Tierra de sombras

Conocía a Elizabeth Kostova gracias a «La historiadora», un libro que disfruté hace algunos años y del que guardo un gran recuerdo. Si mi memoria no falla, creo que en «La historiadora» la autora ahondaba un poco más en las descripciones, a veces llegando a resultar algo tedioso, cosa que ha superado en esta nueva novela -algo que es de agradecer-. Quizás solo sea cosa mía, puede que el contexto de esta última historia me llame más la atención, dado que no conozco -conocía más bien- nada de la historia de Bulgaria.

Este libro fue un suspiro de aire fresco, lo cogí en el mejor momento, estaba atravesando una crisis lectora y no encontraba nada que me enganchara. Decidí cortar por lo sano y empezar una novela que no tuviera nada que ver con los géneros que suelo consumir. ¡Gran acierto!

Nuestra protagonista, Alexandra Boyd, llega desde América a Bulgaria. No tiene ni idea de búlgaro y la mayoría no hablan inglés así que hay un problema de comunicación desde el principio. Tampoco es que el idioma sea una traba para viajar, pero si nada más aterrizar intercambias los equipajes por accidente con una pareja de ancianos y encuentras unas cenizas dentro de la maleta es algo difícil de explicar en una comisaría.

El taxista al menos tiene la amabilidad de explicarle cómo se dice cenizas en búlgaro -prah-, el pobre hombre no puede ayudarla más porque tiene problemas con la justicia.

A partir de aquí, la autora va intercalando capítulos: su llegada a Bulgaria y su doloroso pasado, recuerdo que está de duelo por la muerte de su hermano.

Elizabeth decide devolver la urna a sus dueños, aunque no será nada fácil, sin la inestimable ayuda de Bobby -el taxista- no sabría ni por dónde empezar. Tan solo cuentan con un nombre: Stoyan Lazarov. A partir de este momento haremos un pequeño viaje en el tiempo, la historia del presente de Alexandra se alternará con el pasado de Stoyan.

Este es el punto de partida de una novela que nos sumergirá en la Europa comunista, mostrando con precisión el gran trabajo de documentación que ha llevado a cabo la autora.

Si tuviera que escoger una parte sería sin duda el pasado de Stoyan, una historia triste y emotiva, acompañada de música y de sueños.

Un libro que hay que leer sí o sí, he leído en algunos portales que no es una novela ligera, discrepo en este punto, la autora consigue enganchar de lleno al lector. Si bien es cierto que en determinados momentos describe al detalle algunos momentos, sobre todo en las partes de Stoyan, es necesario para comprender de lleno todo lo que nos quiere mostrar, para nada me ha resultado tedioso ni aburrido, algo que sí me pasó con algunos capítulos de «La historiadora».

¿De qué trata esta historia? Nuestra protagonista es una chica llamada Alexandra Boyd, ella es una joven de nacionalidad estadounidense que se encuentra viajando a una pequeña ciudad del este de Europa llamada Sofía (oeste de Bulgaria), en realidad Alexandra esta escapando del dolor que siente por la perdida de su hermano, quién de hecho murio mucho años atrás pero Alexandra no ha podido sobreponerse a su perdida. Disfrutando de la belleza de esta pequeña ciudad nuestra joven protagonista ayuda a una pareja de ancianos a subir a un taxi cuando, por pura casualidad y descuido, los ancianos olvidan una caja que resulta tener las cenizas, humanas, de una persona llamada Stoyan Lazarov. A partir de ese momento, y reflejando un poco se perdida para que digo mentiras, Alexandra se embarca en una búsqueda frenética y algo impulsiva para regresar la urna a sus propietarios, en el camino encuentra un curioso aliado en un misterioso taxista que esconde mucho mucho pasado turbio. Ahora bien, hay que admitir que la historia por el lado de Alexandra es tremendamente plana, y no porque sea mala o no tenga momentos hermosos donde podemos admirar la ciudad de Sofía, es por culpa de Alexandra misma, es un personaje tan plano, tan sin chiste y tan ensimismada en su dolor que es muy difícil de leer y, siendo muy honestos, si todo el libro hubiera sido contando con su perspectiva seguramente ni siquiera habría podido terminalo. Pero, y aquí viene la luz de esperanza, hay una historia paralela, una historia del pasado que nos habla de dolor, pérdida, humanidad, esperanza y música, una historia que nos muestra como el ser humano al ser empujado hasta sus límites logra sacar lo mejor o lo peor de sí mismo. Tierra de Sombras se convierte en un libro hermoso que vale la pena leer solo por la historia y la voz de Stoyan Lazarov. ¿Quién es este personaje? Pues no les diré nada para evitarles un spoiler pero si les diré que su historia tiene mucho que ver con prisioneros soviéticos y violines. No diré nada más.

Yo soy una lectora muy fan de la obra de Elizabeth Kostova, fue hace años que pude descubrir su pluma y enamorarme de ella, verán cuando era más joven (por allá del 2010 creo) era súper asidua al género histórico, me encantaba y además me fascinaban los vampiros (pero los de Anne Rice, no de los Stephanie Meyer) y descubrir una historia que juntaba ambos mundos, La Historiadora, fue un favorito instantáneo para mi, a partir de ese momento me enganche a la autora y ha sido un amor de pocas novelas, sólo La Historiadora, El Rapto del Cisne y ahora Tierra de Sombras, pero es un amor leal y profundo. Amo, amo, AMO, a aquellas obras que introducen novela a la par que nos van mostrando un marco histórico bien delimitado que demuestra que el autor o autora en cuestión se informo y documento a fondo del tema, y eso es algo muy particular de Elizabeth Kostova, tanto te mete novela (y todo hay que reconocerlo, la prosa de Kostova es poética e hipnótica y te mete de lleno a su mundo) como va introduciendo párrafos o páginas enteras donde te explica que sucedía en el mundo en esos momentos, de esta forma puedes comprender mucho mejor a los personajes, su forma de actuar y la construcción de mundo que se te brinda. Esto de narrar a dos veces, generalmente en pasado y presente, también es algo que la autora disfruta mucho, en todas sus novelas hay dos voces que narran a diferente tiempo y que en cierto momento de la historia se entrelazan y hacen que todo tenga sentido, es una mezcla muy curiosa entre lo que fue y lo que y lo que será. Debo decir que aunque la novela me gusto muchísimo no considero que sea para todo el mundo, ¿Por qué? La pluma de Kostova es preciosa pero es pesada, no es una pluma fácil de leer, es una novela pesadita que debes leer a ratitos para no abrumarte con la cantidad de datos históricos y no aburrirte rápidamente, honestamente yo tardé en terminarlo como mes y medio porque realmente quería disfrutarlo y no imponerme un tiempo rápido que me llevará a terminar saturadísima. Creo que esa fue la mejor desición que pude haber tomado pues sin lugar a dudas, Tierra de Sombras (y Stoyan sniff, sniff) se cuelan a mis lecturas favoritas del mundo
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Tras leer “El rapto del cisne” y “La historiadora”, Elizabeth Kostova regresa para deleitar a los amantes de la novela histórica, con una profunda carga emocional y con un trasfondo de luz y oscuridad, de tristeza y esperanza, y sobre todo de segundas oportunidades, de cambiar de vida e intentar superar el dolor.

Tierra de sombras nos llevará de Estados Unidos a Sofía, cruzaremos el Océano junto a Alexandra, una joven que tras la pérdida de su hermano decide empezar de cero, sola, sin ningún recuerdo palpable en sus calles, solamente aquellos que cargan su corazón.

Al llegar a Sofía muestra su gran corazón al ayudar a unos ancianos al bajar de un taxi, lo que la sorprenderá es encontrar una bolsa olvidada, una historia en sus manos que deberá seguir, dado que en ella se encuentran las cenizas de Stoyan Lazarov.

Así, lo que se suponía que sería un viaje para reencontrarse, la llevará a descubrir la vida rota de un músico por la represión política de su país.

La autora se recreará en un profundo conocimiento de Bulgaria y de su historia para plasmar casi de manera fotográfica sus parajes, sus gentes e incluso sus olores, una tierra marcada por el horror del comunismo y a su vez por la luz de las personas, de sus almas y su calidez.

Con una prosa fluida, nos calzaremos los zapatos de Alexandra y página a página descubriremos dos historias en una, un compendio en equilibrio donde las tramas no se solapan aunque se intercalan.

Dos protagonistas que irán cogiendo cuerpo, uno herido en el alma y otro en cenizas que irá mostrando una vida vivida.

Una metáfora a base de palabras donde un hecho casual revelará la profundidad de una época poco conocida por los lectores.

Su mismo título encierra una verdad Tierra de sombras no deja de ser una Tierra oscura donde el sol empieza a brillar de nuevo transformándola en las sombras de lo que fue frente a la luz de lo que será.

Umbriel presenta una novela elegante y profunda sobre la realidad del ser humano y el juego del destino.

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En este libro seguimos a Alexandra Boyd, una joven estadounidense que viaja a Bulgaria para trabajar como profesora. Pero nada más llegar, al ir a coger un taxi para ir a su hotel, se cruza con una mujer y un hombre. Tras ayudarlos, descubre que por error se ha quedado con una de sus bolsas, donde descubre las cenizas de un tal Stoyan Lazarov.

En su intento de encontrar a la familia del difunto, conoce a Bobby, un taxista que la acompaña y aconseja en esta aventura. Poco a poco, mientras recorren juntos los pueblos de Bulgaria y nos muestran sus costumbres, empiezan a descubrir la historia de Stoyan Lazarov. Y es que sus restos y todo lo que descubren sobre él, está estrechamente relacionado con la actualidad del país.

Alexandra y Bobby se ven recorriendo Bulgaria para encontrar cuanto antes a la familia de Stoyan mientras alguien les persigue, quizás con la meta de matarles.

Me han gustado tanto la historia como los personajes, sobre todo Bobby, que tenía algo que me hacía reír mucho y con el que enseguida me encariñé. Pero hay una cosa que no me quedó clara. al principio del libro, nos enteramos de como el hermano de Alexandra desapareció hace muchos años y no se volvió a saber nada de él. Y durante todo el libro me daba la impresión de que iban a reencontrarse en Bulgaria, pero al final no pasó nada. Me dejó un poco desorientada que le dieran tanta importancia para luego no introducirlo en la historia.

En general ha sido un libro muy interesante, que mezcla la ficción de la historia con la realidad de los sitios y costumbres del país. le tengo un cariño especial a Bulgaria, así que me hizo mucha ilusión leer un libro que lo tuviera de protagonista.

-Ali
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