Ten Count 2

El final del primer tomo me había dejado con la intriga, deseando que Kurose se retractase. Fue empezar el segundo tomo y saber que las cosas se pondrían peliagudas y que la historia tomaría otro rumbo.

Lo que más me ha sorprendido de este tomo es el cambio que hace Kurose, quien parece haberse deshecho de su semblante serio y de su calma. al aceptar lo que siente por Shirotani, la historia comienza a girar entorno a un posible cambio en su relación. A Shirotani esto le coge por sorpresa, no solo porque se planea sus propios sentimientos, sino por el repentino cambio de Kurose.

En mi opinión, Kurose se ha sacado la máscara demasiado rápido. No me disgusta del todo esto, porque ha sido el motivo por el cual he devorado el tomo. Si bien en el primer tomo llegué a pensar que Shirotani tenía las riendas, ahora es Kurose quien maneja las situaciones y Shirotani quien se pierde en la electricidad de sus movimientos.

Del mismo modo que evoluciona el trato entre ambos, también lo hace la misofobia de Shirotani. No es el eje principal del tomo, pero poco a poco su obsesión por la limpieza va disminuyendo.

En pocas palabras, Kurose le ha dado la vuelta a la tortilla desvelando un gran secreto que Shirotani no sabe muy bien como interpretar. Piensa en alejarse, pero algo lo conduce nuevamente hacia él. Es por esto que el tomo es adictivo y desprende mucha energía y sensualidad. Comienza la parte movidita de la historia y no puedo esperar a saber como se van desarrollan los acontecimientos.
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Pues... empieza la terapia de choque de verdad XD. Tras la recaída de Shirotani con su fobia, Kurose vuelve a intervenir y le confiesa sus sentimientos además de volverle a tratar.

Aunque el manga se vuelve más típico de su género, la verdad es que la relación sigue interesándome y, al ser una serie corta, voy a seguirla.