Una temporada en el purgatorio

Constant Bradley es el hijo guapo y dicharachero de una rica familia de la Costa Este de los Estados Unidos. Tiene un amigo, Harrison Burns, menos guapo y dicharachero y sobre todo, pobre, al que le hace pasar las de Caín. Porque cuando uno es pobre y entra en contacto con una familia muy rica acostumbrada a salirse siempre con la suya aunque sea de formas poco ortodoxas, o tienes pocos escrúpulos y dices sí a todo o entras en una espiral de mala conciencia y paranoia como el Vaticano de grande. Y la mención al Vaticano no es baladí, la familia Bradley es de origen irlandés y muy muy católica, de los de hacer algo mal y luego confesarse mucho. A lo que iba. Una noche, después de una fiesta del Club al que asisten las familias bien de Scarborough Hill, aparece el cadáver de la joven Winifred Utley en el jardín de los Bradley. Dilucidar quién ha sido no va a ser tarea fácil en un barrio con tantas fortunas por metro cuadrado y en el que los padres de Winifred son unos recién llegados. La policía tira por la vía de en medio y cierra el caso aduciendo que "puede ser que se sea que ha sido un vagabundo y chimpún". "En casos como este, a menudo a aparece el típico desconocido al que culpar, el típico vagabundo. ¿Se acuerdan del intruso merodeando por el tejado de la casa de los Grenville la noche en la que Anne Grenville mató a su esposo de un disparo? Poder recurrir a ellos es una de las ventajas de ser rico. Se trata de personas prescindibles, a las que se puede acusar y sacrificar porque no son nadie"Dominick Dunne, además de ser el autor de la novela es el padre de la actriz Dominique Dunne, conocida por la película Poltergeist. A Dominique supuestamente la mató su pareja en lo que entonces se llamó crimen pasional y hoy es violencia de género con todas sus letras. Dicen que Dunne se inspiró en lo que le pasó a su hija y también en el asesinato de la joven Martha Moxley, ocurrido en 1975 y en el que presuntamente estaban implicados unos familiares de los Kennedy. Todo está presuntamente documentado en la web y recomiendo echarle un vistazo. Me perdí un poco hacia la mitad del libro porque me estaba aburriendo soberanamente, aunque después entendí el por qué de ese interludio "voy de visita a los Hamptons y tengo una revelación mariana". El final es muy bueno, a pesar de todo.

No hay duda de que Dominick Dunne sabía escribir y que cuando plasmaba este tipo de libros sobre casos judiciales, lo hacía estupendamente bien.
No sé si habéis oído hablar del caso de una niña asesinada supuestamente por un miembro del clan Kennedy... Pues en este libro se novela ese caso. Por supuesto que no os vais a encontrar una transcripción del hecho, Dunne es bastante más complicado que eso y tiene más mala baba 😁.
Aunque el supuesto culpable fue un primo de JFK, aquí, y siempre bajo nombres ficticios, os vais a encontrar con que los protagonistas son los del clan principal; se reconoce perfectamente a JFK en el personaje de Constant.
Más allá del interés narrativo, lo interesante de este libro (perdonadme la frivolidad dado el tema de la niña) lo interesante es el morbo de las vidas de ese clan, educados para ser poderosos, ellos; y esposas perfectas de hombres poderosos, ellas.
Os dejo enlace donde podréis saber más de este caso y del autor, que también lleva su historia detrás.
https://elpais.com/cultura/2017/01/17/babelia/1484668241_786660.html
¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Una novela que narra un caso que a día de hoy, aún no está cerrado.

Con un ritmo trepidante, una trama absorbente y unos diálogos impactantes y muy bien trazados, Dominick Dunne nos habla sobre la capacidad de las clases dirigentes y los poderosos economicamente para manejar los resortes del poder a su antojo, eludiendo cualquier tipo de responsabilidad sobre sus propias acciones. Los Bradley, influyente familia católica, multimillonaria de primera generación, son los protagonistas de esta historia de ambición, violencia y poder. Vistos por sus conciudadanos como unos arribistas sin clase, la familia permanece unida como una piña para ir escalando los puestos en la sociedad que les permitan alcanzar las más altas metas, incluida la presidencia de los EEUU, y para ello no dudaran en utilizar todo el poder que confiere una fortuna amasada en tiempo récord y por tanto bajo la sospecha de aquellos que no los consideran sus iguales. Pero un crimen no resuelto se interpone en su camino. Escrita por un periodista que se dedicó a la cobertura de juicios mediáticos como el de OJ Simpson y a las crónicas de sociedad, el libro es de los que no se pueden dejar hasta acabarlo. Y por cierto, la larga sombra de los Kennedy planea por toda la novela.

Tengo que empezar esta reseña de forma directa: esta es una de las lecturas que más me ha gustado desde que tengo conciencia lectora. Es una araña que me ha tenido atrapado en su tela, formada por el poder, el dinero, la ambición, los secretos y las mentiras de esta historia.
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Dominick Dunne demuestra dos cosas: que era un gran conocedor de la clase alta americana y que escribía de una manera impresionante. Hay dos chicos amigos, que estudian en el mismo colegio, Constant Bradley y Harrison Burns: el primero, perteneciente a una familia rica, riquísima, su gran esperanza, aspirante a político; el segundo de una familia modesta. Una noche, una chica del vecindario aparece asesinada en un terreno cercano a la casa de los Bradley y Constant se convierte en sospechoso. Aquella investigación no conduce a nada, pero casi 20 años después Harrison, que se ha convertido en un reconocido escritor que vuelca su rabia en sus libros, decide contar lo que sabe de aquel asesinato.
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Vaya manera de narrar. Qué apasionante. Es una fotografía en (muy) alta definición de la clase alta americana, en la que todos los personajes están perfectamente definidos y el contexto está exquisitamente dibujado. Cómo te sumerge en el mundo de los Bradley, un cosmos brillante en el que, si rascas un poco, esa pátina deslumbrante se desconcha mostrando una realidad despiadada en la que todo se arregla con dinero y donde todos sus miembros van a una sin ninguna fisura. Un mundo hipócrita, de apariencias, de cosas que se saben y no se dicen, de cosas que se dicen aunque no deberían decirse, de silencios que corroen como el ácido.
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No dispongo aquí de suficiente espacio para contaros cuánto he disfrutado este libro. Me conquistó en la segunda o tercera página y el interés no decayó en ninguna de las 3 partes en las que está dividida la historia.
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Libro imprescindible. Un Asteroide de los que golpean y dejan huella.
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De las mejores que he leído este año. Cuenta la relación del personaje principal, Harry, con una poderosa familia que trata de esconder a toda costa sus miserias. Los ricos también lloran.