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Pese a que en este libro se nos da a conocer la vida de un pueblo tribal en África a finales de siglo XX mediante la vida de un miembro del clan y haciendo referencia a muchas tradiciones y leyendas, lo cual puede parecer un muy buen argumento, el libro me ha decepcionado y me ha parecido larguísimo aún teniendo escasas 200 paginas. Empezando por el protagonista, Okonkwo es un hombre hecho a la guerra, siente profundo desprecio por la debilidad, por las mujeres y por los sentimientos. Me resulta impossible empatizar con un hombre que da palizas a su familia por cualquier tonteria y que hace muy difícil la vida en el hogar. La elección de este protagonista no es nada acertada, e igualmente se parta de la idea de buscar un personaje profundamente arraigado para contrastarlo con el desmoronamiento de la cultura africana por parte de los occidentales, resulta demasiado despreciable como para seguir leyéndolo a gusto. La sociedad que nos muestra el autor es cruel con los niños, con los mayores y con todos en general, excusándose en la obediencia a sus dioses y en no ofenderlos. El abandono de bebes gemelos al bosque para que mueran ahí, el asesinato de jóvenes sin ningun motivo aparente más allá de las visiones de hechiceros o sacerdotisas... La relación tirante entre tribus, las cabezas cortadas como símbolo de orgullo y fuerza. Con nada de eso he disfrutado de la lectura, y sin ser destacable la pluma del autor, debo decir que no ha sido mi estilo de libro. Aún así ha habido partes buenas: las leyendas y cuentos que normalmente contaban las mujeres a sus hijos, y la incursión occidental en la tribu, interesante de leer y pieza principal del desmoronamiento de la sociedad africana. |
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