Azul tormenta, lluvia añil: ¿Y si existiera la posibilidad de retroceder en el tiempo y corregir los errores cometidos?

Nunca había leído un libro que hablara sobre la violencia de género de una manera tan franca sin resultar sensacionalista. Para transmitir lo que una víctima de esta violencia siente, no hace falta regodearse en el morbo. Un diez para la autora por el
enfoque que ha dado.
El argumento es tan original y se disfruta tanto que te hace olvidarte a veces que lo que estás leyendo puede ser real en ese momento.
He reído con la protagonista, he disfrutado como ella de ese círculo de amigos que la rodea y sobre todo.. He sufrido su angustia; se me paraba el corazón cuando ella sentía ese miedo cerval al ver a su maltratador y a la vez intentaba disculparlo.
Esta novela la recomiendo para cualquier edad, pero en particular para los adolescentes. Aquí, se ve claramente que una víctima de violencia de género no necesariamente ha de tener un nivel sociocultural bajo. También las hay con dinero, independientes, de familias liberales...Y ellas también acaban perdiendo la confianza en sí mismas cuando alguien vampiriza sus vidas.
El libro da saltos en el tiempo con la consiguiente documentación de la autora sobre la vida en las distintas décadas. Muy buena aportación sobre moda, tecnología y música.. La lista de canciones a lo largo del libro es una gozada. Podréis encontrarla en Spotify.
Por poner algún pero a esta documentación... Hay un error muuuuuy grande en un producto que aparece en el libro y que lo hizo unos años después de lo que dice la autora. No os diré cual, tampoco tiene mayor importancia y así jugáis a encontrar el gazapo.
Otro punto flojo que le encuentro es la disertación de la protagonista sobre muchos temas de actualidad. Es algo que me ha resultado un poco excesivo y que me hacía saltar alguna página para poder volver a saborear la preciosa historia central.
¿Recomendaría el libro? Sí, sin duda.. Es una magnífica historia que hará que todos nos pongamos en el lugar de Ana y tratemos de entender lo que a nosotros nos parece tan irracional: defender y sentir pena por tu acosador.