El brindis de Margarita

Ana Alcolea es licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Filología Inglesa. Ha ejercido como docente de Lengua y Literatura durante más de veinticinco años y publicado más de veinte novelas. A pesar de que el público al que suele dirigirse es infantil y juvenil, eso no le ha detenido para escribir "El brindis de Margarita", una novela adulta que ha sido galardonada con el Premio de Las Letras Aragonesas 2020.

Narrado en primera persona y conjugando presente y pasado, Ana Alcolea realiza un recorrido introspectivo por la vida de la protagonista y sus relaciones familiares que, sin poder evitarlo, van ligadas al contexto histórico al que les tocó vivir; la posguerra, el franquismo y los años de transición hacia la democracia.

La acción transcurre a lo largo de los tres días en que Margarita debe vaciar la casa y poner en orden los últimos resquicios de su pasado, sin embargo, este enfrentamiento inequívoco le invita a enfrentarse con sus recuerdos. de este modo no solo se lleva a cabo un momento de inflexión para ella, sino que la invita a romper con sus fantasmas del pasado y perdonarse a sí misma.

La trama no tiene grandes acontecimientos, al contrario, es bastante lineal, la acción es casi inexistente y el foco principal recae en las conclusiones que saca Margarita de sus pensamientos, experiencias pasadas e intercambio de opiniones en hondas conversaciones con personas de su pasado.

Con una pluma amena, con precisas descripciones, extensos diálogos y cargada de reflexiones, Ana realiza un delicioso recorrido por la historia de España a través de una visión muy humana, social y familiar dirigido a todo tipo de lectores, permitiéndole a aquél que haya vivido en tiempos pasados sentirse identificado, del mismo modo que los más jóvenes consiguen entender aquellos acontecimientos que marcaron a varias generaciones.

A través de las diferentes conversaciones que Margarita mantiene con sus amigas se amplía el punto de mira, consiguiendo descubrir diferentes perspectivas y opiniones relacionadas como un mismo momento histórico. En cierta medida se trata de un análisis pormenorizado de la vida de momentos críticos y puntuales de una serie de mujeres que han pasado por varias etapas políticas, sociales y familiares, que han visto cómo sus vidas se desligaban de sí mismas debido a la represión más absoluta y poco a poco se veían liberadas de sus etiquetas gracias a la democracia y la incorporación de la mujer en el mundo laboral demostrando su capacidad de resiliencia, superación y renovación.

De este modo y, sin poder evitarlo, debido al tiempo cronológico en el que se ambienta la novela en el presente, se hace un seguimiento de la exhumación de Franco y cómo la vivieron aquellos que se rigieron por el franquismo, enfrentando así diferentes pensamientos y opiniones, al mismo tiempo que se abre la brecha del pasado.

Como personaje principal solo existe Margarita, pues el resto tiene su aparición de forma puntual. Este personaje se va descubriendo según avanza la novela a través de sus actuaciones y reflexiones introspectivas.

Del personaje de Margarita, cabe destacar que a pesar de su perfecta y compleja construcción no he podido empatizar demasiado con ella, dado que su actitud hacia algunos personajes secundarios y sus pensamientos dañinos, negativistas y prejuiciosos sin ningún tipo de fundamento me enfurecían. Éste es quizás el único punto negativo que pondría a la obra y que me ha impedido disfrutarla al máximo.

Los temas que se tratan son de lo más diversos, tocando aspectos comunes y controvertidos como la familia, las relaciones, la amistad, el paso del tiempo, las redes sociales, la muerte, el maltrato, el papel de la mujer, la educación, el aborto, la homosexualidad, el racismo, el feminismo o el divorcio. Todos ellos son retratados por la autora siempre desde diversas perspectivas y estableciendo como base las normas sociales de los años 60 comparándolo con el siglo XXI y llevando consigo una moraleja.

Ana pone una nota de color al añadir música, libros, película y cine de la cultura pop de los últimos años del siglo XX.

Considero que es una novela con la que cualquier lector puede sentirse identificado no solo por su estilo costumbrista, sino porque ahonda en el interior de las personas y el dolor que produce enfrentarse a la pérdida de un ser querido al deshacerte de sus objetos personales en los que se encierran tantas historias, algo por lo que todos hemos tenido que pasar en algún momento de nuestras vidas.

En conclusión, "El brindis de Margarita" es una novela real, dura, optimista, triste y, a la vez, esperanzadora, que remueve el pasado y desentierra esos momentos más difíciles para un ser humano como pueden ser enfrentarse a la pérdida de ser querido o poner punto y final a ciertos puntos del pasado.

El pasado está presente en cada uno de nuestros actos y prueba de ello es la magnífica novela de la escritora zaragozana Ana Alcolea, muy querida y leída entre los niños y adolescentes y que ahora publica un libro para un público más amplio con bastantes puntos en común con su vida personal.

Para empezar, la protagonista es una escritora llamada Margarita de reconocido éxito que rememora su infancia y juventud durante la dictadura franquista justo cuando vuelve a la ciudad donde nació y creció para hacerse cargo de la casa de sus padres. Cada mueble, objeto y olor la trasladan a aquel tiempo cuando ella: de pequeña yo siempre brindaba por la salud de Franco y ahora, en el momento actual, todo el mundo asiste a la exhumación del dictador en el Valle de los Caídos.

Margarita vuelve a casa sola y la casa está vacía. Sus padres y su abuela han muerto y ni su marido ni su hijo la han podido acompañar. Por eso, ella se aferra a los recuerdos que parecen haberse adueñado de los objetos y que le hacen vivir de nuevo aquellos momentos del pasado. Sin embargo, una vez evocados no le cuesta tanto deshacerse de los enseres y su reencuentro con amistades de su juventud la ayudan a tomar distancia respecto a su familia.

La memoria se viste de anhelos, reproches, vivencias y experiencias familiares y personales que dejan huella, pero que la madurez consigue volverlos un tanto borrosos y tan estáticos como una imagen fotográfica. al lector no le queda otra opción que comparar el brindis de una chica de trece años con la actitud de una mujer adulta y con una carrera consolidada en el mundo de las letras que nos da una lección histórica con un toque de elegancia y templanza no exenta de humor.


Ana Alcolea, nació en Zaragoza en 1962, se licenció en Filología Hispánica y más tarde se diplomó en Estudios Ingleses. Ha sido profesora de Lengua y Literatura en secundaria durante más de veinticinco años y además de publicar obras de ficción para niños y jóvenes también es autora de ediciones didácticas de obras de teatro y numerosos artículos sobre la enseñanza de Lengua y Literatura. Su afición por otras culturas y lenguas la ha llevado a viajar a otros países y estos viajes los ha aprovechado para ambientar muchas de sus novelas juveniles. Algunos de sus libros son: El medallón perdido, El retrato de Carlota, Donde aprenden a volar las gaviotas, El bosque de los árboles muertos, La noche más oscura, El secreto del galeón y El secreto del espejo, El abrazo del árbol y Castillos en el aire. Bajo el león de San Marcos fue su primera novela para adultos y en el año 2016 fue galardonada con el Premio Cervantes Chico y recientemente con el Premio de las Letras Aragonesas en el 2019
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He leído esta novela extraordinariamente rápido, ayudada en gran parte por lo hechizante que es la historia y porque los capítulos son súper cortos, que es lo que más me puede gustar en un libro, ya que le da agilidad a la lectura y hacen que quiera avanzar cada vez más.

Margarita sin duda, es una gran protagonista que nos pasea por los sucesos del pasado, mezclándolos con los sucesos y encuentros que se producen en el presente. Lo que más me ha gustado de ella, es que es muy fácil empatizar con su carácter y sentimientos, cosa que pocas veces consigo con los protagonistas.

La pluma de la autora es ágil, sencilla y me fascina como va hilando presente y pasado sin parecer abrupta, de esa manera el lector se mete en la historia y no pierde el hilo.

Ha sido genial disfrutar de sus páginas y también aprender, ya que yo no viví esos años.

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