al empezar este libro esperaba encontrarme una historia típica romántica pero me llevé una gran sorpresa al descubrir una historia llena de sentimientos y no precisamente románticos. He tenido la sensación, al leerlo, de estar dentro de una típica película de sobremesa americana, cosa que me ha encantado. Su lectura es amena y fluida, tanto que enseguida me he metido en la historia y ha conseguido tocar mi fibra sensible de tal manera que yo misma me he sorprendido llorando con su lectura. Los Brady son una familia encantadora, generosos y con un corazón enorme y Gillian una pre-adolescente que no ha tenido una vida nada fácil pero que encaja de inmediato en esa familia, y conecta muy bien con todos sobre todo con el hijo mediano, con el cual tiene una conexión especial. Es el primer libro que leo de esta autora y tengo pensado leer el resto de la saga ya que deja alguna que otra puerta abierta que hace que quieras saber qué pasó. |