Para 1930 la literatura proletaria era la corriente literaria más fuerte de Japón. Estos autores encarnaron en sus escritos un clima de época y la lucha por una sociedad más justa. La depresión económica posterior a la Primera Guerra Mundial y el proceso de industrialización habían gestado pobreza y pésimas condiciones de trabajo. Ante la inspiración de la Revolución Rusa y la Unión Soviética, surgieron los sindicatos y la lucha de clases. Este movimiento fue ilegalizado en Japón y sometido a una represión despiadada por medio de la persecusión y tortura de sus participantes. Hacia mediados de la década de 1930 se daba por clausurado. Noventa años más tarde y del otro lado del mundo, pareciera que nunca nos enteramos de que este movimiento existió en Japón. Esta antología reúne seis cuentos de Yoshiki Hayama, Denji Kuroshima, Teppei Kataoka, Takiji Kobayashi, Yuriko Miyamoto y Kensaku Shimaki. Estos relatos no son sólo interesantes como testimonio de este momento histórico, sino que también trascienden como excelente literatura. Hay una sensación que me es difícil de expresar en palabras. Esta literatura impacta pero lo hace con sensibilidad. Transmite un mensaje claro y fuerte, pero a través de la belleza. Es triste, pero esa tristeza se vive con calma. Asimismo, el tono en algunos relatos es más crudo. La impotencia que despiertan las líneas censuradas es tremenda. Estas gritan con fuerza inquebrantable, duelen y conmocionan. La voluntad tenaz y la ardua lucha por las convicciones de este movimiento proletario están reflejadas para siempre en estas páginas. Y si todo esto fuera poco, el libro viene con un excelente estudio preliminar de Miguel Sardegna que nos adentra en el contexto histórico social. Destaco la traducción directa del japonés de Mariana Alonso y Masako Kano. Amo los libros cuya edición es cuidada, desde su estética hasta su contenido. Yo creo que vale detener el cotidiano para leer este libro. + Leer más |