Un corazón desconocido

A Charlotte Valandrey le dijeron que "su historia era increíble y que tenía que compartirla". La vida de esta actriz francesa prácticamente desconocida en España es seguramente más interesante que cualquiera de los guiones cinematográficos que haya podido interpretar. La realidad supera en muchas ocasiones a la ficción y este libro es una fiel prueba de ello.

No es la primera vez que la actriz decide contar sus experiencias; ya lo hizo en un anterior libro (abandonó en el 2005 su carrera como actriz para centrarse en la escritura) en el que daba a conocer al gran público su condición de seropositiva. El duro tratamiento médico que tuvo que seguir para vencer la enfermedad, conocido como la triple terapia, le dejó el mejor de los regalos: poder cumplir su sueño de ser madre de una niña sana que nació sin tan siquiera ser portadora del virus; pero también le dejó como resultado un corazón muy deteriorado y una única puerta a la supervivencia: someterse a un trasplante de corazón.

A partir de la intervención, la vida de Charlotte cambió de forma radical, era como si estuviera viviendo otra vida, la existencia de otra persona. Comenzó a tener visiones, sueños repetitivos e inquietantes, sensaciones de "déja vu"; hasta sus gustos por la comida sufrieron un cambio. Estas nuevas sensaciones la llevaron a obsesionarse hasta el punto de consultar recurrentemente con médicos, psicólogos y hasta videntes: necesitaba una respuesta. Pese a que la comunidad científica defiende que el corazón es solo un músculo que bombea la sangre y que sus células no tienen memoria, hay muchos trasplantados de corazón que han tenido experiencias similares a las de Charlotte, personas que no encuentran respuesta en la versión científica oficial y que defienden que el corazón también puede encerrar emociones que no mueren y que serán las mismas que luego sentirán los trasplantados. Es lo que se conoce como la "memoria celular".

Pese al anonimato que rodea el proceso en un trasplante de corazón, la condición mediática de la protagonista hizo que la fecha del suyo se hiciera pública. Comenzó a recibir miles de cartas de gente que la apoyaba y que le contaba sus experiencias, pero entre todas ellas, una carta anónima la dejó profundamente conmocionada: "Conozco el corazón que late dentro de usted, yo lo amaba". La protagonista se vio en una necesidad imperiosa por averiguar quién había detrás de esas palabras, empezó a obsesionarse con la identidad de su donante y supo que tenía que vencer las trabas legales sobre el anonimato que rodea los trasplantes hasta dar con todas las respuestas. Las encontró y conoció el amor de la forma más insospechada…

El libro tiene un carácter marcadamente positivo. Ni el VIH, ni los infartos, ni el trasplante, pudieron acabar con las ganas de seguir adelante de Charlotte; una mujer fuerte que nunca tuvo miedo ante las adversidades, que encaró con valentía todas las trabas que la vida iba sembrando en su camino y cuyo testimonio transmite un mensaje de esperanza y entereza a todas aquellas personas que se encuentren en situaciones similares.

"Un corazón desconocido" se lee prácticamente de un tirón. Con un lenguaje coloquial y asequible, es un libro tan conmovedor y sorprendente como alegre y positivo. Una historia digna de película que, por encima de todo, encierra, sin un atisbo de autocompasión, un bonito mensaje de esperanza.
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