Tiempo desarticulado

Muchos piensan que ciencia ficción son solo naves espaciales, pistolas de rayos y androides programados. Pero no. ¡¡ Error 404 !! Philip K. Dick sube el nivel de este género con una historia distinta y sobre todo muy original.

Un hombre, Ragle Gumm, juega día a día a un concurso del periódico llamado “¿dónde está el hombrecito verde?”, Como ganador indiscutido, vive con la obligación de mantener su racha de victorias, pero una serie de fenómenos inexplicables lo llevará a cuestionar no solo el concurso en el que participa, sino que también todo el mundo que lo rodea.

En este libro el autor me atrapo de entrada utilizando una intriga que mantuvo constante a lo largo del libro. Busque explicaciones a lo que leía y si bien ninguna de mis teorías era acertada disfrutaba con ello. Este “juego” me llevo a descubrir una historia entretenida, sólida, muy bien pensada y en donde todas mis dudas fueron resueltas dejándome solo buenas sensaciones.

Fue una gratificante experiencia con ciencia ficción de calidad.

Para mi a La escritura de K. Dick, no le encuentro objeción, es exquisita. Su articulación de las historias es indudablemente en el sentido que quiere llevar al lector.

El componente de fuerte carga onírica, de desbordada imaginación rayana en teorías conspiranoicas, en la percepción alterada de la realidad, en que es real y que es producto de la imaginación, de la maquinación, de la intervención de terceros, se pone de manifiesto en esta especie de viaje imaginario en el tiempo, que va de la mano de uno de sus temas predilectos, la guerra sin sentido, los conflictos incongruentes y la capacidad de unos cuantos para intervenir favorablemente en la solución de los mismos.

Aunque en el proceso le lleve a crear toda una urdimbre de cuestiones paranoides, de argumentos sospechosos, mismos que dotan de vitalidad a sus historias, que si bien siempre se quedaran cortas en la explicación de la utopia, ucronia del futuro adelantado, dejan esa pequeña porción a la interpretación del lector, sea o no su intención.

Aquí el tiempo no es desarticulado, es por el contrario un artículo de lujo. Puesto que Mister Gumm se permite jugar con el sin modificarlo, sin alterarlo, sin intervenirlo. Solo se adapta a su conveniencia, y a la de su entorno, pues de ello depende el futuro y la esperanza de toda el planeta. de el y su innata capacidad de previsión. A la cual decide sujetarse, pero bajo sus propias condiciones.

Philip K. Dick. Reloj en mano, altera el tiempo para disfrute del lector poco más que decir. Excepto su puesta en escena en la pantalla grande bajo el nombre de “ El Show de Truman” un verdadero Espectáculo, pero que le queda a deber al libro.

Tenía a Philip K. Dick en lo alto de un pedestal por películas basadas en sus novelas como Blade Runner, Desafío Total, Paycheck, Infiltrado, Destino oculto, Minority Report... y decidí debutar con un libro suyo con su popular Tiempo desarticulado.

Esperaba algo similar a lo que me daban sus novelas en el cine y me encontré con una historia lenta, que se lee fácil, pero que no termina de arrancar hasta prácticamente su desenlace.

Quizá de haber ido con otro tipo de expectativas, mi sensación final hubiera sido distinta.