Seguramente es un problema mío, pero por muchas risas que provoquen algunos de los sin sentidos del protagonista, para mi nada justifica la manera en que trata de solucionar su separación, primero él y después su ex esposa, policía además. Obviamente, no se trata de ningún calcetín desparejado el que nos trae de la cabeza y el libro bien se podría llamar "Un viaje a la locura", aunque este título no tiene gancho, y el asunto es venderlo. Cuando autores y editores se quejan del cercenamiento a la propiedad intelectual, por la publicación de sus obras por otros medios que la onerosa, en un caso como este me pregunto "Y ahora quien podría ayudarme" aunque el Chapulín Colorado no creo que pueda devolverme lo que pagué por él. El libro hace reír: sí. Pero también hace llorar cuando pienso que reímos de ese contenido. |