Hijos de sangre y hueso

No dejaré que tu ignorancia silencie mi sufrimiento.

Siempre tendremos miedo.Nuestra única esperanza es luchar.Luchar y ganar.

Da igual lo que te hizo, da igual lo que veas, creéme cuando te digo que no es para siempre...Si lograste liberarme, encontrarás la manera de salvarte a ti misma.

Cuando los colores palidecen, veo la verdad: estaba ante mis ojos, y al mismo tiempo, permanecía oculta.
Todos somos hijos de sangre y hueso.
Todos somos instrumentos de venganza y virtud.

Luchábamos para obtener su aprobación, inmersos en una batalla por conseguir su amor, una batalla que ninguno de los dos ganaría jamás

Ahora tienes dudas porque en eso consiste ser rey...Tienes ante ti la obligación y el corazón. Elegir uno implica que el otro debe sufrir

Con este deseo, lo veo todo claro. Las cosas empiezan a cobrar sentido.
No hay por qué temer a la magia.
Nos basta con tenernos el uno al otro.

Daba igual lo que dijese el mundo, mi magia era hermosa. Incluso sin poderes, los dioses me habían bendencido con un don

Es como si la viera de verdad por primera vez: el ser humano que hay detrás de la maji. El miedo contenido en el dolor. La tragedia ocasionada en nombre de Padre.

Nuestro pelo siempre es fuerte y blanco como la nieve que cubre las cimas de las montañas de Ibadan, una señal tan dominante que ni siquiera el tiente más negro podría ocultar el pelo de un maji durante más de unas horas