Ve y pon un centinela

RESEÑA LECTURA CONJUNTA
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Hola palmeritos y palmeritas!! Qué tal estáis ? Hoy traigo la reseña de #VeYPonUnCentinela de #HarperLee. Una lectura conjunta con @srtleescribir y @loscuentosdemomo.
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OPINIÓN
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Empezaré diciendo que este libro es una precuela de #MatarAUnRuiseñor ya que fue escrito antes pero su autora no dio permiso para publicarlo hasta 2015. Yo no hace ni un mes que leí #MatarAUnRuiseñor (tengo reseña en mi perfil), pero para los lectores que la habían leído hace tiempo fue una gran sorpresa volver a encontrarse con los personajes de nuevo.
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Me gustó mucho, muchísimos más que #MatarAUnRuiseñor que me encantó la primera parte, pero la segunda me dejó mal sabor de boca. En cambio está me fascinó, si es cierto que hubo ciertas partes que me sobraron, o que se me hicieron más pesadas ya que me parecían que se alargaba mucho para no ser trascendenciales para la trama.
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Scout ahora tiene 26 años, trabaja y vive en Nueva York. Vuelve de visita a casa de su padre, el bogado Atticus Finch. Pero esta visita no es como las demás,  está vez ella descubre una parte de su padre que hace que el altar de buen hombre que ella tenía de él se derrumbe y llegue a enfrentarse a "su dios de hojalata". Aunque su padre, al final consigue hacerle entender los motivos.
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Trascurre en los años 50 y el movimiento y los derechos civiles  de la población negra en  Estados Unidos forman parte de la trama. Siendo estes derechos la causa de la discrepancia entre padre e hija.
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¿Lo recomiendo? Sí, la verdad es que fue una gran sorpresa este libro. Seguramente se cuele en mi top 10 del este año.
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¿Conocíais a la autora? ¿Habéis leído algo de ella?
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Muchas gracias a todxs !!
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“Ve y pon un centinela” de Harper Lee es la inesperada continuación de “Matar a un ruiseñor” que la autora al parecer escribió antes incluso que esta obra considerada ya un clásico de la literatura y que este año ha visto publicada una secuela que no ha sido del todo del gusto de los enamorados de la opera prima de Harper Lee, a pesar de ser considerada como uno de los acontecimientos literarios más importantes de los últimos años. Yo te ofrezco una reseña y mi opinión personal para que decidas si atreverte o no con este libro que puede cambiar la visión que tenías de los inolvidables protagonistas de “Matar a un ruiseñor”


“Ve y pon un centinela” regresa al condado estadounidense de Maycomb, pero en esta ocasión en la década de los 50, y vuelve a presentar la historia desde el punto de vista de Scout, ahora una joven de 26 años que vive en Nueva York y que vuelve a su pueblo natal para visitar a su padre Atticus (ya un anciano de 70 años) y a sus familiares más cercanos. Scout se enfrenta ahora a una sociedad que sigue teniendo problemas relacionados con la segregación racial y presenta injusticias en lo que a los derechos civiles se refiere como el papel de la mujer que la propia Scout rechaza por centrarse únicamente en el matrimonio y las cuestiones domésticas y pronto descubre que su carácter y pensamientos siguen chocando con lo establecido en la región.

Pero el golpe más duro para Scout llega cuando comprende que su padre, al que tenía idealizado por su faceta de defender la igualdad racial y de derechos civiles, es ahora más retrógrado y conservador, por lo que gran parte del libro ahonda en la decepción y la desmitificación de un héroe que siente la joven, quien se empieza a creer perdida en un mundo en el que ni siquiera las propias convicciones se sostienen. “Ve y pon un centinela” va alternando esta dura situación vivida por Scout con los recuerdos de su infancia y juventud que la acechan en cada rincón de su pueblo, y que sirven al lector para saber más sobre ella y su familia después de que acabara “Matar a un ruiseñor”.

Este nueva novela que se puede considerar bastante breve (no llega a las 300 páginas) no tiene el valor narrativo ni la pureza argumental de su antecesor, por lo que no he disfrutado tanto como hice con “Matar a un ruiseñor” pero es fiel al estilo de Harper Lee de presentar a través de sus personajes y de un pueblo los problemas y desigualdades de una década que arrastra todavía tópicos arcaicos que no permiten avanzar a una sociedad resistente en su mayoría al cambio. Además, la historia está ahora más politizada porque ya no presenta la narración desde el punto de vista inocente de una niña, sino desde los conocimientos del mundo y planteamientos de una mujer que ya es consciente de la realidad en la que vive y es más combativa y, sobre todo, reticente a aceptar el papel que como mujer se supone que debe representar en dicha sociedad.
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“La isla de cada ser humano, Jean Louise, el centinela de cada uno, es su consciencia”

Tras más de cincuenta años en un cajón reaparece Harper Lee, con la que fue su obra novel, una novela que fue rechazada en su momento por sus editores y de la cual nació “Matar a un ruiseñor”, obra que le reportaría el premio Pulitzer y el reconocimiento como una de las voces más contundentes de la América del Sur.

Muchos ponen en duda los motivos para la publicación de Ve y pon un centinela a estas alturas de la película y de la vida de su autora, pero si la tratamos como obra novel de quien se forjaría un nombre universal con una sola publicación merece la pena descubrir sus inicios y ver como su prosa evolucionó hasta convertirse en lo que fue.

Harper Collins Ibérica ha apostado por ella y sus lectores descubrirán a una Scout de veintiséis años que vive en Nueva York, que es autosuficiente, que tiene una mentalidad abierta y que regresa a casa, a Maycomb, para visitar a su padre.

Atticus es ahora un hombre de setenta y dos años afectado por una artritis reumatoide, cosa que en parte le ha cambiado el carácter.

Aunque lo que no me esperaba es la transformación del héroe casi por excelencia de virtudes como la lealtad, la lucha contra las injusticias y la empatía a un antihéroe segregacionista activo.

Scout deberá luchar consigo misma, su mentalidad no encaja con las de las mujeres sureñas encerradas en su propia comunidad, su relación con Hank no es lo que ella esperaba ni quería y el descubrimiento final es que su padre es un hombre como los demás, con fallos y errores, y no el héroe de una niña que creía que su padre podía arreglar el mundo.

Nos encontramos en el Sur de América, en los años cincuenta, donde el racismo y la segregación eran el pan de cada día, y a los que leímos “Matar a un ruiseñor” creíamos en una voluntad de cambio aunque fuera por unos pocos, pero parece como si todo el pueblo se hubiera unido en una mente colectiva en favor de la supremacía blanca.

La prosa denota que le falta un poco de pulido, una revisión, no nos vamos a engañar, todos la compararemos con su predecesora publicada, como esta está escrita en tercera persona y la anterior en primera, como la evolución de los personajes no viene marcada de manera cronológica, cosa que deja algún que otro hilo por tirar, pero precisamente estos hechos son los que hacen grande la novela, dado que muestran no solo una historia, sino la evolución de una escritora.

Apuesto que esta novela será un gran best-seller, pero a mí me ha dejado mal sabor de boca en cuanto al cambio de Atticus, para mí son dos historias diferentes, aunque creo en el cambio de carácter y en la adaptabilidad de la persona en su ambiente, pero prefiero quedarme con el Atticus anterior y con sus valores, que con este cascarrabias.
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No es para nada como Matar a un Ruiseñor.
Nos encontramos con una protagonista que tiene 26 años y que no ha madurado como debiera hacerlo. Así que cuando llega de vacaciones a su casa de Maycomb comienza a ver que las cosas que ella creía y que con las que creció ya no son como eran. La desigualdad racial ha aumentado y la inestabilidad social se huele en las calles.
De una forma torpe y dolorosa, Jean Louise abrirá los ojos a la realidad de los asuntos sociales que tienen que ver con las diferencias sociales y el intento por hacer iguales a todas las personas sin depender de la raza por parte del gobierno.
Podríamos dividir el libro en dos partes: la primera en cuanto Scout llega y prácticamente solo recuerda aventuras de cuando era pequeña; y la segunda, cuando comprende la verdadera situación social en la que vive y despierta de su inocencia infantil.
Por supuesto mejora en la segunda parte, pero la autora lo hace completamente retorcido al añadir trozos de sermones metodistas y citas de libros y personas que no tienen relevancia con la historia.
Y al final te queda un regusto un tanto amargo de que en el primer libro ha luchado por la igualdad sin condiciones y en este ha dado un paso atrás y se ha dado cuenta que las cosas no son blancas o negras, que hay situaciones que justifican ciertos procedimientos.
Y todo eso solamente en tres días desde que ella llega a casa desde Nueva York.
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