Posdata: Te quiero

Puede que la trama os parezca triste y no os apetezca leerlo. ¿Pero qué pasa si os digo que también está lleno de humor y buenos momentos? Cecelia Ahern tiene una forma única de hablar sobre situaciones duras que dejarían a cualquiera en la miseria porque, incluso a pesar de todo esto, sus personajes son capaces de reponerse y seguir adelante con sus vidas. Eso es lo que me gusta de ella y lo que encontramos en Posdata: te quiero.
Da pena, no os voy a mentir. Da muchísima pena cada vez que Holly se enfrenta a una situación que le hace recordar a Gerry y que él ya no esté ahí cuando vuelve a casa, para celebrar su cumpleaños ni la navidad. Por supuesto, tiene sus días buenos en los que se siente fuerte y llena de energía para hacer lo que sea, y también tiene sus días de bajón como es natural. A veces, se muestra un poco egoísta con sus amigas en el sentido de que las ve felices y dando grandes pasos en sus vidas cuando ella se siente estancada y sin poder dar esos pasos ella misma, pero también demuestra muchísimo coraje.
Sus amigos, su familia, todos ellos, junto con los mensajes de Gerry, harán que Holly supere su miedo al karaoke, que consiga cuidarse, que aprenda a no sentirse sola sin su gran amor, la impulsan a encontrar un trabajo que realmente le gusta y con el que se siente realizada y, sobre todo, a disfrutar de la vida otra vez. No es un proceso fácil por el que pasa esta chica, pero lo intenta una y otra vez hasta que acepta que Gerry siempre va a estar con ella de una forma u otra, pero que no debe encerrarse en su dolor.
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