Matilde debe morir

La historia de este libro tan extravagante se centra en ti (sí, ¡en ti!), un lector excesivamente curioso que, ignorando las advertencias del narrador, se adentra en una novela en la que será el principal sospechoso del asesinato de Matilde. Eso te dirá el narrador, claro, porque cuando te ambientes en la historia en sí estarás en la misma semana en la que Matilde muere, en un bar en la esquina de Charcas y Armenias, rodeado de otros dos sospechosos: el bigotudo de la mesa 2 y el mozo, Valentín. Uno de vosotros es el asesino, eso está claro. Pero a medida que irá pasando la historia te darás cuenta de que nada es lo que parece y que no eres el único lector embarcado en esa historia que podría asemejarse a un laberinto sin salida y tendrás que buscar la manera más sencilla de salir de ese bucle cueste lo que cueste. Además, a medida que avanza la novela vemos los escritos de Matilde (que al poco de empezar el libro nos enteramos de que se dedica a escribir cuentos) y que cada uno será mucho mejor y más interesante que el anterior. Aunque como bien especifica el narrador en varias ocasiones, esos escritos nos los muestra para satisfacer nuestra curiosidad y, en realidad no tiene importancia en la trama principal.

Eso es lo poco que os digo sobre un libro con tanto contenido como lo éste del que estamos hablando. Porque si hay algo que no le falta es contenido, en todo momento surgen dudas nuevas y reflexiones nuevas que te hacen dudar a ti al que más porque, después de todo, tú mismo eres el protagonista. Es algo mágico adentrarte en esta novela, verdaderamente parece que formas parte de eso y que el que estás actuando eres tú; incluso en varias ocasiones el autor expresó lo que estaba pensando (como decisiones lógicas sobre Matilde o el polémico final). Básicamente, la mente del autor es la clave del éxito de esta novela, Cristian tiene una mente de genio y creo que este libro podría ser la demo de una posible obra maestra que podría llegar a escribir este autor. Yo tengo esperanza en que no malgaste sus posibilidades como un escritor fantástico y se centre en hacerse más habilidoso en el uso del lenguaje. Además, su pluma también es magnífica y deja a los lectores durante toda la novela en 33 constantemente. No acaba de suceder una cosa, cuando ocurre otra aún más impactante, pero tampoco te resulta repetitivo ni cansino, es interesante como los protagonistas (tú y otros dos más) superan cada dificultad y toman decisiones en esas circunstancias tan difíciles y siendo conscientes de que se encuentran dentro de una novela literaria.

Todo está muy bien, la novela es apasionante y original, etc. Pero… ¿el final? Decepcionante cuanto menos. Quiero decir, no es un mal final después de todo, pero si comparas el final con el resto de la novela, es sin duda muy aleatorio y sin ninguna explicación; no sé, un por qué o algo, ¿no? Pues en absoluto, el autor suelta la bomba, lo acelera todo y concluye la novela con una frase que me gusta pero el concepto que gira en torno a ella no tiene ningún sentido. Además, la manera en la que los personajes entran y salen del bar mencionado antes puede llegar a asemejarse a un teatro muy simple, y no a una novela como ésta era la intención de ser.

Dejando de lado lo malo, que después de todo no es tan grave y hace balanza con lo bueno, esta novela es una muy fácil de disfrutar y que te mantiene expectante de principio a fin, el autor hace un trabajo excepcional con los detalles de cada cosa (individual y colectivamente) y, honestamente, sí que la recomiendo. Si no te gustan las novelas policíacas en general, no pasa nada porque la manera en la que está escrita esta y lo original que resulta con respecto a las demás vale la pena sin duda.
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