Ana No

Ana no emprende el que será su último viaje. Sabe que la muerte la ronda, pero antes de darse por vencida, decide viajar al Norte para ver a su “pequeño”, el último de sus hombres que sigue con vida después de la Guerra Civil, condenado a cadena perpetua por comunista.
Ana no, es una mujer que no sabe leer ni escribir, que apenas tiene dinero y que vive a través de sus recuerdos. Esos recuerdos en los que sus cuatro hombres todavía siguen con vida y a los que ella vuelve una y otra vez para sacar fuerzas.

En esta novela, Agustín Gómez Arcos, nos mete de lleno en la miseria de la posguerra, narrando de manera poética el dolor y la pena que siente nuestra Ana. Y sí, digo nuestra Ana, porque es un personaje con el que te encariñas. El autor consigue hacerte sentir su compañero de viaje, leyendo cada página con un nudo en el pecho porque sabes lo que va a pasar y al mismo tiempo, te niegas a que ocurra.
No quieres que Ana sufra más de lo que ya ha sufrido.

Es una lectura que te atrapa, pero que pide ser leída poco a poco, sin prisa, acompañando a la protagonista a lo largo de ese viaje sin retorno, mientras compartimos su pena y su rabia.

* Ana (González, apellido paterno que olvidó), Anita, Ana Paucha, Ana la alegría del regreso, Ana loba de mar, Ana roja, Ana no, Ana anónima, Ana negra de luto, Ana viuda de esposo y de hijos,...

* Desconocía toda la obra de Agustín Gómez Arcos (Enix 1933. París 1998). Autor premiado en dos ocasiones con el Premio Nacional Lope de Vega, pero censuradas sus representaciones. Negado en España y galardonado en Francia, también dos veces, con la Orden de las Artes y las Letras.

* Ana Paucha no es Ana "pocha". Y lo es. No tiene salud, puede que esté a punto de podrirse... pero es fuerte y aún está entera. Por eso es capaz de recorrer andando las vías férreas desde la costa almeriense hasta el Norte. No el de su provincia, sino el de la nación que desconoce.

* Quiere ver a su "pequeño", de cincuenta y dos años, recluso por comunista en el immesamente lejano Norte. (Me lo imaginé en el Duerso, cercano a donde veraneé un año)

* Ana porta un bizcocho, que amasó, para su pequeño. Dulce que va endureciéndose por el camino. Como ella con lo que siente, ve, padece y aprende. Aprende por qué el andar - forma dura de viajar- como el leer, lo dijo Cervantes, "abre los ojos". Y de un ciego, de ojos cerrados, Ana aprende a leer y a comprender lo que ve en su camino.

*"Dios, te olvido. No me sirves para nada", dijo un día al perder en la guerra civil a su esposo Pedro y a sus dos hijos Juan y José. Y al quedarse sin su pequeño, Jesús, recluso en el Norte. "Tres pecesillos..."

*Novela dura. Relato tierno. Historia de una historia contada oralmente, de madre a hijos, para que no se olvidara jamás. (No conocí a "Ana no" , pero sí a unos primos hermanos - que mucho más jóvenes y sin la tragedia de ella- marcharon andando desde Córdoba al Nordeste en busca de trabajo y comida para sus pequeños).

*"Ana no" , no se olvida
*

Este libro me dejó kao. Derrotada.

Ana no. Anita la alegría del regreso. Ana niña. Ana madre. Ana mujer. Ana y la pena. Ana es tanto y sin embargo ella se ve sin identidad. Es Ana no. Ana Paucha.

A través de su historia vemos el miserable reflejo de lo que fue en el pasado este país de vencedores y vencidos. Estos últimos, con sus cuerpos alimentando tierra de fosas. Es el caso de Pedro Paucha, Jose Paucha y Juan Paucha.

A Ana solo le queda su hijo pequeño, Jesús Paucha, preso desde hace más de 10 años. Por eso emprende el viaje a pie, desde Andalucía hasta la cárcel, en el Norte. Siguiendo la vía del tren. Y este viaje peregrino será el retrato de una España franquista rancia, injusta, oscura, deleznable. Una sociedad que castiga al oprimido y eleva al opresor. Meses de camino, con acontecimientos y encuentros que irán pintando un viaje crudo, de dolor, y de repaso por un vida, la de Ana, que en sus inicios fue feliz pero la guerra lo arrasó todo.

No sé transmitir la tristeza y la rabia que me ha dado el libro. Lo injusto que me parece. La condena de Ana al olvido, a la pena, a la resignación, a la muerte.

Este libro solo arroja verdades. Y el speech final te deja sin aliento.


Si Ana llorase, sería un mar de lágrimas

🌿
Anita. Ana. Ana Paucha. Ana no.
La protagonista de esta bella y dura historia. Esa protagonista inolvidable, de las que calan hondo, de las que te atraviesan buscando un hueco eterno en tu corazón. Y es que no es para menos después de pasar varios días en su compañía. de su mano, día tras día sintiendo su presencia a mi lado, hemos ido de viaje. Un viaje de sur a norte, caminando sin descanso, sin importar ni el frío ni el hambre. Un viaje físico que lleva a otro mental, indagando en recuerdos de su vida. Anita, esa niña rodeada de figuras masculinas. Ana, esa chica que conoció a su Pedro y la convirtió en Ana Paucha. El comienzo de las ausencias y de las muertes. El comienzo del luto. La Guerra, esa que le robó todo lo que le quedaba, todo lo que le hacía latir, respirar y avanzar. Ana no.

«Mi soledad son cuatro camas en las que florecían, antaño, cuatro cuerpos de hombre. Las camas están vacías. Los hombres, muertos. Mi soledad es una barca que se va resecando en la playa; barca herida, abandonada, que ya no acogerá el saludo de las gaviotas en las alegres amanecidas de los regresos. Mi soledad es el gozoso nombre que ya no podré dar a mis nietos, muertos antes de nacer. Mi soledad es la palabra abuela, que nunca oiré, salvo en el negro abismo de mis sueños.»

Una historia muy cruda que te envuelve y te hiela. Una historia que te va preparando para ese final que intuyes pero que deseas que no ocurra. Y una vez llegado al final ya no hay vuelta atrás. La tristeza lo invade todo, el corazón está totalmente encogido y las lágrimas brotan sin pedir permiso. ¿Cómo seguir con tu vida después de conocer la de Ana Paucha?

«—¿Qué enfermedad se habría llevado a los hijos de una mujer de tu edad sino la guerra?
—¿Qué epidemia hemos padecido que no sea la guerra?»

Llevaba años queriendo descubrir a Agustín pero no quiero excusarme ni tampoco castigarme por haber tardado tanto en hacerlo. Lo único que quiero es recuperar el tiempo perdido y ponerle remedio. Disfrutar de cada obra suya que caiga en mis manos.
Ha sido un increíble descubrimiento.
Enlace: https://www.instagram.com/re..

Ana Paucha perdió a su marido y dos de sus hijos en la guerra civil y pasó más de 30 años esperando la salida de la cárcel de el tercero de ellos "su pequeño".
La novela comienza cuando Ana prepara un bizcocho, cierra su casa de Almería y se dirige atravesando la meseta al norte de España; quiere llegar hasta la cárcel donde está encerrado su hijo para verlo antes de morir. Va siguiendo los raíles de las vías del tren porque no sabe el camino, primero sola luego acompañada por una perra con sarna, un guitarrista ciego, o se une a un circo; con ellos Ana comprenderá el valor de su vida y la de la familia que ha perdido. En su camino Ana aprenderá a leer y escribir y nos irá desvelando poco a poco su vida y su personalidad, fuerte, pero sencilla. Se irá transformando en una mujer valiente, capaz de enfrentarse a la pobreza y a la muerte sin ningún temor. al finalizar el viaje, la protagonista ya no será un ser sin nombre, sino que habrá aprendido a nombrar su dolor y a dirigir su rabia contra quienes la han hecho perderlo todo.
Ana Paucha se queda conmigo para siempre.