Un fantasma en el sistema

Aunque que mi nivel de conocimientos sobre ordenadores apenas supera el nivel usuario, es un mundo que me fascina y aterra a parte iguales. El poder de un programa informático y unos comandos puede darte poderes casi infinitos y sus consecuencias son inimaginables. Los llamados hackers son temidos y con razón. Son una amenaza muy real cada vez que, desde nuestros diversos dispositivos, nos conectamos a la red. Dentro de lo hackers, los hay "buenos" y "malos". Los "buenos" entran y salen de los sitios sin causar ningún percance, sólo por el mero placer de saberse capaces de burlar hasta las más intrincadas medidas de seguridad. Los "malos" destruyen, roban, manipulan, estafan e, incluso, pueden provocar graves conflictos internacionales y arruinar la vida a un número incontable de personas.

La autobiografía Un fantasma en el sistema. Las aventuras del hacker más buscado del mundo llamó de inmediato mi atención lectora. Gracias a la editorial Capitán Swing, he podido sumergirme en la vida del estadounidense Kevin Mitnick que, como reza el título del libro, se convirtió en el hacker más buscado del mundo.

Mitnick era un crío cuando comenzó a interesarse por el mundo de los ordenadores y los hackeos. Primero empezó sintiéndose fascinado con la manipulación que suponían los trucos de magia, de ahí pasó a hacer de las suyas adquiriendo, de forma autodidacta, los conocimientos de ingeniero para usar los teléfonos y los protocolos de las compañías telefónicas en su propio beneficio. Después, saltó a los ordenadores y al poco, apenas siendo un adolescente, ya podía sentir el aliento de los federales en su nuca. Sin embargo, como explica en su libro, sus armas nunca fueron otras que sus conocimientos y la ingeniería social, es decir, "práctica de obtener información confidencial a través de la manipulación de usuarios legítimos". Mitnick era de los hackers "buenos". Buscaba sólo un buen chute de adrenalina cada vez que decidía colarse en los sistemas ultraconfidenciales de las compañías telefónicas o instituciones del gobierno, como la propia NSA. Y aunque jamás dañó ni robó datos con intención de lucrarse, las fuerzas de la ley se le echaron encima como si fuera un peligroso terrorista y no les tembló el pulso en achacarle delitos que ni siquiera había cometido.

Mitnick nació en el seno de una familia más bien pobre. Siendo aún un bebé, sus padres se divorciaron y su madre, camarera, inició relaciones sentimentales con diversos hombres y pasó por varios matrimonios. Lo que más me impactó, es que uno de estos sujetos violó a Mitnick de niño, sin embargo, parece que fue un hecho que superó y logró que no afectara en su vida adulta. Eso sí, su madre, su abuela y, después, su mujer, son un apoyo incondicional para él cada vez que nos cuenta que es atrapado. Cuando lees su biografía, te asombras de su gran intelecto y capacidad para salir airoso de las situaciones más peliagudas. Mitnick no es una mala persona, de joven era alguien con un gran talento empleado de un modo poco productivo y sí muy destructivo para su persona. El propio Mitnick admite que era un adicto, conectarse y ponerse por objetivo asaltar la seguridad de una empresa, le proporcionaba un subidón indescriptible, sobre todo, cuanto más difícil era el reto.

El libro está genial, es una biografía sumamente entretenida, en la que me he topado con pasajes que parecían sacados de una película. El estilo que tiene Mitnick de contar su vida y sus aventuras y desventuras como hacker, están impregnadas de un optimismo arrollador. Me he reído con muchas de sus ocurrencias (hackeó un altavoz de un McDonalds y dio pie a situaciones con los clientes la mar de divertidas) y me he quedado con la boca abierta con algunas de sus hazañas y con algunas de sus peores ideas. Lejos de echarse flores, Mitnick se limita a contar como fueron las cosas para él y su compleja y desigual relación con la justicia. Hasta siendo aún un menor, Miltnick es maltratado por quienes están del lado de la ley. Claro que lo que hacía era ilegal, pero la reacción de las fuerzas del orden contra él, normalmente fue desmedida e, incluso en ocasiones, cruel y muy alejada de la propia ley. En la actualidad, Mitnick utiliza su maestría con los ordenadores para el bien, trabaja ayudando a las empresas a protegerse de hackers como él y viaja por todo el mundo dando conferencias.

Un fantasma en el sistema. Las aventuras del hacker más buscado del mundo de Kevin Mitnick es la apasionante biografía de un genio de la informática. Una historia que bien podría llevarse al cine por su ritmo casi de thriller, el humor, talento e ingenio de su protagonista y los increíbles lugares en los que logra colarse, por los enormes fallos de seguridad que nos desvela a los lectores y gracias a los cuales se pudo convertir en el hacker más perseguido del mundo. Un libro que recomiendo a toda clase de lectores, porque a nadie dejará indiferente la historia de Kevin Mitnick.
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