Mig món

El poder exige tener un hombro siempre en las sombras

Lo que tiene remar es que se hace encarado hacia atrás. Siempre mirando al pasado, nunca al futuro. Viendo siempre lo que se pierde, nunca lo que hay por ganar.

—¿Y dónde encontramos aliados?
El padre Yarvi sonrió.
—Entre nuestros enemigos, ¿dónde va a ser?

Tómatelo todo como un cumplido... y ya no se te puede insultar.

La diferencia entre un asesino y un héroe está en el prestigio de los muertos.

Raro es el error que solo se comete una vez.

Lo que más aman los hombres es ver a otros enfrentarse a la Muerte. Les recuerda que todavía están vivos.

– No eres tan dura como haces ver a los demás, ¿verdad?
Espina inspiró hondo.
–¿Quién lo es?

Quizá miramos a los demás y vemos solo las cosas de las que carecemos.

Las grandes gestas merecen grandes recompensas de grandes hombres. De lo contrario, ¿para qué criar hombres?