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Francisco Abelenda (Traductor)
ISBN : 8445009311
336 páginas
Editorial: Minotauro (25/08/2020)

Calificación promedio : 4.09/5 (sobre 61 calificaciones)
Resumen:
«Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación. El más cierto de los episodios puede perderse en el estilo del relato, o quizá dominarlo: como esas extrañas joyas orgánicas de nuestros océanos, que si las usa una determinada mujer brilla cada día más, y en otras en cambio se empañan y se deshacen en polvo.»
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Críticas, Reseñas y Opiniones (26) Ver más Añadir una crítica
laurass89
 24 November 2018
¿QUIÉN ERES TÚ? ¿QUÉ SOY YO? LA MANO IZQUIERDA DE LA OSCURIDAD DE URSULA K. LE GUIN

Con unas palabras simples, aisladas, pero grandiosas y complejas en su contexto, comienza la novela de ciencia ficción La mano izquierda de la oscuridad de la autora estadounidense Ursula K. le Guin, quizá mi novela de CF favorita. Sin embargo, puede que su nombre nos suene más por otras novelas englobadas en su serie fantástica de Terramar. Por desgracia, la poca fama que tuvo el género de la ciencia ficción frente al fantástico (Terramar) ha hecho que no se preste tanta atención entre el púbico a una de las mejores novelas de nuestro tiempo. Así, de hecho, ha sido contemplada entre de los expertos en el género y recompensada con un gran número de premios.

Lo que me propongo ahora es mostrarla –en un momento donde los prejuicios contra la ciencia ficción están en desuso, aunque no hayan desaparecido– tal cual y sin adscripciones ideológicas. En una sociedad que anda en pañales con la cuestión del respeto y la adscripción genérica, e incluso diría más, que anda en pañales en cuanto a la oposición masculino-femenino, mujer-hombre, este libro, creo que aún puede levantar ampollas porque estas etiquetas llevan implicaciones políticas. Os comento, no es de ayer... se escribió en 1969.

Y como andamos en pañales y señalamos con un dedo inquisidor lo extraño, no vemos el árbol en el bosque. Las especulaciones de esta estupenda escritora son maravillosas, pero no dejan de ser especulaciones de cómo habría de ser una sociedad donde el género no sea determinante. Su propuesta política es que sería determinante algo más peligroso, bajo mi punto de vista, el prestigio. Por ello no quiero centrarme en el aspecto político, sino en lo que sí podemos aplicar ahora mismo y que creo que es urgente aplicar. La novela nuestra algo tan insólito como desconocido: ellos, vosotros, nosotros.

Buscando la enseñanza

Ai, un hombre de Terra (terrano) viaja hasta Gueden, en terrano Invierno, para anexar el planeta a la confederación intergaláctica del Ecumen, parecido a nuestra Unión Europea. En dicho planeta habitan los «guedenianos», humanoides andróginos y cuyo sexo biológico está determinado una vez cada tres semanas por el contexto hormonal en el que se encuentren en ese momento. Esto que podría parecernos que reside en la esfera de lo privado, sin embargo, se convierte en dominio público, quizá debido a la periodicidad de estos cambios, ya que el estado atiende a ellos como un elemento más de la sociedad guedeniana. Todo está configurado en torno a las fases de kémmer (¿‘sexualidad', ‘apetencia sexual'...?): desde la monarquía, que contempla que su rey pueda quedarse embarazado y lo que ello conlleva, hasta el mundo laboral, ya que se han de dar días libres y el estado estará comprometido a garantizar la satisfacción del kémmer de cada ciudadano. de este modo podemos ver que la novela nos ofrece un estupendo escenario donde se nos permite contemplar otra manera de relacionarnos. Otro sistema del que tendremos que aprender para comprendernos a nosotros mismos.

¿Por qué a nosotros mismos? ¿Cómo entidad colectiva? He leído el libros varis veces y mi evolución personal ha ido cambiado en cuanto a su comprensión. En unas primeras lecturas Cuando vez me pareció interesante fabular con ese estado político sin etiquetas.


Publicado por Laura Santiago Sánchez noviembre 23, 2018
¿QUIÉN ERES TÚ? ¿QUÉ SOY YO? LA MANO IZQUIERDA DE LA OSCURIDAD DE URSULA K. LE GUIN


Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación. […] sin embargo, no hay tampoco en estas páginas ninguna falsedad y todo es parte del relato.

Con estas palabras, tan simples, aisladas, pero grandiosas y complejas en su contexto, comienza la novela de ciencia ficción La mano izquierda de la oscuridad de la autora estadounidense Ursula K. le Guin, quizá mi novela de CF favorita. Sin embargo, puede que su nombre nos suene más por otras novelas englobadas en su serie fantástica de Terramar. Por desgracia, la poca fama que tuvo el género de la ciencia ficción frente al fantástico (Terramar) ha hecho que no se preste tanta atención entre el púbico a una de las mejores novelas de nuestro tiempo. Así, de hecho, ha sido contemplada entre de los expertos en el género y recompensada con un gran número de premios.

Lo que me propongo ahora es mostrarla –en un momento donde los prejuicios contra la ciencia ficción están en desuso, aunque no hayan desaparecido– tal cual y sin adscripciones ideológicas. En una sociedad que anda en pañales con la cuestión del respeto y la adscripción genérica, e incluso diría más, que anda en pañales en cuanto a la oposición masculino-femenino, mujer-hombre, este libro, creo que aún puede levantar ampollas porque estas etiquetas llevan implicaciones políticas. Os comento, no es de ayer... se escribió en 1969.

Y como andamos en pañales y señalamos con un dedo inquisidor lo extraño, no vemos el árbol en el bosque. Las especulaciones de esta estupenda escritora son maravillosas, pero no dejan de ser especulaciones de cómo habría de ser una sociedad donde el género no sea determinante. Su propuesta política es que sería determinante algo más peligroso, bajo mi punto de vista, el prestigio. Por ello no quiero centrarme en el aspecto político, sino en lo que sí podemos aplicar ahora mismo y que creo que es urgente aplicar. La novela nuestra algo tan insólito como desconocido: ellos, vosotros, nosotros.

Buscando la enseñanza

Ai, un hombre de Terra (terrano) viaja hasta Gueden, en terrano Invierno, para anexar el planeta a la confederación intergaláctica del Ecumen, parecido a nuestra Unión Europea. En dicho planeta habitan los «guedenianos», humanoides andróginos y cuyo sexo biológico está determinado una vez cada tres semanas por el contexto hormonal en el que se encuentren en ese momento. Esto que podría parecernos que reside en la esfera de lo privado, sin embargo, se convierte en dominio público, quizá debido a la periodicidad de estos cambios, ya que el estado atiende a ellos como un elemento más de la sociedad guedeniana. Todo está configurado en torno a las fases de kémmer (¿‘sexualidad', ‘apetencia sexual'...?): desde la monarquía, que contempla que su rey pueda quedarse embarazado y lo que ello conlleva, hasta el mundo laboral, ya que se han de dar días libres y el estado estará comprometido a garantizar la satisfacción del kémmer de cada ciudadano. de este modo podemos ver que la novela nos ofrece un estupendo escenario donde se nos permite contemplar otra manera de relacionarnos. Otro sistema del que tendremos que aprender para comprendernos a nosotros mismos.
¿Por qué a nosotros mismos? ¿Cómo entidad colectiva? He leído el libros varis veces y mi evolución personal ha ido cambiado en cuanto a su comprensión. En unas primeras lecturas Cuando vez me pareció interesante fabular con ese estado político sin etiquetas donde:

En Invierno no existen. Uno es respetado y juzgado solo como ser humano. La experiencia es asombrosa
Pero después de leerlo unas cuantas veces más decidí mirarlo desde otro punto de vista ¿Y si hay que empezar la pirámide por abajo? ¿Y si es la práctica y no la teoría la que podría llevarnos a ese estado? Así que decidí que si tenía que destacar algo eran las conclusiones a las que había llegado en todas las lecturas.

Incapacidad en la otredad

Y empecé el planteamiento. Si los guedenianos no tenían definido el sexo la mayor parte del tiempo, el trato sería algo neutro, es decir, no habría nada biológico que inclinara a un guedeniano a hablar o no con otro, no habría ningún tabú frente a un otro diferente... Entonces, ¿cómo se veían entre ellos? La respuesta era sencilla: como guedenianos. La traducción a nuestro mundo es sencilla también, aunque abre una cuestión harto compleja, se veían como seres humanos morfológicamente iguales, se trataban como humanos. Pero, ¿qué es un ser humano?

Esto, en mi opinión, es lo que explora la novela por dos medios: por un lado, tendremos la concepción del terrano Ai, con el que el lector se sentirá identificado, que tiene un primer problema básico, su primer descubrimiento es el de la incapacidad de nombrar a los guedenianos tal cual eran.

El lenguaje queda así anulado, puesto que las fórmulas ‘él' o ‘ella', y lo que conllevan en cuanto a nuestras ideas sobre cómo comportarnos, no se adecúan a la realidad que está viviendo Ai. Por tanto, la capacidad de análisis social de Ai queda mermada, sus informes no son capaces de transmitir las relaciones de poder y cuando lo intenta, sin querer habla de actitudes femeninas o masculinas. Él se siente completamente diferente a ellos, pero sin embargo, lo tratan como a un igual, siendo de hecho diferente, lo que provoca a su vez su rechazo.

Por otro lado, tendremos la visión de «el otro», lo ajeno, representada por el personaje de Estraven. Guedeniano, perteneciente a la clase política y desterrado por su apoyo a Ai, aunque siempre están soterradas las cuestiones del prestigio, no entiende cuál es la diferencia entre él y el terrano. Atender a las particularidades de Ai, fuera de su sistema de prestigio, es algo de lo que no es capaz y la comunicación gestual y social (no la verbal) queda anulada en su caso. Sin embargo, al contrario que Ai, él no queda aislado sino que es el que aísla, algo inusual en Gueden donde hay uniformidad tanto física como social. Y esto precisamente es lo que hace que sienta curiosidad por el terrano.

Toda comunicación basada en la convención, en un principio, quedaría destruida y la relación entre ambos debe establecerse en otro plano. Con esta dificultad lo que se consigue es romper el término de normalidad, puesto que Ai querrá ser como los guedenianos para no sentirse aislado, es decir, ser «normal», concepto que estaría enfrentado con su propia noción terrana (y la del lector) de normalidad. Por su parte, Estraven busca la diferencia para poder comprender a Ai, cuando es algo inconcebible en la mentalidad guedeniana, donde prima, como hemos dicho, la uniformidad.
De este modo, se rompen en la novela las dos convenciones sociales más fuertes de una sociedad: el lenguaje y la homogeneidad. Es decir, nos quitamos los revestimientos que nos hacen ser un ser social para quedarnos, en un sentido figurado, en la infancia de las relaciones entre los hombres. Observamos y nos dirigimos a la primera categoría que se nos puede adscribir: lo humano, el ser, sin ninguna otra carga más que lo individual.

Lo humano, el otro, el yo

En ella, es donde llegamos a la única característica que obtenemos con certeza sobre la concepción de lo «humano». Ambos personajes, diferentes e iguales, descubren, no al mismo tiempo, que hay una cosa que tienen en común por encima de toda enseñanza o convención La única verdad es que moriremos. Ambos recorren caminos paralelos que en algunos momentos se entrecruzan, llegando, Estraven en primer lugar y finalmente Ai, a conocer cuál es el verdadero significado de la palabra humano. le Guin no hace un libro de autoayuda, no resuelve las cuestiones, solo las plantea para que nosotros pensemos, para que lleguemos a la verdad reconociendo nuestra propia ignorancia.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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Homolectus
 23 November 2020
Esta es la primera novela que leo de Ursula K. le Guin. Hasta hoy vengo a saber de lo que me estaba perdiendo y espero recuperar el tiempo perdido sin ella, tanto de su obra de ciencia ficción como de fantasy, dos géneros en los que fue bastante prolífica y entre los cuales se movía con facilidad y de manera más que genial. Ventajas del asunto: Hay otras novelas que exploran el Ecumen y que seguramente ampliarán este maravilloso mundo.

Genly Ai es un enviado del Ecumen, algo así como una agrupación de planetas con el objetivo de mejorar las relaciones comerciales y tecnológicas entre ellos, a un planeta llamado Gueden, que para el Ecumen es llamado Invierno por estar atravesando un periodo de glaciación. Pero acá no terminan las peculiaridades de Gueden, pues sus habitantes resultan ser ambisexuales, término al parecer acuñado por el Ecumen para indicar la condición especial de estos seres: tomar una identidad sexual (macho o hembra) solo durante una semana al mes y el resto del tiempo ser una suerte de ser neutro.

El novum de la novela es precisamente ese: ¿qué pasaría si existiera una sociedad no binaria? Esta pregunta dará paso a múltiples interpretaciones, quizás erradas, pero no por ello menos interesantes. de este modo se abre espacio a una sociedad sin guerra al brillar por su ausencia tantos “valores” masculinos que han imperado dentro de una sociedad como la terrícola, una sociedad abierta a entender el todo y al individuo como parte de esa totalidad, como complemento. Por el otro lado de la moneda nos encontramos con una sociedad atrasada tecnológicamente en comparación con los demás planetas miembros del Ecumen, con tecnología básica que solo les permite comunicarse entre ellos y que no acorta las distancias tan exitosamente como la disponible en otros planetas, en los cuales sí ha habido guerras y por ende los avances tecnológicos propiciados por ella.

Junto con esto, el efecto que produce conocer por primera vez a un nativo de Gueden da pie para pensar muchas cosas e intentar encontrar una respuesta a su naturaleza: ser sexualmente neutros casi que tres cuartos del tiempo de sus vidas no es algo que sea visto con mucha naturalidad por el Ecumen y que da pie para pensar que, en realidad, los nativos del planeta no son producto de la evolución, sino una suerte de experimento de ingeniería genética para observar el efecto de una sociedad que carezca de esta identidad y alrededor de la cual gire los demás temas de esta. Esto lleva a que Ai sea visto como el raro, como el extraño y que suene loco para ellos imaginar una persona que tenga su sexualidad biológica definida el 100 de su tiempo. Este asunto de quién resulta el extraño a los ojos de quién hay un pasaje realmente maravilloso en la novela en que esta perspectiva cambia 3 veces en no más de una página, un maravilloso juego de otredad literaria.

Si bien los guedenianos tienen esta particularidad de ser “iguales” la mayoría del tiempo, esto no los hace querer ser homogéneos con todos los demás, ese es el principal temor que tienen sobre la propuesta de Ai, el perder su identidad no solo como sociedad, sino también como individuos. Sé que puede sonar paradójico leer esto sin haberse leído la novela, pero quizás lo pensemos solamente desde nuestra perspectiva rutinaria y altamente homogenizada en la que nos vemos inmersos en la actualidad, quizás allá afuera quede alguien que no quiera ser igual a todos los demás para intentar encajar y que sea capaz de ver los rastros de identidad que queden en los seres vivos.

Si bien menciono a los guedenianos como si el planeta fuera una gran ciudad que solo está habitada y gobernada por unos cuantos, lo cierto es que ante nosotros tenemos un planeta con diferentes culturas, cada una con sus propias creencias, leyes y formas de gobierno particulares: Karhide es una monarquía y Orgoreyn una suerte de asamblea. Ambos también con niveles de avance tecnológico diferentes, su propia lengua, su manera de vestirse, de comer y de controlarse. Esto es un poco diferente a lo que he visto hasta hoy en la ciencia ficción, pues comúnmente es una sola cultura que habita todo el planeta o hay una batalla entre las dos culturas opuestas que habitan el planeta por imponer una hegemonía sobre la otra.

Con una narración sutil que de a pocos va introduciendo los elementos de la historia, el planeta y los personajes, Ursula propone una historia un poco fuera de lo que uno quizás espere la mayoría del tiempo de una novela de ciencia ficción, pero que refleja en muchos aspectos tanto textuales como hipertextuales, la naturaleza de la sociedad que la autora quiere plasmar en sus páginas. La narración es contada por crónicas, diarios y leyendas orales que van dando cuenta de las vivencias de los personajes. de esta forma se les da voz a otros personajes y se incluyen múltiples aspectos de los habitantes de Gueden que de otra forma resultarían aburridos y superfluos. Así, no resulta tan causal el intercalo entre las entradas de los diarios y los relatos, pero todo esto se descubre conforme se va leyendo, una vez se tienen ambos cabos sueltos en la mano.

Esto, junto con la naturaleza de los personajes hace que la historia narrada sea diferente a lo que el género está acostumbrado a dar. Acá no hay guerras, no hay naves espaciales viajando por toda la galaxia en menos de lo que uno pasa la página, no hay armas láser que se disparan a diestra y siniestra ni extensiones más allá de toda lógica posible sobre alguna realidad científica. Esto hace que quizás la novela no sea muy adecuada para alguien que no haya explorado el género y que justamente llegue buscando los elementos ya mencionados, porque incluso para alguien que ha viajado ya en el género resulta incómodo el sentirse por momentos perdido e incluso no lograr adivinar el hilo conductor que se esconde detrás de lo que se cuenta. de esta forma tanto el lector como Ai viven el viaje y el descubrimiento de Gueden: Una exploración sobre la naturaleza de sus habitantes, sus limitaciones, capacidades, tensiones y temores que les produce conocer alguien diferente a ellos.

La novela va a devenir en un viaje para salvar la propia vida, para probarse que tan fuerte es el personaje, para probar la angustia, el trato por ser diferente, por sobrevivir y junto con ello recuperar el honor del amigo, algo tan importante en una sociedad donde lo único que te hace diferente de los demás son tus actos y las consecuencias de ellos.

Con todo lo demás y con otros temas que explora la novela y que mejor dejo que cada uno descubra por su cuenta, me sigue pareciendo un poco necio de parte de algunos creer que el género de la ciencia ficción es un género vacío, escapista y que solo va de moda, junto con sus hermanos: el terror y el Fantasy. ¡Necios!

P.S.: Seguiremos buscando un planeta libre de burocracia, porque en Gueden abunda y puede llegar a ser peor que la terrícola.
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laberintosdetinta
 25 October 2017
Publicada originalmente en Laberintos de tinta (https://laberintosdetinta.blogspot.com.es/2017/10/resena-la-mano-izquierda-de-la-oscuridad.html)

Este es el segundo libro de Ursula K. le Guin que leo, y si el primero, La rueda celeste, ya me sorprendió, ese me ha terminado de cautivar en forma y contenido.
Voy a empezar hablando de la prosa de le Guin, ya que me parece especialmente destacable, incluso dejando a un lado la trama. Su narración tiene un corte lírico muy bello que sumerge al lector de lleno en la historia y le trasmite miles de sensaciones para una misma escena. Por otro lado, la autora domina perfectamente el ritmo narrativo: la novela intercala piezas religiosas, mitológicas y políticas que configuran la construcción del mundo literario, Gueden, junto con los sucesos de Genly, el enviado del Ecumen, y Estraven, miembro del kiorremi (personas de confianza del rey de Karhide, una de las ciudades de Gueden).
Gueden es un planeta a más de 1000 años luz de la Tierra donde también se ha desarrollado vida humanoide y el Ecumen es una organización de carácter simbólico y regulativo, ya que no interfiere en la política de cada planeta, únicamente pretende unir a los diferentes planetas en los que se ha encontrado vida con una base de existencia similar, es decir, humana, para su colaboración y para propiciar la creación de vínculos entre ellos.
Me parece un gran acierto cómo está enfocado este hecho, ya que durante muchos años en la ciencia ficción ha sido un tópico describir la Tierra como el primer planeta con la capacidad intelectual y material como para descubrir otros planetas y, una vez descubiertos, colonizarlos. En este caso no es así, la Tierra fue visitada por miembros de otros planetas mucho más avanzados que ya estaban formando el Ecumen y nunca se establece un yugo sobre estos planetas “descubiertos”. El Ecumen pretende unir a la humanidad en general sin proceso de aculturación, es decir, sin intentar cambiar las costumbres, religiones o creencias de ese mundo. Esta creación literaria casa con la ideología de la autora, anarquista, y por lo tanto en contra de la autoridad del Estado.
En Gueden nos podemos encontrar, en general, un sistema socio-económico parecido al feudalismo terrestre, pero donde al mismo tiempo se ha dado un proceso de industrialización. También las formas de los guedenianos son muy diferentes a las terrícolas, toda interacción social está filtrada por el Shifgredor (una mezcla de poder, orgullo, reconocimiento público y honor) que convierte cada conversación en una batalla que lo aumenta o lo disminuye, por lo que los diálogos están llenos de fórmulas y de dobles sentidos que generan múltiples malentendidos entre quienes no son nativos (incluyendo, por supuesto, al lector) de Gueden y, precisamente, son los malentendidos los que sirven de detonante para la acción. Un malentendido entre nuestros dos protagonistas: Genly y Estraven.
Situándonos en ese plano, la construcción de los personajes secundarios disminuye en detrimento de la maravillosa caracterización que se realiza de estos dos personajes principales. Ambos están perfectamente matizados y se construyen a partir tanto de descripciones como de sus actos, la autora deja que ellos mismos se construyan (Recalco también la diversidad de sus personajes, ya que en las dos novelas que he leído de la autora aparecen personajes de diferentes razas, tanto por el lado extraterrestre como por el lado terrestre). La interrelación entre ambos personajes es, aunque no lo parezca en principio, el núcleo de esta novela. Ahora bien, lo que rodea a este núcleo narrativo es esa peculiar sexualidad de los guedenianos que se explica redundantemente en la sinopsis. En Gueden todos son andróginos, excepto durante una época al mes, llamada Kémmer, en la que de forma aleatoria, las hormonas de las parejas de kemmerantes se autoregulan para que uno pueda gestar y el otro fecundar. Es decir, la división sexual que en nuestra cultura es, biológicamente, “hembra” o “macho”.
La descripción de este sistema sexual se explica poco a poco, sin darnos un maremoto de información enciclopédica, pero al final nos queda un resultado coherente y, sobre todo, muy interesante. Muy interesante por su capacidad extrapolación a nuestro ámbito, uno de los fines de la novela. le Guin siempre se ha declarado feminista, y esa vertiente se ha dejado ver en novelas como esta y en algunos ensayos suyos, preocupada por el papel de la mujer como escritora, como lectora y como personaje. Básicamente, lo que hace en este libro es eliminar el dualismo de sexo, y por lo tanto, de género, y explorar qué es adquirido y qué es biológico.
Es un gran acierto que el protagonista principal, Genly Ai, sea de la Tierra y tenga, aunque algo mas matizados, los mismos prejuicios de género que se tienen en nuestra sociedad de ahí que esté continuamente confundiendo hechos y sucesos de Gueden y etiquetándolo todo automáticamente como masculino o femenino, algo que en Gueden no tiene sentido, de aquí también surgen los malentendiendo antes mencionados. No creo que la autora lo exponga como una mala actitud de Genly en sí, si no como un comportamiento adquirido en cualquier persona que forme parte de una cultura como la nuestra que hay que ir deconstruyendo.
Creo que lo que Ursula propone es que una vez eliminados los estereotipos o roles de genero, solo queda la humanidad desnuda, lo que realmente se debería juzgar de una persona y esto se expresa metafóricamente en el viaje que Ai tendrá que llevar a cabo. La autora también pone en primer plano el debate sobre cómo los roles de género no son algo abstracto, sino que tienen peso político y se materializan en cualquier vertiente de la sociedad. Ahora bien, si tenemos en cuenta que este libro se publicó en 1969 entenderemos mucho mejor por qué estas son unas de las grandes preocupaciones de la novela, ya que el feminismo radical (aclaro que la denominación radical en "feminismo" viene de "raíz", que significa que ataca y analiza lo que se considera el núcleo del problema: el patriarcado y los roles de género) que tuvo su auge en los años 70 estaba totalmente focalizado en los roles de género y en la destrucción de estos. Es muy interesante comparar la teoría feminista con la práctica literaria de le Guin.
Me pasaría toda la entrada poniendo ejemplos extraídos de la novela, pero me voy a contentar con señalar unos pocos para no spoilear el libro a posibles interesados. Por ejemplo, Genly ve a todos los guedenianos como hombres, aun siendo su forma antropomorfa, pero andrógina porque el universal siempre ha sido el sexo masculino, el género privilegiado; por eso, le choca encontrar gestos que, según su cifrado del mundo son "femeninos" o "masculinos" en una misma persona, pues la dicotomía entre los sexos siempre ha sido muy hierática. O por ejemplo, un asunto trivial, uno de los reyes de un país de Gueden queda embarazado: a Genly le parece hilarante y ridículo imaginarse a un rey embarazado porque lo extrapola con la experiencia en la Tierra donde que un hombre, y más un rey, tenga atributos considerados femeninos es considerado negativo y humillante, por la devaluación de lo considerado femenino, el género oprimido, en nuestra sociedad. Los guedeniandos también se ríen del rey, pero por muy distintos motivos, nunca por el embarazo, que ellos consideran algo positivo. En este contraste se encuentra el diálogo de la novela. En suma, estas son algunas de las muestras que nos da le Guin para poner de relieve cómo afectan los roles de género a nuestra concepción del mundo.
En fin, es genial asistir a ese viaje conceptual tan confuso al que se ve sometido Genly desde la incomprensión y el desagrado hasta la comprensión. Os dejo con un fragmento que me ha encantado para cerrar este tema:
"Un hombre desea que se tenga en cuenta su virilidad, una mujer desea que se aprecie su feminidad, por más indirectos y sutiles que sean este tener en cuenta y estas apreciaciones. En Invierno no existen. Uno es respetado y juzgado solo como ser humano. La experiencia es asombrosa".
Por último, solo me queda exponer aquí un detalle que me ha dejado una espinita clavada, ya que me hubiera gustado verlo reflejado en la novela. Creo que se desaprovecha la oportunidad de tratar el tema de la atracción sexual y/o sentimental por parte de Genly hacia algún guedeniano, simplemente por las reflexiones que podrían surgir de ahí debido a que Genly es heterosexual, pero se deja ver de forma implícita que se siente atraído por un personaje guedeniando que, como hemos dicho, es visto por este personaje como un hombre, entonces, ¿qué nos atrae realmente? ¿Estamos condicionados también por los roles de género en ese aspecto? Son preguntas muy sugestivas y tremendamente pertinentes en el marco de la obra, pero parece que la autora no quiere ir más allá de la insinuación.

En conclusión, La mano izquierda de la oscuridad en una gran obra literaria en general, y una maravillosa novela de ciencia ficción en particular. Su manera de afrontar el género es modélica: explora la cultura, la sociedad y las costumbres extraterrestres como modo de explorar al ser humano mismo y todas las cuestiones que le inquietan en general sin pecar de “teórica”, sino que su estilo literario es verdaderamente notable.
Enlace: https://laberintosdetinta.bl..
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MariaT
 09 October 2020
Que Ursula K. le Guin es una de mis escritoras favoritas es algo que no es nuevo para ninguno de los seguidores del blog. Con cada nueva lectura esta opinión solo se ve confirmada. Para seguir con mis recomendaciones del #LeoAutorasOct quiero hablarles de la mano izquierda de la oscuridad: una de sus obras más alabadas y que hasta ahora no había tenido la oportunidad de descubrir. Publicada por primera vez en 1969, fue galardonada con los premios Nebula y Locus a la mejor novela. Ahora la podemos encontrar de nuevo en las librerías gracias a una reedición que acaba de publicar la editorial Minotauro dentro de su colección de “Esenciales” con la traducción de Francisco Abelenda.

“Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación”.

Ambientado en un futuro remoto, el libro nos narra la historia de Genly Ai, un enviado que tiene como misión visitar un planeta llamado Gueden, para convencer a sus pobladores de que se unan a Ecumen, la unión de mundos a la que él representa. Pero el gélido planeta en el que tiene que cumplir su tarea, conocido como Invierno por sus extremas temperaturas, tiene una característica que lo hace diferente a los otros ochenta y tres mundos que ya forman parte de Ecumen: sus habitantes son hermafroditas, y pueden adoptar un sexo y otro durante el periodo de celo conocido como kémmer y que ocurre un par de días al mes. Para luego pasar el resto del tiempo sin ninguna distinción de género, siendo un todo.

Ai llegará a una nación llamada Karhide y allí contará con la ayuda de Estraven, un alto cargo de ese país donde un rey loco es el que lleva las riendas. Pero convencer a un pueblo completamente aislado, que vive a diecisiete años luz del planeta habitado más próximo y que no tiene ni la tecnología para volar, de que existen otros mundos donde los humanos son capaces de viajar entre las estrellas es una tarea complicada y peligrosa. Especialmente, cuando la invitación para aliarse con el resto de la humanidad que puebla esos mundos lejanos para establecer comercio y compartir conocimientos puede ser interpretada como una forma de ceder su soberanía a manos extrañas y tecnológicamente más avanzadas.

“La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino”.

Pero ante la imposibilidad de avances en su misión y cuando su aliado principal en Karhide es declarado traidor y obligado a abandonar el país, nuestro enviado se plantea que quizás sea hora de intentar que sea el gobierno del país vecino, Orgoreyn, el que acepte la oferta de Ecumen. Por ello se trasladará allí y podrá ver las características de dos pueblos que, aunque vecinos son realmente muy diferentes entre sí. Observar las disparidad de organización política de esos territorios limítrofes que, aunque en disputa continua por terrenos o bienes, hasta ahora nunca han entrado en guerra, es asombroso. Así como también desentrañar su cultura o maneras de organización y lo que ello implica.

Pero lo que verdaderamente es fascinante en el libro es descubrir cómo funciona un lugar donde las distinciones de género no existen. Primero, esa falta de un sexo definido en términos binarios causa a nuestro protagonista un gran desconcierto, porque su propia educación le hace tratar de catalogar a los habitantes de Gueden como hombres o mujeres según sus acciones o actitudes. Sin entender al principio que ello es inútil, porque allí no es necesario. Simplemente son humanos, sin más. Sin todas las presiones que implican para nosotros los crecidos en un mundo dual. Uno que nos obliga a actuar de una manera u otra según nuestro “sexo” y lo que se espera de nosotros por haber nacido mujeres u hombres. El capítulo siete del libro, titulado “La cuestión del sexo” es para enmarcar. Que hace más de cincuenta años le Guin fuese capaz de hacer tanta crítica a los roles de género nos demuestra lo adelantada que estaba a su tiempo.

“Cualquiera puede cambiarse en cualquiera de los dos sexos. Esto parece simple, pero los efectos psicológicos son incalculables. El hecho de que cualquiera entre los diecisiete y los treinta y cinco años, aproximadamente, pueda sentirse «atado a la crianza de los niños» (como dice Nim) implica que nadie está tan «atado» aquí como pueden estarlo, psicológicamente o físicamente, las mujeres de otras partes. Las cargas y los privilegios son compartidos con bastante equidad: todos corren los mismos riesgos o tienen que afrontar las mismas decisiones. Por lo tanto, nadie es aquí tan libre como un hombre libre de cualquier otra parte”.

Intrigas, traiciones, planetas lejanos, política, profecías, confianza… La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. le Guin, es una novela fascinante de principio a fin. Una obra que nos presenta un mundo en el que los humanos son un todo porque el género no importa, donde las distinciones y las diferencias entre hombres y mujeres no tienen ninguna relevancia. Con una ambientación fascinante que nos hace sentir el frío de ese planeta remoto y que nos cuenta una historia sobre la importancia de llegar a entender al otro a pesar de nuestras diferencias. Que nos invita a olvidar nuestros prejuicios. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que si aún no lo han hecho le den una oportunidad. Yo tengo ganas de seguir leyendo sobre esos mundos lejanos que tan bien sabe crear le Guin para hablarnos de los problemas que tenemos en nuestro pequeño rincón del universo.

¿Han leído La mano izquierda de la oscuridad? ¿Les llama la atención?
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GuadalupeVazquez
 29 January 2019
Primero que nada tengo que decir que, a pesar de ser el cuarto libro de la saga, todos se pueden leer de manera independiente. Por lo tanto, esta reseña no contiene spoilers de la saga y, por supuesto, tampoco del libro.
Lo que más me gustó fue la premisa de este libro, y lo que promete. Ursula nos presenta una sociedad asexual, que posee un solo sexo y a la vez ambos. Es bastante interesante la manera en que desarrolla este concepto, y cómo nos va mostrando, a través del personaje principal, su comportamiento. Genly es humano, y por lo tanto lo único que conoce es femenino y masculino, luz y oscuridad, esto o lo otro. Por eso, desde el principio, se le dificulta "relacionarse" con estas personas sin dividirlas en uno o lo otro. Busca en ellos comportamientos femeninos, o masculinos, e intenta colocarlos en una de esta clasificación. Esto es bastante curioso, y nos demuestra lo acostumbrados que estamos a clasificar y dividir a las personas que nos es imposible concebir algo que no es ni masculino ni femenino y a la vez es las dos cosas.
La historia en sí y la trama no son lo más importante en este libro, sino el worldbuilding por así decirlo. Si bien tiene su peso, y avanza bastante rápido y ligero, lo más interesante de leer son las partes donde Genly estudia y analiza esta raza, sus costumbres, sus creencias y todo lo relacionado con ellos. al fin y al cabo, él no conoce mucho y está allí no solo para aprender de ellos sino también para convencerlos de unirse al Encumen. Las partes que me dejaron alucinada, personalmente porque soy aficionada al worldbuilding y la sociología/psicología, fueron las que hablaban sobre la organización de este mundo. Había muchos capítulos interesantes donde se explicaba sobre el kemmer, las creencias como el handdara (el cual me pareció bastante interesante, dejo unos ejemplos):

"El handdara es una religión sin instituciones, sin sacerdotes, sin jerarquías, sin votos, y sin credo; no sé todavía si tienen o no Dios. Es una religión elusiva, que se nos aparece siempre como alguna otra cosa. La única manifestación constante del handdara es la que se muestra en las fortalezas, sitios de retiro donde la gente va a pasar una noche, o la vida entera. No me hubiese interesado tanto en investigar este culto curiosamente intangible en sus lugares secretos si yo no hubiera deseado una respuesta a la pregunta que los investigadores habían dejado sin contestar. ¿Quiénes son los profetas y qué hacen realmente?"
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"—No estoy seguro. Soy sumamente ignorante.
El joven rió y me hizo una reverencia.
—¡Muy honrado! —dijo—. He vivido aquí tres años y todavía no he adquirido una ignorancia que valga la pena mencionar. —Parecía divertido, pero se mostró amable a la vez, y recordando algunos fragmentos doctrinarios del handdara entendí que había estado vanagloriándome demasiado, como si me hubiese acercado a él diciéndole «Soy sumamente hermoso».
—Quiero decir, no sé nada acerca de los profetas.
—¡Envidiable! —dijo el joven—. Mire, hemos de ensuciar la nieve con marcas de pisadas, para ir a alguna parte. ¿Puedo mostrarle el camino a la cañada?"

la forma de comportarte y de pensar, y el apéndice donde se hablaba del tiempo y la clasificación del mismo. Tiene, a su vez, cierto tinte científico que le da su toque de realismo, dejando en claro que Genly no es solo un emisario del Encumen sino que fue entrenado en diversas doctrinas y conocimientos antes de llegar a ese mundo extraño para ellos.
Lo único que quería resaltar, y que no me agradó mucho, fue la manera en que se nombra a las mujeres. Cada vez que el personaje principal hace relación a ellas, las cuales son pocas, lo hace de manera despectiva. Utiliza el género femenino cuando observa actitudes sumisas, tontas, impulsivas en la raza de este nuevo planeta. Incluso llega al punto de decir que le da asco uno de los personajes cuando observa en él rasgos femeninos. Comprendo que fue un tema de la época en la que el libro fue escrito, y más que nada del personaje, ya que no se puede culpar a un autor por la actitud de su personaje, pero esos pequeños pensamientos quedaron haciendo ruido en mi cabeza.
Podría hablar muchísimo más sobre todo el análisis social que podemos encontrar en este libro, pero no solo aburriría sino que también spoilearía los temas importantes que se toman. No me voy a cansar de decir que estoy alucinada con este libro, su construcción y todos los análisis y las teorías que se hacen sobre la sociedad y la naturaleza humana. Como dije antes, si bien la trama del libro es interesante y se desarrolla sin volverse pesada, lo importante del mismo son las cuestiones filosóficas que se plantean y desarrollan.
Enlace: https://loslibrosdelosdragon..
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Citas y frases (42) Ver más Añadir cita
your_nose_in_a_bookyour_nose_in_a_book22 May 2022
El clima de Invierno es tan desapacible, tan cerca del límite de lo tolerable, aun para ellos que se han adaptado de tantos modos al frío, que quizá el espíritu de lucha se agota en la lucha contra el frío. Los pueblos marginales, los pueblos que pasan sin dejar muchas huellas, no son casi nunca guerreros. Y en última instancia, quizá el factor dominante de la vida guedeniana no sea el sexo o cualquier otra actividad humana, sino el ambiente, ese mundo helado. Aquí el hombre ha tropezado con un enemigo más cruel que él mismo.
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SamCCRiveraSamCCRivera08 January 2021
Le Guin plantea un nuevo mundo cuya característica idiosincrática principal es que son, en las palabras del narrador, 'bisexuales', que en este contexto significa que cada individuo es varios sexos a la vez. . Y un ser humano, hombre, se presenta en su planeta... . Le otre se plantea aquí como la alteridad absoluta, no la deconstrucción de una biopolítica existente, si no toda una especie ya construida así en su propia historia. En libro crea mediante su narrativa la atmósfera congruente de un infinito íntimo y cultural que causa al mismo nivel extrañamiento y deseo, lo mismo que sus paisajes de Invierno. Centrándose en la intimidad, atravesando sobretodo la orgánica y perfecta creación del personaje de Estraven, narra la posibilidad de relación de esta alteridad intrínseca con nuestro mundo, generando una relación vincular de deseo y de amistad que no encaja en el marco del amor romántico ni de nuestras relaciones humanas. Y, sin embargo, como al protagonista humano, nos impregna, como ficción posible, por el mismo hecho de su existencia, nos cambia, y comenzamos a ver como extraña nuestra propia forma de narrarnos. . Espectacular esta obra. Le Guin es genia, siempre. Tanto de ciencia ficción como de fantasía. Por fortuna, están volviendo a publicar su obra que llevaba años descatalogada. . Entre ella, los libros de Terramar, libros de un mago que acude a una escuela de magia... ¿Os suena? Es un poco una pena que haya tenido que decirlo Neil Gaiman para que se escuche. Pero, a sabiendas de que artistas hay muchísimos y muches silenciades, debemos permitirnos de una vez quitarle luz a quienes utilizan sus privilegios para dañar a otres y dársela a quienes están luchando por existir. . Dicho esto, citando a Gaiman: Úrsula Le Guin lo hizo antes, y lo hizo mejor.
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your_nose_in_a_bookyour_nose_in_a_book29 May 2022
Aprender qué preguntas no pueden contestarse, y no contestarlas; esta capacidad es de veras necesaria en tiempos de tensión y oscuridad.
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MariaTMariaT09 October 2020
Cualquiera puede cambiarse en cualquiera de los dos sexos. Esto parece simple, pero los efectos psicológicos son incalculables. El hecho de que cualquiera entre los diecisiete y los treinta y cinco años, aproximadamente, pueda sentirse «atado a la crianza de los niños» (como dice Nim) implica que nadie está tan «atado» aquí como pueden estarlo, psicológicamente o físicamente, las mujeres de otras partes. Las cargas y los privilegios son compartidos con bastante equidad: todos corren los mismos riesgos o tienen que afrontar las mismas decisiones. Por lo tanto, nadie es aquí tan libre como un hombre libre de cualquier otra parte.
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your_nose_in_a_bookyour_nose_in_a_book06 June 2022
El primer Enviado un mundo siempre llega solo. Un extraño es una curiosidad; dos una invasión.
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Video de Ursula K. Le Guin (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Ursula K. Le Guin
Fundada en Argentina en 1955 e incorporada a Grupo Planeta en 2001. Literatura fantástica y ciencia ficción.
Editor de la obra completa de J. R. R. Tolkien, Minotauro cuenta con autores como Philip K. Dick; Ray Bradbury, artífice de las míticasCrónicas marcianas; Ursula K. le Guin, creadora de Terramar; William Gibson, padre del ciberpunk; John Crowley; Kim Stanley Robinson, autor de la Trilogía de Marte, y el popular Christopher Priest. Cuenta, además, con exitosos autores españoles como Javier Negrete, León Arsenal, Rafael Marín y Juan Miguel Aguilera.
Además de los autores clásicos del género, el catálogo de Minotauro cuenta con colecciones dedicadas a la fantasía –con títulos como El hombre marcado, de Peter V. Bret, o Lamento, de Ken Scholes–, la ciencia ficción –La Vieja Guardia de John Scalzi es un buen ejemplo– y el terror –con obras como la antología Zombies, editada por John Joseph Adams, o la novela 13 balas, de David Wellington.
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"

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