Un rey de quién sabe dónde

Tengo dos hijos, uno de siete años y otro de ocho, y cada uno ha leído el libro de una manera distinta. El pequeño se paraba en cada ilustración, comentaba los detalles, se reía con las caras de cada personaje y aplaudió al final. Por otro lado, el mayor, iba directo al escaso pero significativo juego de palabras de cada momento-ilustración para llegar al final y decir, simplemente, mola.

Es un libro interesante, atractivo en el fondo y en la forma, muy corto, muy rápido, que favorece compartir un momento junto con los niños y, a la vez, enseñarles a mirar mirando y a leer leyendo cada palabra, intentando darle extensión a su significado.

Como bien dice el autor, el resultado es un lío, pero un lío de esos simpáticos, simple en maneras pero seguro en contenido. No busquéis más que disfrutar durante el tiempo que cada uno estime oportuno. Además, favorece volver a él con el tiempo para recordar a cada rey (tenemos tres) y al par de personajes más que nos regala. Solo queda preguntarse ¿con qué personaje te identificas tú? y ¿cuál será la próxima historia?

Respecto a la calidad del libro, puedo decir que está publicado con detalle; apaisado, con tapa dura, de tacto suave y colores cuidados. Se nota que originalmente las ilustraciones están hechas en acuarela y eso me gusta, le da carácter y cercanía.

Un placer leerlo, pasar las pocas páginas que tiene y comentarlo con ellos, mis niños "inteligentes"