 |
La premisa de la historia me ha gustado mucho teniendo en cuenta en la época en que se escribió. Pues a las cortesanas a penas les daban un papel protagonístico y mucho menos la dotaban de sentimientos o emociones humanos más allá de la ambición y egoísmo. La pluma del autor es ligera, concisa y descriptiva aunque a veces se enfrasca en una retórica un tanto innecesaria. Los personajes están bien construidos, Margueritte es una mujer sensata, fuerte, decidida, pasional... que no puede evitar caer rendida ante un amor completamente desinteresado y noble. Armand, en contraposición, es un hombre bueno, amable, inseguro, desconfiado... que en ocasiones no termina de actuar de la forma en que se espera del héroe. La historia está llena de críticas hacia la sociedad del momento; los comportamientos interesados, el mantener las apariencias, la presunción, el egoísmo, la ambición... pero en contraposición, en el amor puro y sincero entre los protagonistas, se puede dislucidar aspectos positivos de la humanidad como el desinterés, la entrega, el sacrificio... El amor que se profesan Armand y Margueritte así como su desdichada historia pone en tela de juicio el ideal de que el amor todo lo puede cuando dos personas ocupan un lugar tan diferente en la escala social y entre ellos existe un abismo de diferencias que los rodean. Las dudas, los celos, lo más conveniente para uno y para el otro, ese amor imposible y difícil que por muy profundo y puro que sea no es suficiente para sobrevivir. El libro me ha encantado aunque al principio se me hizo un poco lento. La personalidad y el sacrificio de Margueritte la convierte, para mí, en una increíble heroína de la literatura capaz de llevar adelante y sobrevivir a las duras condiciones que le ha tocado vivir y buscar lo mejor para la única persona por la que siente amor y se siente amada desinteresadamente a pesar de incluir un difícil sacrificio que la marcará hasta el final. Es una novela de sentimientos, redención, sacrifico y puro amor. |
>
