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Crítica de Ferrer


Ferrer
23 June 2019
Gerardo Diego Cendoya (1896-1987) fue clave en la formación del grupo o generación del 27, un catalizador de una nómina de escritores irrepetible. El libro Vida y poesía de Gerardo Diego, obra de Antonio Gallego Morell, publicado en edición facsímil por la Universidad de Granada y la Fundación Gerardo Diego, es una biografía por medio de sus libros y de sus versos, delimitando los grandes temas de su amplia producción poética: valores musicales, pictóricos y metapoéticos y viajes y paisajes. Una biografía profusa en detalles, pero por momentos desordenada, que concluye en 1955.
En 1917, Gerardo Diego gana su primer premio literario, que le abre las puertas a colaborar en la Revista General. Su formación, que explica su escritura, le hace preocuparse constantemente por el ritmo y por el metro. El 1 de enero de 1920 publica en la revista Ultra el poema “Tú” y es que el escritor español emplea las publicaciones periódicas tanto para darse a conocer en los círculos literarios madrileños, como para obtener algunos ingresos. El 21 de abril de 1920, Gerardo Diego (nº 2 de las oposiciones) toma posesión de su plaza de catedrático de Literatura en el Instituto de Soria con un sueldo mensual de 4.000 pesetas. Aunque solo está dos años y medio (después será destinado a Gijón y Madrid), llega a afirmar que “no hay Gerardo sin Soria ni se concibe Soria sin Gerardo”. Una estancia breve que deja impronta en su obra (Soria. Galería de estampas y efusiones y Nuevo cuaderno de Soria). Gerardo Diego vive con intensidad su vida docente y se inserta en la sociedad cultural provinciana, impulsada por las tertulias de los casinos y los ateneos, además de estar al tanto de los movimientos vanguardistas literarios. El poeta impulsa la creación del periódico “satírico, antipolítico, exótico e insolvente” La Cotorra, que sale a la calle por primera vez el 12 de marzo de 1922 y que, en uno de sus números, incluye el siguiente texto del propio Gerardo Diego:
“Ten cuidado, joven bardo
Gerardo
No aproximes al fuego
Diego
La tramoya es la tramoya
Cendoya
Porque las majas de Goya
No son tan bonitas como
Ciertas beldades… de cromo
Gerardo Diego Cendoya
Incluso fue actor aficionado e interpretó al personaje de Luján en la obra de los hermanos Álvarez Quintero Doña Clarines y actuó en Himenea de Torres Naharro.
En 1925 recibe, con Rafael Alberti, el Premio Nacional de Literatura (que volverá a ganar en 1956). Larrea y Huidobro son para Gerardo Diego una constante afirmación de voluntaria, exagerada y aceptada influencia. El segundo era el que traía por entonces las novedades literarias francesas. Viaja con frecuencia a Madrid y funda la revista Horizonte (solo perdura cuatro números) con Larrea y Pedro Garfias, además de asistir a la tertulia de Pombo liderada por Gómez de la Serna. En 1927, funda la revista Carmen. Revista chica de poesía española, que solo pervive seis números.
La Poesía española. Antología 1915-1931 de 1932 tiene trascendencia y repercusión y causa gran revuelo a causa de los autores seleccionados por Gerardo Diego, algunos desconocidos en aquella época: Unamuno (uno de sus maestros), Antonio y Manuel Machado, Moreno Villa, Salinas, Guillén, Dámaso Alonso, el propio Diego, Lorca, Alberti, Villalón, Prados, Cernuda, Altolaguirre, Aleixandre y Larrea. Dos años después se publica Poesía española. Antología (Contemporáneos), con una nómina más amplia y un campo temporal entre 1901 y 1934, desde Rubén Darío a Josefina de la Torre. Son catorce las nuevas inclusiones como las de Río Sáinz, Ernestina de Champourcin y Mauricio Bacarisse.
El 11 de junio de 1934 contrae matrimonio con Germaine Marin (1897-1947), estudiante de español con la que tiene seis hijos y a la que conoce en 1919 (su correspondencia amorosa está editada por Galaxia Gutenberg). En 1939 logra la plaza de profesor en el Instituto Beatriz Galindo de Madrid. En 1943, el autor de Manual de espumas (1922) publica sus Poemas adrede en la mítica colección Adonais. Gerardo Diego alterna su creación poética con sus estudios de investigación, críticas o periodismo (Ínsula, ABC, Cuadernos Hispanoamericanos, Escorial, La Estafeta Literaria…). Con un discurso sobre Lope de Vega, ingresa en la Real Academia Española de la Lengua el 5 de febrero de 1948.
Autor de espléndidas imágenes ilustrativas, la poesía de Gerardo Diego oscila entre selectiva, ocasional, de circunstancias, con una tendencia clasicista, y otra absoluta a partir de la influencia de Huidobro y del bilbaíno Juan Larrea. Sus primeros libros poseen un aire modernista de tono neorromántico y ritmo clásico, para después abrazar las vanguardias y profundizar las emociones. Su objetivo poético es alcanzar mediante la palabra, pero sin malabarismo dialécticos, la creación de un universo propio e invisible.
Gallego Morell analiza la poesía del autor santanderino por temas, de la poesía viajera (el ferrocarril, el mar, el paisaje, la noche, la montaña, Galicia) a la poesía de recital-concierto (Diego llega a la poesía desde lo musical y los elementos auditivos están muy presentes en su obra, él es un autor a la caza de los valores acústicos del paisaje), a la poesía de paleta de grises con sus valores pictóricos (establece paralelos de museo con los cielos abiertos del paisaje), sin olvidar temas menores como los toros, la infancia, el cine y el circo. Un poeta de bibliografía compleja debido a su fecundidad y a la interactuación de unos libros con otros y la variedad de estilos e influencias (ultraísmo, creacionismo, barroco, etc.). Un reto para el lector.
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