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“El rostro de una niña le devolvió la mirada desde detrás del cristal. A Darby se le cayó el teléfono.” ~ En la tormenta de Taylor Adams. Darby Thorne viaja sola en su Honda Civic para visitar a su madre enferma de cancer de páncreas, en fase terminal. Es víspera de Nochebuena y la nieve cae copiosamente. La relación entre madre e hija no es del todo buena y Darby quiere llegar antes de que se produzca el desenlace final. Atravesando una zona de montaña, de noche y con la carretera cortada, Darby decide refugiarse en una cabaña de la oficina de turismo donde están también esperando a que pase la tormenta y la carretera sea circulable otras cuatro personas. Afuera, tres coches aparcados, y en uno de ellos, una furgoneta, Darby descubre una niña, enjaulada y atada. Pronto reconoce que es una niña que ha sido secuestrada hace días y en ese momento Darby sabe que tiene que salvarla pero sin confiar en nadie. ¿Lo conseguirá? Y de conseguirlo, ¿cómo escapar juntas en esa tormenta? Regulín tirando a bajo. ¿El motivo? No me lo he creído. Mira que la historia prometía y la base del argumento es buena pero los personajes, ¡ay, los personajes! al principal, Darby, no hay por donde cogerla. No ha logrado que empatice con ella y aún menos con sus pensamientos y diálogos internos que por momentos eran absurdos. La narración se caía más que una wifi pública y el autor no ha logrado transmitirme la tensión que se le presupone a una situación así. Quizá si en vez de usar un narrador en tercera persona, hubiese optado por un narrador en primera persona, la cosa hubiese mejorado. Pero es que a pesar de estar narrado en tercera persona el autor no nos ha explicado nada más allá de lo que le sucedía a la principal protagonista con lo cual la fórmula ha sido desaprovechada y quizá en primera persona habría logrado mayor tensión. |
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