No suelen gustarme las comedias y cuesta mucho hacerme sonreír mientras leo, sin embargo, este libro me ha hecho soltar verdaderas carcajadas escandalosas, y es que esta historia de humor, más bien negro, me conquistó desde la primera página. Andrés es un hipocondríaco, padre de dos hijos, en pleno proceso de separación, con lo cual ha tenido que volver a casa de su madre (pedazo de personaje digno del grupo “Señoras que…”) e idear mil estratagemas para poder recuperar a su mujer. Una historia sencilla, fresca, con la que más de uno se sentiría identificado (a mí las anécdotas y estreses con los hijos me han retratado totalmente), de rápida lectura y plagada de diálogos hilarantes e ingeniosos (se nota que Nando ha sido guionista de varias de las grandes series españolas), en conclusión, una novela de las que te alegran el día. El estilo me ha recordado por momentos a Tom Sharpe y su más que famoso “Wilt”. ¿Y de repente? ¿Pero qué ha pasado aquí? No puedo contar mucho, porque no quiero reventar la sorpresa del giro total que da el libro hacia la mitad, pero incrédula he devorado la segunda parte, pensando, ¿de verdad está pasando esto? ¿he leído bien? ¿será un sueño de Antonio Resines? Me he quedado un poco desconcertada y por momentos me ha parecido un poco surrealista, un humor negro quizá demasiado negro para mí, y alguna gracia que se me ha hecho un poco desagradable, pero no por ello desmerece lo más mínimo la trama ni baja el grado de carcajada. El final chapeau, no podía ser de otra forma para Andrés. |