil y de fácil lectura, que os mantendrá totalmente enganchados de principio a fin al no decaer de nivel ni de acción en ninguna de sus más de mil páginas.

La historia de Edmundo Dantés y su venganza tras ser injustamente encarcelado a manos de sus supuestos amigos, es un argumento de todos conocido, que ha trascendido de la literatura al cine en sus múltiples adaptaciones e igualmente al cultural popular. Escrito en el siglo XIX y ambientado en la Francia napoleónica, el trasfondo histórico y político, gran hándicap en otras obras del estilo, está maravillosamente encajado, sin desubicarnos de la trama y ensamblado de forma elegante y didáctica.

Aquí tendréis todo lo que se pueda pedir a una gran historia: junto con la gran venganza, tenemos romance, drama, misterio y aventuras por doquier, además de un agradable recorrido geográfico por la Europa del siglo XIX. En cuanto al elenco de personajes, nos hallamos ante uno de unos de los protagonistas más potentes de la literatura, un hombre totalmente cegado por la venganza como único estandarte de vida y rodeado de un elenco de secundarios maravilloso que no le va a la zaga. Cada una de las tramas adicionales se enmaraña alrededor de Edmundo de forma armoniosa, dejando en ocasiones al lector perplejo y desorientado, creyendo haberse saltado texto, o pensando en un “deus ex machina”, hasta que de repente, todo encaja. Además, Dumas hace partícipe en todo momento al lector en la trama, lo burla, lo interpela y juega con él a su antojo, haciendo de la lectura una experiencia sin igual.

El texto es fluido, cargado de diálogos, el ritmo de la acción vertiginosa, no dejan de pasar cosas, acabamos cada capítulo con el corazón desbocado, una narrativa muy visual, más que leer, parece que asistamos a una obra teatral. Un largo viaje con un final que os dejará el corazón encogido, no por la historia en sí, si no por despediros de unos personajes que pasarán ya a formar parte de vuestra vida.

Ayer terminé El conde de Montecristo, una novela de aventuras escrita por Alexandre Dumas y publicada en 1845. Esta novela es la historia de una venganza, es la historia de Edmond Dantés, un joven marino con la vida resuelta que por envidias o pura maldad, ve como le truncan la vida de un día para otro.

Tengo que admitir que este clásico francés ha roto completamente mis esquemas. Cuando asumes una lectura de más 1000 páginas, intrínsecamente das por hecho que habrá partes densas en las que se te hará cuesta arriba avanzar. En El conde de Montecristo esto no ocurre. En sus más de 1000 páginas, las tramas se suceden, decenas de hilos argumentales se cruzan. No te da tiempo a aburrirte porque cuando una trama se cierra otra ya ha iniciado.

Creo que es un clásico ideal para aquellos que no se atreven a afrontar la lectura de libros de siglos pasados, eso sí, deben tener en cuenta que es un libro largo.
Contraponiéndolo con Los Miserables, diría que es más entretenido ya que el otro tiene sus partes más exigentes y densas, pero si es verdad que creo que no consigue la profundidad y el carisma de sus personajes.

En definitiva, una novela de aventuras ágil y dinámica, de cinco estrellas. Una novela dónde la fuerza radica en la construcción de las tramas, que no le sobra ninguna página, y que cada capítulo es una sorpresa para el lector.

A los 19 años, Edmond Dantès tiene una vida prometedora por delante: joven noble y sereno, gracias a su buen hacer acaba de ser ascendido a capitán del barco en el que trabaja y va a casarse con Mercedes, la hermosa mujer de la que está enamorado. Sin embargo, la envidia hace que aquellos que en teoría eran sus amigos lo denuncien por bonapartista mediante un anónimo, delito que en aquella época conllevaba la prisión o la muerte. Edmond es detenido el mismo día de su boda y dará con sus huesos en la prisión del castillo de If. Allí, el Edmond que un día fue un joven inocente y confiado se convierte en un hombre movido por el deseo de venganza. Así, planea su fuga de la prisión y el modo de vengarse de quienes lo enviaron a ella, aunque para ello deban pasar años.

Qué contar acerca de este clásico del que ya está todo dicho... No es de extrañar que se publicara por entregas, porque admitámoslo, el libro es largo de narices, y da muchas vueltas hasta llegar adonde quiere llegar, pero es de esos libros que te absorben por completo, de los que crean un elenco de personajes infinito que de verdad requiere sus casi 1300 páginas para que todos cuenten lo que tienen que contar. Y no es solo una de las historias sobre venganza más monumentales que se han escrito: hay amor, lealtad, traición, planes madurados durante años, duelos al amanecer, cárceles mohosas, misteriosas confesiones en el lecho de muerte, cuevas del tesoro, bandoleros italianos, venenos... Hay un momento en el que te preguntas: «¿De verdad tiene que contar esto tan al detalle?», pero cuando lo terminas te das cuenta de que sí, todas las páginas eran necesarias (aunque seguramente un editor hoy en día lo dejaría fácilmente en 300 menos). Además, durante toda la novela el lector tiene esa sensación de anticipación, de saber que las mil vueltas de la trama van en una única dirección: fraguar lentamente una venganza que sabemos que se acabará produciendo.

Es verdad que en algunas ocasiones no me gustaban los derroteros que tomaba la trama, como cuando Dantès se creía poco menos que Dios llevando a cabo sus designios de venganza o la vertiente amorosa del final, con la que no he comulgado en absoluto. Por el contrario, hay personajes que creo que en general pasan muy desapercibidos y son todo un puntazo, como cierta dama que se niega a casarse con quien su padre ha elegido para ella y decide fugarse con una amiga (¿amiga y amante? En cualquier caso, bastante revolucionario para una novela del siglo XIX). Por otra parte, hay un personaje con quien creo que el libro ha sido un poco injusto, un personaje femenino en concreto. Durante toda la lectura me pregunté con mucha curiosidad si esa mujer quedaría redimida o sería castigada (seguro que ya sabéis de quién hablo), y me sorprendió el final que Dumas eligió para ella.

Puede leerse como una novela de aventuras, porque lo es y mucho, pero yo destaco la maestría de Dumas para perfilar los personajes, en concreto nuestro protagonista, que empieza el libro como un muchacho cargado de ilusión con toda la vida por delante, luego cae en una sima de desesperación hasta el punto de ansiar la muerte, después ve un resquicio de esperanza y ansía vivir de nuevo... para convertirse años después en un ser casi vampírico, movido por el deseo de venganza al que poco importa su propio destino, pero que en ningún momento deja de evolucionar y crecer y acaba abrazando la vida... Un personaje muy complejo y uno de los protagonistas más increíbles. Y Dumas desarrolla la trama como un maestro, plantando la historia ante nuestros ojos casi como si fuera una película. Y, por cierto, no creáis que este libro tarda en arrancar: quedaréis absortos por la historia ya desde las primeras páginas, pues el comienzo es trepidante.

En definitiva, lo único que puedo decir es que este es uno de esos clásicos que una se alegra de haber leído. Una de esas novelas monumentales que se guardan mucho tiempo en la memoria.

Puedo recomendar encarecidamente la edición que yo leí, que es la de Anaya, traducida por Pollux Hernúñez y José Mª G. Holguera, e ilustrada por Enrique Flores, en una edición un poco desvencijada que saqué de la biblioteca. El texto es impecable y se lee solo.
Enlace: http://lavidanobasta.blogspo..

🫶🏼Gracias a la lectura conjunta organizada por el Club de lectura de @ratitadebiblio me he leído esta obra de arte de la literatura universal y he de decir que me ha encantado y lo he disfrutado muchísimo.
 
🙌🏼Todas las metas tenían momentos increíbles, de tensión, de intriga. La manera en que se desarrolla la trama, los personajes tan bien definidos, esa venganza que se va desarrollando poco a poco y con esos giros que hacen que te explote la cabeza.
 
🫵🏼Los secretos y las apariencias son grandes protagonistas de esta novela donde nada es lo que parece y con dinero puedes conseguir lo que quieras.

Para quien no conozca la historia original, Edmond Dantès es un marinero del barco Faraón que como última voluntad de su patrono, que ha enfermado durante el viaje, hace escala en la isla de Elba para llevar un mensaje a Napoleón. Este le entrega una carta que el joven deberá entregar a alguien que vive en París. A su vuelta, es ascendido a capitán y el día de su boda con la joven catalana, Mercedes, es detenido y encarcelado en la isla de If porque sus conocidos, Danglars y Fernand Mondego, lo han denunciado como bonapartista ante el fiscal Villefort.

Sin saber ni el porqué ni el quién, identifica a sus enemigos con la ayuda de su compañero de presidio, el abate Faria, y planea su venganza. Gracias a las riquezas que encuentra en la isla de Montecristo, consigue hacerse un nombre y una posición social, comenzando, en su estancia París, a tejer la red en la que irán cayendo uno a uno sus enemigos.

Como podemos observar, por tanto, en este pequeño resumen de los momentos iniciales del libro, el tema principal de la novela es la venganza. Sin embargo, esta idea de venganza no va a ser entendida como un sentimiento cruel que corrompe al personaje, sino como todo lo contrario. La venganza será el máximo símbolo de justicia, ya que será la ordenadora de la sociedad de París, desenmascarando a todos aquellos que están en su posición no por méritos propios, sino por manipulaciones. La novela nos vendrá a decir que si se puede poner en cuestión a alguien, es porque tiene algo por lo que ser cuestionado.


Ahora bien, aunque nuestro parecer con el conde pueda ser de comprensión, debemos reconocer que su método para urdir su plan, aparte de ser muy inteligente, es cruel. No se apoya solo en los hechos delictivos, sino que juega con las pasiones de sus enemigos, provocando que sean ellos mismos quienes a través de sus propios pecados se descubran y caigan en desgracia, con un empujoncillo del conde siempre, claro.

En este sentido, en la novela el conde se sentirá como mano de Dios, bajo la cual administra su venganza. Todo queda justificado así: habiéndole arrebatado todo, no la vida, sino sus compañeros, él tiene del derecho de arrebatarles su vida, en una especie de equilibrio de la balanza. Para poder hacerlo ha enmendado en cierta medida los pecados cometidos por cada uno de ellos: del barón Danglars ha pagado las deudas del banco, de Villefort consigue salvar la vida del padre de este y dar una oportunidad de felicidad a la hija, y del conde Moncerf (antes Fernando Mondego) ha conseguido liberar a Hydee, hija del noble griego al que traicionó.

Sin embargo, Alejandro Dumas no nos dará un protagonista que no sea humano. Así, cuando la venganza del conde sobrepasa a los culpables, él admite su humanidad y cesa en el plan, otorgando la felicidad a otros y alejándose de Francia.

Cambios en el cómic: Justicia

La primera impresión al abrir el cómic fue de sorpresa, porque parece que la historia empieza siempre con la llegada de la tripulación de El Faraón a la isla de Elba, donde Napoleón de la carta que más tarde lo incriminará y lo llevará a la isla de If. En el cómic esto no sucede del todo así, sino que este acontecimiento se nos irá contando por fases, revelándose la última pieza del rompecabezas de la detención del marino en la celda con el abate Faria, quien ata los cabos. Esto en un principio no cambia en sí la narración, más que el lector que no haya leído la novela descubrirá junto con el protagonista la verdadera razón por la que está preso y no lo sabrá de antemano.

Otro de los cambios importantes, al menos a mi parecer, es que no se narra la convivencia con los contrabandistas. Cuando consigue salir de la prisión de If y está en mitad del mar sin dirección hacia la que nadar, Edmond Dantès es salvado por unos contrabandistas con lo que pasará largo tiempo. Es gracias a ellos por lo que sabe moverse en los bajos fondos y lo que justificaría su saber tratar, por ejemplo, con la mafia italiana.

Ahora bien, todos estos cambios no se nos ocultan en el cómic, ya que los autores han hecho una sección de cómo se ha adaptado la novela donde se nos cuenta no solo la investigación para los escenarios, con lo que han hecho un trabajo estupendo, sino qué elementos narrativos han tenido que recortar para adaptar una novela de estas dimensiones (en algunas ediciones llega a las 1140 páginas). La verdad es que después de leer el reportaje que incluye el tomo, me gustó más si cabe el cómic.

Además, algunos de los cambios son muy interesantes. Por ejemplo, el paso del tiempo se nos marcará constantemente, lo que nos ayuda a asimilar la trama muchísimo mejor. Por otro lado, en el cómic se explicita más el cambio de sentimientos del conde. Cuando ayuda a Morell, su antiguo jefe, para que no se suicide el conde entiende que ya se ha despojado de toda bondad y que por tanto puede comenzar su venganza. de esta manera el personaje clama su capacidad y crea el personaje del conde de Montecristo. No obstante, esta explicitud no solo la vemos en el conde, el resto de personajes son más directos de manera que vemos más claramente las faltas de estos y entendemos muchísimo mejor al conde como mano de la justicia, confiriéndole una legitimidad más que justificada.


Quizá, por ponerle una crítica más directa, creo que el eliminar ciertas sutilezas del texto original, ciertos gestos de caballerosidad en los diálogos, hace que se pierda la honorabilidad de algunos personajes y se sientan menos las heridas que el conde ejerce en ellos. Por ejemplo, pasa sobre todo en la familia Morcef, cuando Albert quiere limpiar el nombre de su padre, delega en los demás y la retractación final queda como mandato de su madre y no un verdadero arrepentimiento por los actos de su padre.

Cómic, ¿sí o no? ¿Me leo a Dumas?

Por supuesto que hay que leerse a Dumas, eso sin duda, ya que el cómic no deja de ser una adaptación. Sin embargo, es una adaptación buenísima que condensa a la perfección la esencia de la novela y declara abiertamente los sentimientos que se están desarrollando en ella. Justicia, venganza, amor y perdón bailan en las viñetas con los personajes, que se nos hacen cercanos, verosímiles y fieles a los originales. Porque al final, la enseñanza del gran Conde de Montecristo es la misma en ambas obras: «Espera y Esperanza».
Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..

No tengo palabras. Acabo de cerrar el segundo tomo que da finalización al libro y siento un gran estupor. Las lágrimas han brotado de mí sin apenas darme cuenta y es que el efecto que ha causado este libro en mí ha sido increíble. ¿Cómo he podido durante toda mi vida oír hablar de El Conde de Montecristo y no leerlo? Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen, pero lo que me estaba perdiendo solo he descubierto ahora que he leído esta magistral obra.

Edmund Dantès, es un hombre joven y afortunado que ve su vida truncada de un día para otro por la codicia y la envidia de unos hombres cuyo único deseo es arruinarle la vida para cumplir sus propios propósitos. El plan concebido por estos hombres cumple su propósito y Dantès es encerrado en el Castillo de If dónde sufrirá lo indecible y planeará su venganza para con sus enemigos.

A lo largo de más de 1400 páginas en esta edición, incluyendo las notas, he admirado la prosa de Dumas y si bien se comenta que detrás de esta obra se encuentra otro autor que fue a su vez, escribiendo partes, no he notado diferencia y no sabría bajo ningún concepto señalar qué parrenha sido escrita por cada quien. Lo que tengo claro es que es una obra maestra, que ya forma parte de mis mejores lecturas del año y de la vida y que el marinero Edmund Dantès de la primera parte, como el Conde de Montecristo de la segunda, me han dejado un poso difícil de olvidar, cosa que no deseo, porque está maravilla debería ser leída y recordada por todos.
¿Qué hay alguna parte que sobra? Sí, que la primera parte es más trepidante que la segunda? Puede, pero la unión de las partes hace un libro redondo que dadas las circunstancias de los hechos no puede hacerse de otra manera, o sí, pero a mí tal cual se ha planteado me parece simplemente brillante.
Y tras estas palabras solo puedo decir una cosa, leedlo.

Este es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos. Lo leí hace como veinte años y me sigo acordando de él. Me enganchó y me impactó a partes iguales.

El libro fue escrito por fascículos, de tal forma que cada capítulo te deja con un "cliffhanger", con ganas de seguir leyendo para ver qué pasa. Necesitas saber.

Una historia maravillosa de la que es mejor (aunque difícil) no saber nada antes de comenzar a leerla, para no perder el efecto sorpresa.