La cinta roja

Con La cinta roja estamos ante un nuevo libro ambientado durante la Segunda Guerra Mundial pero con la diferencia de que esta vez se trata de una historia ficticia, aunque cogiendo algunos hechos o personajes reales.
Sé que mucha gente tiene la sensación de que este tipo de libros suelen ser muy duros y difíciles de leer por los hechos que narran, cosa que es bastante cierta, pero este es una oda a la amistad, con lo que resulta ser un libro muy asequible emocionalmente para todos.

Ella es una adolescente de 14 años que se encuentra sola en Auschwitz. Sabe que si quiere sobrevivir debe encontrar un trabajo que no sea demasiado duro, así que consigue un puesto en el taller de costura del campo, en el que se dedican a hacer trajes y vestidos para las guardianas y las mujeres de los altos cargos nazis.
Allí, Ella podrá hacer lo que más le gusta, coser y diseñar, y también le permitirá conocer a Rose, una chica risueña, soñadora y muy dulce.
Al principio le costará entender la forma de ser de Rose, pero poco a poco irán haciéndose amigas, uniéndolas un sueño en común: salir de Auschwitz con vida y montar una tienda de moda.

Todo el mundo en el campo sabe que tener un puesto de trabajo bajo techo te da más posibilidades de sobrevivir. Es por eso que varias mujeres, entre ellas Ella y Rose, pelean para conseguir el puesto vacante del taller de costura que ha creado la mujer del comandante.
Son dos chicas que vienen de mundos totalmente diferentes y que jamás se habrían conocido en circunstancias normales, además de tener carácteres totalmente opuestos.
Ella es una chica sensata, práctica, realista y decidida, mientras que Rose es soñadora, risueña, generosa, siempre ayudando a los demás y viendo lo bueno de todo el mundo.
No conectarán al principio, pero la dulzura y la bondad de Rose conseguirán derribar las murallas de Ella y entre ellas crecerá una gran y auténtica amistad.

En el taller ambas están al resguardo de las inclemencias del tiempo, no es un trabajo duro físicamente y pueden hacer lo que más les gusta.
Pero no todo va a ser tan sencillo. El peligro está a la vuelta de la esquina, cualquier movimiento en falso podría condenarlas a muerte y durante todo el libro iremos viendo cómo se van enfrentando a todas las dificultades que se van encontrando.
Una guardiana y sus radicales cambios de humor, las enfermedades que se van propagando por los barracones, la desesperación de otras prisioneras... no serán pocas las adversidades.
Y, aunque no seremos conscientes del paso de tiempo, al igual que la protagonista ya que está narrado en primera persona, sí que iremos viendo cuándo se va acercando el fin de la guerra, cuando los guardianes ya estaban nerviosos por el avance de los aliados y comenzaron a vaciar todos los campos, en las ya famosas marchas de la muerte.
Serán momentos de tensión, incertidumbre, de no saber qué va a pasar ya no sólo con Ella, si no con el resto de personajes que hemos ido conociendo durante todo el libro.

Es un libro muy ágil y rápido de leer y, aunque narra momentos crudos, no es de los más duros de leer. No se recrea en las escenas violentas o dramáticas y tiene un mensaje cargado de esperanza con un final lleno de muchas emociones.
A pesar de ser una historia ficticia, la autora nos cuenta hechos que realmente sucedieron o introduce personajes secundarios que existieron.
Es por eso que consigue que conozcamos nuevos datos e información sobre cómo trataban a los prisioneros o por lo que tuvieron que pasar esos años.

La cinta roja es una historia corta pero lleno de risas, lágrimas, tensión, miedo e ilusión. Con dos personajes con los que acabas encariñándote y que acompañarás en su camino hacia la libertad.
Sin duda una muy buena opción si os gustan este tipo de historias.
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