Una comedia siciliana

Me gustaría dejar claro, que esta crítica, no es más que una apreciación personal y que la hago desde el más profundo respeto tanto la editorial, como a la memoria del autor.
Dicho esto, he de decir, que me ha causado sentimientos encontrados. Por un lado, esperaba conocer más de Sicilia y su cultura. Pero salvo por ciertos detalles, como las minas de azufre o de nitratos que dieron auge a la economía de la isla en la época en la que se ambienta la obra (1947/1975).
Y algunas alusiones a las invasiones alemanas y posterior liberación por parte de las fuerzas aliadas. No he podido descubrir mucho más, puesto que los comportamientos de las personas que aparecen en los relatos, que conforman dicho libro, son comunes a cualquier otra parte del mundo.
Esto me ha hecho sentirme identificada en algunos casos pero, perder el significado en otros , de modo que por más que trataba de encontrar algún sentido, no lo conseguí. Y en estos casos ha hecho que me resulte pesado de leer.
De todos modos ,gracias a masa crítica y a todos los que habéis hecho posible que recibiera este libro.

Una comedia siciliana reúne por primera vez en castellano veinticinco relatos del gran autor de Racalmuto, un imponente corpus de prosas y microhistorias escritas entre 1947 y 1975.

Sciascia compone a través de piezas breves y brillantes una fotografía de Sicilia con todos sus matices: la Sicilia de la mafia, de la corrupción, de la injusticia, del arribismo y del transformismo político, pero al mismo tiempo también nos devuelve el retrato de un pueblo que siempre ha sabido de qué lado tenía que estar.

Hace años leí este libro en italiano, como parte de las lecturas obligatorias de la escuela oficial de idiomas. No fui capaz de leerlo entero, me resultó muy denso y demasiado descriptivo, y en esta traducción es aún peor.

Los relatos son relativamente breves pero no todos logran enganchar al lector, y el que lo consigue sabe a poco, te hace pensar en la información que no se llega a contar, en todos los trozos de la historia que quedan sin explicarse.

Este conjunto de relatos me ha enamorado. Son fiel reflejo de la idiosincrasia siciliana, y me atrevería a decir que mediterránea. Me ha llamado la atención que teniendo grandes diferencias (españoles e italianos) también tenemos muchos puntos en común. El autor con una prosa culta pero cercana, nos va describiendo, a veces con el uso de metáforas, una realidad siciliana que a veces puede parecer cómica, esperpéntica, heróica, inocente, miserable o corrupta, según el relato en el que estemos inmersos. Porque eso es lo que consigue hacer el autor, sumergirte no ya en las páginas, si no también en la vida siciliana, y en sus variopintos personajes, algunos ficticios y otros reales. Con sus historias y sus costumbres. Relatos con distintos escenarios históricos (la invasión napoleónica, la dictadura, la segunda guerra mundial, el desembarco aliado en sus costas) y tramas dispares, que acaban resumiéndose para mí en una afirmación que me fascinó: "Italia es grande como para dar miedo al mundo, pero había un montón de gente a la que siempre le faltaban noventa y nueve céntimos para tener una lira".

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