Una de las mejores lecturas de lo que va de año. Leer “Panza de burro” ha sido una experiencia distinta a leer cualquier otro libro. Ha sido como transportarme de nuevo a la niñez, concretamente a esa etapa tan complicada e incomprensible que es el paso de la infancia a la adolescencia. Las protagonistas son verdaderamente increíbles. Dos chiquillas descubriéndose a sí mismas. Tienen una relación que refleja perfectamente los sentimientos de amistad, orgullo y enfado que todos en algún momento hemos pasado con respecto a otras personas, y sobre todo en la infancia. Con una prosa muy poética y un uso del lenguaje bastante peculiar a la par que atractivo, la autora consigue ponernos tanto en la piel de la protagonista como en la de su amiga Isora, y sentir sus problemas como nuestros, o más bien, recordar esos problemas que todas y todos hemos sufrido en esa etapa en la comenzamos a abandonar la infancia y nuestros problemas empiezan a ser otros, shit. A rasgos generales, es una lectura profunda, llena de metáforas, con toques melancólicos y empapada del léxico y la cultura de las Islas Canarias en cada una de sus páginas. Como canario que soy, recomiendo esta lectura a todo el mundo, seas de Canarias o no. Porque si eres de Canarias te sentirás reflejado en muchos aspectos de esta novela y disfrutaras leyendo expresiones y palabras típicas de las islas, y si eres de afuera, gracias a la prosa de la autora, creo que conseguirás sentirte como uno más. |