Te vas sin decir adiós

Estoy enamorada de la pluma de Sarah Deseen, de sus personajes que traspasan las páginas, de la manera hermosa que tiene de contar sus historias.
Sarah Dessen es magia, la manera en que cuenta sus historias te hace sentir identificado en algún aspecto, o en algún sentimiento.
Te vas sin decir adiós me enganchó de una manera que no podía soltarlo y en momentos me encontraba riendo mientras que en otros lloraba. Es un libro especial, con todas las cualidades para convertirse en el favorito de cualquiera. Sus temas van desde los problemas familiares, el amor, la amistad hasta el hecho de conocerse y aceptarse a uno mismo.
El libro me encantó. A lo largo de él, Mcclean atraviesa distintas situaciones y sentimientos. A pesar de que la trama gira sobre lo mismo: el hecho de que Mcclean aún no supera el divorcio y la eterna pelea con su madre, hay pequeñas historias dentro que hacen del libro aún más especial y más llevadero. He querido abrazar a Mcclean tantas veces que no puedo contarlas.
Los diferentes personajes que hay dentro de la historia son espectaculares, cada uno con su historia particular de vida, su esencia, su manera de ser. Personajes bien planteados y construidos, que facilmente podrías encontrar en la vida, o al menos ver alguien identificado en ellos. Con problemas reales, pero también con momentos de felicidad. Me encantó el personaje de la madre de Mcclean, creo que es el mejor de todos. Si bien es insoportable al principio, a medida que te sumergís en la historia empezas a conocerla, saber porque tomó cada decisión, y hacia el final te das cuenta que es un ser humano como otro cualquiera, con sus errores y sus propios sentimientos.
El final es diferente a la mayoría de novelas de adolescentes. Siempre la chica se queda con el chico, sus sueños hechos realidad y sus problemas resueltos. Acá no. Duele un poco ver cómo terminan las cosas pero la manera en que Mcclean lo acepta y agradece lo que tiene es digno de ver.

e vas sin decir adiós ha sido una novela de contrastes y no esperaba encontrarme con tantos impedimentos para poder disfrutar de una historia que me prometía, y la causante de mi malestar ha sido justamente McLean. Esta muchacha se me ha antojado sensata y estúpida a partes iguales, por una parte porque intentaba sobrellevar el divorcio de sus padres, un hecho que siempre marca la adolescencia a cualquiera, pero por otra, su ansia por huir y no dejarse conocer me han sacado de quicio. Mientras avanzaba, la entendía según las situaciones y sus pensamientos, pero no podía soportar cómo trataba a toda la gente que quería ser su amiga e incluso a su propia madre. Creo que incluso la propia Dessen no ha sabido sobrellevarlo, pues en una entrevista comentó serle un personaje complicado, además que no he visto ninguna evolución, solo que el libro en sí ha sido como un gran paréntesis en su vida de nómada. Y al tener una protagonista tan poca atractiva y estar narrado desde su punto de vista, 'Te vas sin decir adiós' pierde bastante. Esperaba un viaje más que íntimo donde McLean buscara su propia personalidad hasta encontrar un sitio para ella mientras batallaba con sus propias hormonas, afrontara el divorcio de sus padres y acabara la historia siendo una joven madura, pero solo me he topado con la misma chica cobarde, con diferente nombre pero misma caradura. En aliciente, los demás personajes estaban definidos sin vida alguna, a excepción de algún que otro, como Dave o Deb, que desde luego hacían que leyera los capítulos más rápido. Y por último, el pseudo-romance, por llamarlo de alguna manera, que aparece en este libro, que no tiene ni forma ni consistencia y me parece metido con calzador.

Tras estos párrafos negativos, sería difícil decir que me ha encantado 'Te vas sin decir adiós' porque no ha sido así, aunque tampoco puedo decir que lo he detestado. Sí que es cierto que ha sido una lectura entretenida y me ha gustado la manera en que Dessen retrataba el mundo de la hostelería, pues como ella dice en una entrevista, es esencial el buscar un lugar al que llamar tuyo, aunque sea la colcha raída de un mohoso motel con vistas al mar. Por lo demás, me ha sabido a poco y me ha faltado el alma que he visto en otras obras, especialmente por tener una protagonista bastante plana para mi gusto y unos secundarios que no me han marcado como lectora.

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Pues otra vez me he divertido con la prosa de Sarah Dessen.
La historia de Mclean es dramática a la par que entretenida por todo el trasfondo de su situación familiar, y por eso me ha gustado bastante su desarrollo como protagonista, que tiene una mirada totalmente subjetiva de los hechos, y comete sus propios errores.
Pero creo que, más que nada, me han conquistado los personajes secundarios, todos esos amigos que aparecen de la nada y que tienen sus propios estilos y aún así quedan perfectos juntos. Dave, Riley, Hether, Deb, Ellis, todos son geniales y cada uno a su manera. Obviamente hubiera querido ver más de ellos, pero no era su historia, así que ni modo.
El comportamiento de Mclean no es el mejor del mundo, más teniéndola como narradora y viendo sus pensamientos, pero creo que mejora bastante conforme pasan las páginas logrando al final sentir empatía por ella, lo que hace que al final se redima.
No sé si esta será una historia inolvidable que deje una huella en í, pero me ha entretenido mucho y creo que la autora en sí merece totalmente la pena.
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