Las tres vidas del pintor de la luz

Todo comienza con una muerte.
 
La marcha de Augusto García deja a sus familiares con una honda pena y también con la habitual tarea de hacer limpieza y “reparto” de los bienes. Pero… hay uno que para ese patriarca era muy especial, un boceto de Sorolla. “El Sorolla” que durante décadas ha presidido la entrada de su casa y que ahora hay que decidir qué hacer con él.
 
Javier, nieto de Augusto y… ¿autor de esta novela?, se verá imbuido por la curiosidad y perseguido por la culpa de no haber preguntado, cuando había tiempo, por la historia de ese Sorolla. ¿Cómo su abuelo pudo pagarlo? ¿Cómo lo consiguió? ¿Por qué era tan importante para él que no era un gran entendido en arte? Además… la visita de un tasador dará a esta familia una noticia inesperada que puede cambiarlo todo.
 
Una historia contada a varios tiempos, donde ficción y realidad bailan de la mano, a través del paso de las generaciones de esta familia… que tiene mucho más que ver de lo que piensan con Joaquín Sorolla, el pintor de la luz.
 
Una novela que nos permite pasear por Valencia a finales del siglo XIX, meternos de lleno en el día a día de la academia de Bellas Artes de San Carlos, pero también, saltar a Italia, a Paris… con el arte como hilo conductor porque, aunque este libro nos hable de Sorolla, permitiéndonos conocer los años de formación del pintor y un acercamiento personal a esta interesantísima figura, nos habla de mucho más. Como a veces la suerte es un factor determinante para decidir quienes pasan a la historia, ya se sabe que el talento, aunque ayuda (y mucho), no lo es todo. Y en cierta manera, este libro también homenajea a todos los que lo intentaron y quedaron en el camino.
 
Un libro que pone de manifiesto la importancia de tener buenos maestros, y de arriesgarse y salir de la zona de confort, de lo buena que puede ser la competencia cuando se está aprendiendo y se quiere llegar a lo más alto. Un libro que pone en valor el oficio y el trabajo detrás de las obras de arte. Si sabéis poco de arte, creo que este libro tiene el plus de mostrar, de una forma muy bien integrada en la trama, el proceso de creación detrás de las obras que hoy cuelgan en los museos (entre otras sorpresas que no desvelaré).
 
No busquéis en este libro una biografía de Sorolla, acercaros a él con la intención de acompañar a sus protagonistas en una búsqueda desesperada por sacar a la luz una historia familiar antes de que caiga en el olvido irremediablemente. Una novela de esas que te recuerdan tener conversaciones mientras puedes con tus mayores y guardar en tu memoria un trocito de ellos para siempre.
 
Sorprendentemente bien escrita y construida para la que fuera la primera novela del autor. Fue capaz de emocionarme y eso, no es fácil.

Año 2017. Augusto García acaba de fallecer y el bien más preciado que deja a sus herederos es un carboncillo de Sorolla. Un estudio del cuadro arroja una sorpresa inesperada para sus familiares, que se plantearán todo lo que creían saber sobre su padre y abuelo. Javier, el nieto mayor de Augusto, iniciará una búsqueda tratando de enlazar la vida del joven Sorolla con la de su abuelo.

A diferencia de mis dos anteriores lecturas donde nos encontramos con un sin fin de aventuras, en este caso contamos con una historia familiar, y en cierto modo, autobiográfica sobre el abuelo del autor y su "Sorollita". Pero donde creo que lo que más destaca es poder conocer a Sorolla. Y es que, Sorolla no se levantó un buen día y comenzó a pintar, su genialidad fue resultado de un proceso creativo. En gran parte de esta novela asistimos a su formación como pintor, y conocemos a la persona que hay detrás del legendario artista.

Tal vez la trama me ha parecido mas flojilla, me ha gustado, pero no tanto. El autor combina personajes reales con ficticios y aporta abundante documentación, especialmente de la vida y personalidad del pintor, para crear un libro que pone en valor el oficio y el trabajo detrás de las obras de arte. Y todo con una prosa amable y fluida. Pero me ha faltado un poco el ritmo de las novelas posteriores, y alguna historia secundaria se me ha hecho lenta.

Pero para nada desmerece su lectura. Y ademas, para los valencianos tiene el aliciente añadido de recrear lo mejor de esa ciudad a finales del siglo xix.