La acción de esta novela corta de Juan Marsé transcurre en un día. Pero no es cualquier día sino el 8 de mayo de 1945: 𠇎ra un martes por la tarde y hacía un calor sofocante”. Los titulares de los periódicos anuncian la rendición de Alemania en el conflicto bélico. El barrio Guinardó es la locación de esta novela, un barrio bajo que aglomera lo peor de las conductas humanas: el robo, la prostitución, todo lo ilegal y clandestino, el abuso sexual y la violación, la idea del suicidio y la muerte en sí . Un policía es el protagonista de esta historia y el regreso a este barrio conocido por él es descripto como un descenso a los infiernos. La escena en la cual el policía contempla suicidarse es muy inquietante. Abatido por su separación contempla la idea de acabar con su vida. Sin ánimos de trabajar, se le encomienda llevar a Rosita, víctima de una violación, a la morgue para reconocer a su presunto atacante. En el camino, Rosita, quien ignora su tentativa de matarse, le recuerda al policía el destino de los suicidas: entierro sin cruz, sin cura y separado de los feligreses. Para los suicidas no hay paz posible. Rosita es una niña huérfana. Las chicas como ella trabajan para contribuir a la economía de la casa de la caridad que las hospeda. La mayor parte de los diálogos involucran a Rosita, quien es muy verborrágica, durante los intentos del policía para llevarla a identificar a su atacante, ella no para de hablar. La niña violada tiene trece años y un despertar sexual precoz debido a la violación y a la necesidad de dinero. El martes de capitulación casi hace rendirse al propio policía y para Rosita es el mayor día de peregrinación laboral, incluso con la Virgen a cuestas. Ese martes elimina cualquier vestigio de inocencia en Rosita porque el policía comprueba que ella es prostituida por quien ella cree que es un familiar lejano. El sufrimiento y el dolor embarga a los dos personajes por distintos motivos y el paisaje de ruinas, de cuerpos mutilados como la paloma y el soldado, sólo los intensifica. (360 palabras) + Leer más |
En 1962, Juan Marsé recorrió Sevilla, Cádiz y Málaga acompañado por su amigo Antonio Pérez y el fotógrafo Albert Ripoll Guspi. Su propósito: escribir una crónica, con fotografías y fragmentos tomados de la prensa, que mostrara cabalmente la realidad que el franquismo silenciaba. Los problemas financieros y la presión de la censura consiguieron que el libro terminado y entregado no llegara a publicarse. Hasta el mismo Marsé creyó que aquel original se había perdido para siempre. Pero cincuenta años después, aquel trabajo que iba a firmar con el seudónimo de Manolo Reyes (el Pijoaparte, que protagonizaría pocos años después «Últimas tardes con Teresa», la novela con la que Marsé se consagró), ese retrato social y moral de aquella España, finalmente se publica. Andreu Jaume, a cargo de la edición, cuenta cómo fue ese emotivo viaje al pasado con Marsé durante sus últimos meses de vida.
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Texto de Andreu Jaume narrado por Antonio Martínez Asensio.Crédito Imagen ilustrativa: Año 2008, Lisbeth Salas.